El día en que escribo este artículo se suscitó un escándalo porque Google despidió a un empleado suyo por criticar sus ideas progresistas y porque el memorandum que envió (y que se filtró), llamado «Google’s Ideological Echo Chamber» (La Cámara de Eco de Google) iba en contra de las políticas de inclusión y diversidad de la empresa.
No quiero culpar a Google porque hablamos de un empleado que criticó a la empresa en la que trabaja dentro de la empresa. Dicho esto, Google tiene derecho a despedirlo. (no, no estoy exculpando a Google porque tema que penalice a mi blog).
Pero sí quiero criticar a quienes han linchado a este ex empleado y lo han tachado de sexista.
Me molesté en leer ese memorandum que pueden encontrar aquí y yo no veo el sexismo por ningún lado.
El autor, entre otras cosas, quiso decir que no hay tantas mujeres en STEM (ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas) porque dice, que como resultado de la biología, hay diferencias de personalidad que provocan que los hombres estén más orientados a los objetos y las mujeres a las personas. Por eso, dice, los hombres prefieren estudiar ingenierías y matemáticas, mientras que las mujeres estudian biología, psicología entre otros temas. Dice también que las mujeres experimentan mayores niveles de ansiedad, lo cual hace que sean menos mujeres las que ocupen cargos de mucho estrés.
Nunca dijo que las mujeres son inferiores, dijo que son diferentes.
La afirmación de que hay diferencias biológicas que inciden en la psique de ambos sexos no lleva implícita una discriminación. La llevaría si dicha afirmación la justificara o se utilizara dicho argumento para promoverla, lo cual no sucede aquí.
Algunos sospecharán de sexismo porque, de acuerdo a su argumento, menos mujeres se encuentran en posiciones de alto estrés o en ingenierías. Pero los sospechosistas no se indignarán por el hecho de que haya menos hombres en campo como la biología o en aquellas áreas donde se requiera una mayor interacción humana.
Pero el autor no sólo no es sexista, sino que esboza una serie de propuestas para combatir la discriminación y eliminar los sesgos ideológicos. Dice:
Afortunadamente, los científicos y los biólogos no están en la derecha conservadora, pero la mayoría de los sociólogos y personas involucradas en humanidades sí están muy cargados a la izquierda.
No se trata siquiera de una persona conservadora.
¿Es correcto el argumento del exempleado de Google?
Es una pregunta compleja de responder, no concuerdo del todo con el autor (creo que le da más importancia a la biología de la que realmente tiene) aunque hace algunos señalamientos interesantes. Incluso dentro la ciencia parece que no ha sido fácil determinar contundentemente hasta donde las diferencias entre ambos géneros son producto de construcciones sociales y hasta que punto influye la biología. Sabemos que los roles como tales no son fijamente establecidos por la biología como se señala desde algunos círculos conservadores, pero tampoco podemos dar por sentado que la biología no ejerce ninguna influencia: No hay un cromosoma que diga que la mujer deba quedarse en casa o que el niño debe vestir azul y la niña rosa.
Por un lado podríamos argumentar que a los hombres se les enseña a ser más competitivos y menos sensibles que a las mujeres, y que por eso les atraen más las vocaciones orientadas a objetos, mientras que a la mujer se le enseña a ser más sensible y por lo tanto tiene una mayor empatía con otras personas. También podríamos pensar que algunos estudios científicos no toman esto en cuenta de la mejor forma a la hora de hacer sus estudios. Es decir, que en las distribuciones de las gráficas que presentan muestran la diferencia de preferencias entre hombres y mujeres les es difícil medir cómo es que las convenciones sociales influyen para que así sea.
Pero por otro podríamos discutir, por un decir, el efecto que las hormonas tienen dentro del comportamiento: por ejemplo, la forma en que influye la testosterona en el comportamiento de los hombres. También podría decir que quienes promueven la idea de que el género es meramente performativo lo hacen desde una postura meramente filosófica y no basada en la ciencia.
Yo me atrevería a hacer la siguiente afirmación:
Parte de la diferencia de roles entre ambos géneros son producto de construcciones sociales, pero sí podrían existir algunas diferencias de orden biológico que incidan de alguna manera en el comportamiento, y por ende, en algunas de las decisiones que el individuo tome a lo largo de su vida. Si estas existen, no justifican de ninguna manera la supremacía de un género sobre otro ni mucho menos la inequidad.
Y lo razonable a mi parecer para evitar cualquier tipo de discriminación es que ambos géneros tuvieran las puertas abiertas en las distintas áreas de trabajo, que en su proceso educativo se les de herramientas tanto para habilidades orientadas a objetos como a personas y que sean las mismas personas las que decidan qué camino tomar.
Esté en lo correcto o no, el exempleado no fue sexista, nunca buscó poner a la mujer en un peldaño inferior al hombre. Su planteamiento empieza mencionando que pueden existir sesgos tanto a la izquierda política como a la derecha, menciona algunos ejemplos de sesgos (la izquierda es muy idealista, la derecha muy pragmática, la izquierda suele ser muy cooperativa en tanto la derecha es muy competitiva), explica los vicios de las empresas cargadas a ambas orientaciones del espectro político y argumenta que Google está cargado a la izquierda.
El planteamiento que hace es de carácter político e ideológico, y lo hace evidentemente desde el centro político: a partir de ahí es que busca explicar las diferencias de género. El documento ni siquiera parte de un argumento relacionado con el género. Su argumento es, ¡Oigan Google, estoy a favor de la diversidad racial y la equidad de género, pero hay un sesgo ideológico y propongo algunas formas para abordar el tema de una mejor manera!
El error del empleado fue criticar a su empresa dentro de la empresa y difundir a través de un memo su opinión. Google está en el derecho de despedirlo porque su acción no fue profesionalmente ética. Técnicamente Google también tiene derecho a tener el código que la empresa desee y si quiere cargarse a la izquierda o a la derecha lo puede hacer porque se trata de una empresa privada. Lo que es reprobable es que, por argumentar un supuesto sexismo, se restrinja su libertad de expresión al buscar ser censurado y linchado por usuarios de las redes sociales.
Este es el peligro de la corrección política, que en aras de una supuesta igualdad se censuren cada vez más opiniones en vez de llevarlas a la mesa de debate. Ni siquiera se toleran ya las discrepancias sobre cómo es que se puede aspirar a ese mundo más equitativo que muchos deseamos.
Gracias a quienes llevaron a cabo este linchamiento la organización ultraderechista Alt-Right ya encontró un nuevo mártir ¡Gracias!