Marine Le Pen, Donald Trump, Nigel Farage son nombres que nos preocupan a quienes estamos interesados en la política. Sin embargo, muchas veces creemos que en México no están «dadas las condiciones» para que un populista de derechas surja en el país.
Ciertamente hay rasgos que no se pueden replicar, como por ejemplo, mantener una postura firme hacia los migrantes porque son pocos los que habitan en nuestro país. A algunos ni siquiera los rechazamos -sobre todo aquellos americanos y europeos- porque algunos dicen que «vienen a aportar algo» y a veces se les tiene en demasiada estima. Por otra parte, esos otros pocos que algunos ven con algo de desprecio, son aquellos que solo vienen de paso.
Pero haciendo lado esta eventualidad, no somos un país que esté «vacunado» contra este tipo de líderes. Que no los hayamos visto, o que no hayamos presenciado fenómenos de este tipo -que creemos que sólo se pueden concentrar en la izquierda, sobre todo en la de MORENA- no significa que un líder de este tipo, un Trump mexicano, pueda surgir.
Alguien ya levantó la mano, se llama Gilberto Lozano. Él es un regiomontano que ha ocupado cargos importantes como Director de Recursos Humanos en la cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, mismo puesto que ocupó en FEMSA, y también fue directivo de los Rayados del Monterrey, a quien salvó del descenso.
Este peculiar personaje se ha vuelto cada vez más popular por su activismo en redes sociales y por sus ataques estridentes contra el gobierno mexicano. Hace pocos días organizó la marcha contra el gasolinazo en Monterrey que aglutinó a decenas de miles de personas.
Me dí a la tarea de analizar los videos de Lozano para conocer cómo es que piensa y que propone, y me encontré con lo siguiente:
Gilberto Lozano se asume como antisistema, no sólo ataca a Peña Nieto, a quien denunció por traición a la patria, sino a toda la clase política:
Yo desaparecería la Cámara de Diputados y Senadores porque ellos no conocen las leyes.
Ha aprovechado el descontento generalizado por el gasolinazo -en el cual ha llamado a la desobediencia civil y a no pagar impuestos- para hacer crecer su movimiento llamado Congreso Nacional Ciudadano. Digamos que ha entendido a la clase media mexicana conservadora -aunque su discurso bien podría atraer a algunas personas de izquierda- y ha creado un discurso fácil, de lugares comunes, y muy estridente: «son sátrapas, son zánganos». Gilberto Lozano es políticamente incorrecto y puede insultar con malas palabras a Enrique Peña Nieto y a Andrés Manuel López Obrador.
Te están temblando las piernitas, estoy seguro que cuando diste tu mensaje Peña Nieto, traías pañal deshechable, por lo mentiroso, y porque ya traes diarrea de lo que vamos a hacer los mexicanos contigo.
Pero no sólo es en la estridencia y en el lenguaje vulgar donde podemos ver paralelismos con otros populistas como Donald Trump. También es nacionalista. En sus videos propone no consumir productos extranjeros y mantiene una postura beligerante hacia las empresas transnacionales:
Vamos a mexicanizar a México, no vamos a caer en el juego de la globalización, aquí tenemos riqueza y la vamos a rescatar para los mexicanos.
Y por si faltara poco, al igual que ocurre con los populistas de derecha de Estados Unidos y Europa, arremete y desprecia a los intelectuales y académicos:
La Ley 3 de 3 es un engaño, pero la parafernalia de los intelectualoides, de la gente que escribe, los editorialistas, te hacen creer falacias. Te inventan con que estamos avanzando.
Gilberto Lozano toma también algunas banderas de la izquierda como la masacre de Ayotzinapa o el desprecio a las «televisoras del régimen» (Televisa y TV Azteca), porque básicamente desprecia al sistema. Pero Lozano también incluye a la izquierda lopezobradorista como parte del régimen que hay que extirpar.
En un país en el que ciertamente todos estamos hasta la madre de la clase política, hay quienes han levantado la mano para proponer un modelo de cambio: Jorge Castañeda y Pedro Ferriz habían sido las dos principales voces que pretenden contender por la candidatura independiente, y aunque han sido muy críticos con el gobierno, se han mostrado más moderados que Gilberto Lozano, quien por medio de un lenguaje soez, estridente, y políticamente incorrecto, podría canalizar de mejor forma a la sociedad indignada por lo que pasa dentro de la política de su país.
Falta un año y medio para las elecciones, no es demasiado tiempo, pero tampoco es lo suficientemente poco como para que Gilberto Lozano no pueda aspirar a alguna candidatura. Aunque no ha afirmado de forma explícita que quiere contender por la Presidencia de la República, sí propone acabar con la clase política e instaurar un gobierno ciudadano con su lema «cheranizar a México«. Con el tiempo veremos qué tanto crece este fenóneno, y también podremos conocer de mejor forma quién es él.
Pero al día de hoy, no dejo de advertir esos varios paralelismos con la derecha populista que está creciendo en Occidente. Raro sería no ver algo así cuando tenemos una clase política tan desprestigiada y degradada.
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