Las redes sociales están divididas en torno a esta marcha. Hay quienes dicen que es organizada por el establishment, que se trata de una marcha descafeinada en repudio a Trump pero que no profundiza en las causas y hay quienes de plano creen que su propósito es legitimar al gobierno de Peña Nieto.
Argumentos tan simplones como: «Si Enrique Krauze promovió la marcha en el programa de Denise Maerker, si el programa de Maerker se transmite por Televisa, y si Televisa apoyó a Peña Nieto en 2012, entonces la marcha tiene el propósito de legitimar a Peña Nieto».
Algunos de estos críticos lincharon a Enrique Krauze por no marchar cuando desaparecieron los estudiantes de Ayotzinapa -aunque escribió varios artículos lamentando lo ocurrido-. Pero si cuando ocurrió lo de Ayotzinapa casi todos marcharon, mucha gente «de derecha» hasta monjas salieron a las calles. ¿Si esa vez prácticamente todo México se unió, por qué no ahora?
Los críticos también parten de otro supuesto -más que válido-. Si el Gobierno de Donald Trump nos puede humillar es porque somos muy débiles como nación, y esta debilidad se explica en gran medida porque México es un país muy corrupto donde la clase política forma parte de la corrupción. El problema es que piensan que dado esto, entonces primero tenemos que resolver todo antes de manifestarnos con un demagogo que nos insulta y que es un riesgo no sólo para México, sino para el mundo.
La conclusión es errónea. Voy a hacer una analogía:
Tú eres una persona debilucha y el bully de la escuela siempre te golpea en la salida. Si fueras una persona menos débil el bully ya no se metería contigo, naturalmente llegas a la conclusión de que debes ir al gimnasio para que en unos meses tengas más masa muscular y puedas darle unos buenos golpes al agresor. Pero ¿eso significa que mientras tanto vas a dejar que te golpeen? Naturalmente no, vas a tratar de defenderte en la medida que sea posible. Posiblemente vayas con el director de la escuela o le avientes un mesabanco al bully, y que lo hagas no implica que no dejes de ir al gimnasio.
Es una obviedad que México tiene que fortalecerse y resolver sus problemas internos para ser un país más fuerte del cual no abusen. Pero eso no está peleado con el hecho de que los mexicanos salgan a las calles para mostrar su repudio al bully llamado Donald Trump, una cosa no cancela la otra. El problema del bully es un problema inmediato, el problema del país débil que necesita fortalecerse es uno necesitará varios años de lucha, voluntad y esfuerzo.
Los críticos dicen que es algo que está organizado por el gobierno. Pero yo por más que me meto a su página y veo todas las organizaciones involucradas no veo a nada que me huela a gobierno.
¿Amnistía Internacional? ¿El CIDE y el Colmex que tiene académicos muy críticos con el gobierno actual? ¿El IMCO que con la #Ley3de3 tuvieron muchos roces con el gobierno y cuyo titular es duro crítico de Peña Nieto? ¿Transparencia Mexicana? ¿La Universidad Iberoamericana que respaldó a los alumnos que formarían #YoSoy132?
Curiosamente muchas de esas ONG’s e instituciones se la han pasado trabajando para incidir en el gobierno y cambiar las cosas. ¿O son despreciables las reformas políticas propuestas desde la ciudadanía y estas organizaciones?
Ciertamente, yo dije que no puedo apoyar moralmente a Peña Nieto, pero sí puedo exigirle que haga lo que tiene que hacer y esperar que represente a México de la forma más digna. El sitio web dice que el propósito de la marcha es:
… «que los ciudadanos sumemos esfuerzos y unamos voces para manifestar nuestro rechazo e indignación ante las pretensiones del Presidente Trump, a la vez de contribuir a la búsqueda de soluciones concretas ante el reto que ellas implican». A su vez «Requerir que el gobierno informe permanentemente de las negociaciones con Estados Unidos» y «Exigir el buen gobierno que merecemos».
La marcha tiene como propósito la inmediatez y es totalmente comprensible porque el riesgo es «inmediato», nos manifestamos por eso que ya está enfrente de nosotros. Es inmediato que el gobierno tome medidas ante este nuevo contexto y por eso hay que marchar.
Y sí, también hay que marchar en contra de Donald Trump. Que seamos un país débil no significa que no tengamos el derecho a defendernos de un agresor. Que deploremos a nuestro gobierno no significa darle derecho a alguien externo a agredirlos. Esos cómicos memes de: -Peña es un pendejo, pero es nuestro pendejo, no te metas con él Donald Trump- llevan algo de verdad. Y si algo es muy cierto es que Steve Bannon pretende debilitar lo más posible al gobierno así como deteriorar aún más la imagen de Peña Nieto para poder incidir así más sobre México, que pierda lo más posible en las negociaciones para cumplir los caprichos políticos de Donald Trump.
Pero no sólo se trata de México, el repudio hacia Donald Trump debe unir a todas las voces de distintas partes del mundo, que sea generalizado. Recordemos que el mayor peligro de Trump y su gente es que pretenden destruir los cimientos de la democracia liberal y modificar el panorama geopolítico llevándonos a un estado de las cosas que ya habíamos superado. Por eso es importante colmar las calles, porque se trata de unir fuerzas de repudio en todo el globo terráqueo. Debemos evitar que las tentaciones de ultraderecha prosperen.
Por eso me preocupa que ante un momento así decidamos dividirnos, afirmar sin bases que unirnos a esta marcha implica abandonar los temas nacionales, el gasolinazo o la corrupción, o que nos «estamos volviendo paleros de Peña Nieto» cuando esta marcha ni siquiera está organizada por el gobierno ni tiene relación alguna. Los problemas de México son muchos y se pueden atacar por diferentes flancos.
No es con banderitas ni con nacionalismos absurdos de activistas de sofá, es salir a las calles no sólo a defender a México, sino unirnos con todo el mundo, con todos los ciudadanos del mundo que no queremos a Trump, que no queremos que la ultraderecha avance. El repudio debe ser generalizado, y si Estados Unidos puede -todavía- incidir en todo el mundo, entonces todos los ciudadanos del mundo tenemos que mostrar músculo.
Como dijo Genaro Lozano en su Twitter: si tu problema es que no quieres marchar «con la derecha» puedes unirte al colectivo de la UNAM. Esta marcha no debe tener colores, debe unir a todos los mexicanos y todas las facciones están representadas.
Vibra México no es sólo un alto a las agresiones de Donald Trump, es un alto al fascismo y al oscurantismo.