Paola Espinosa es un ejemplo de mujer.
Ella es una mujer que se hizo a sí misma, que a través del duro esfuerzo se hizo un lugar dentro del olimpismo con medallas de plata y bronce, así como medallas de oro en mundiales de clavados y Juegos Panamericanos.
Si Simone de Beauvoir resucitara, estaría orgullosa de Paola Espinosa. Paola es una de las mejores clavadistas (de ambos géneros) que ha tenido México en la historia. Ella no se «sometió al plan de vida del hombre», ella creó su propio plan de vida, e incluso se casó con Iván García, otro clavadista exitoso, porque tienen un plan de vida en común.
Pero al parecer (a ojos de unos) cometió un error: decir que su mejor medalla era ser mamá.
La indignación de ciertos círculos que dicen ser feministas no se hizo esperar, las críticas a su persona, pero sobre todo, las críticas a Gatorade por publicar una imagen con dicha frase, desató la furia de las feministas más radicales, aquellas influenciadas (sin saberlo en muchos casos) por el postestructuralismo.
Lo primero que se les viene a la mente es que decir que la mejor medalla de Paola es ser mamá es símbolo inequívoco de una cultura heteropatriarcal que la reprime. Ven represión en todos lados. Si su mejor medalla es ser mamá, es «símbolo inequívoco de la represión que viven las mujeres sometidas al yugo del hombre».
No se molestan en pensar siquiera que Paola Espinosa ha construido ella misma su carrera. Eso no cuenta. Lo que cuenta es buscar cualquier símbolo que huela a opresión. Más como producto de un adoctrinamiento ideológico que por un sincero deseo de la equidad de género o una auténtica liberación de la mujer, este pseudofeminismo, más que liberarla, hace lo contrario: para ellas no está bien que una mujer diga que lo mejor que le ha pasado es ser mamá. Instan a la policía del pensamiento a censurar cualquiera de esas ideas. Ellas aprenden a oprimirse a sí mismas para combatir la opresión, no entienden que la liberación de la mujer implica que ella tenga el derecho de crear el plan de vida que quiera sin que sea restringida u oprimida y no que sólo adopte el plan de vida permitido por la ideología.
Bueno, ni siquiera se les vino a la cabeza que colocaron esa frase en la publicidad porque vino de la propia Paola.
Por eso es que quieren cambiar el lenguaje, porque en cualquier categoría o relación binaria, existe necesariamente, para ellos, una relación de opresión.
Basta, sí, con encontrar juntas las palabras, mujer – mamá, o mujer – matrimonio para sospechar. Si esas palabras están juntas hay que revisar el contenido porque muy probablemente exista ahí un indicio machista latente o un «condicionamiento cultural heteropatriarcal hegemónico».
Paola Espinosa respondió lo siguiente:
Gracias @gatorademex por valorarme siempre como deportista, en toda mi trayectoria y como mujer y SÍ mi medalla más grande ser mamá https://t.co/FQDdPhlAdL
— Paola Espinosa (@PaolaEspinosaOf) 1 de agosto de 2017
En su respuesta, muchos vemos a ese ejemplo de mujer liberada, la que piensa por sí misma y la que está a cargo de sus propias decisiones.
El pseudofeminismo radical, no. Ellos ven ese «condicionamiento cultural». Es víctima de la opresión del patriarcado, insistirán.
Por eso insisto en que las verdaderas feministas deben desligarse cuanto antes de estas corrientes ideológicas.