Hoy hablaré del tema menos importante -que no por eso deja de ser importante- con respecto al tema del gasolinazo. Lo considero así porque aunque los saqueos no son cualquier cosa -es un atentado contra la propiedad privada, y a la vez, se dice, es una expresión llevada al extremo de la indignación que el gasolinazo ha causado- tienen menos importancia que aquello sobre lo que se debate, que es de interés nacional y no se debe de dejar al lado: primero, entender por qué se ha elevado el precio de la gasolina; y segundo, cuál es el origen del problema -que a la vez exhibe las fallas dentro del gobierno como el mal manejo de las finanzas, el ordeñamiento de Pemex, la corrupción, entre otros temas.
Pero hablemos pues, de los saqueos.
Primero puedo advertir que las redes se han convertido en una batalla campal, algunos no se han percatado que dentro de esa batalla hay quienes buscan manipular la opinión pública -cosa que ya se ha vuelto costumbre en las redes-. Esto ocurre dentro de los dos bandos, en mayor o menor medida. Por ejemplo, cadenas de Whatsapp invitando a no salir a manifestarse por el peligro que esto conlleva, y otros mostrando textos apócrifos donde algunos aseguran que el PRI los invitó a saquear tiendas.
También se percibe esa ya clásica polarización donde las etiquetas caben más que los argumentos: «chairos», «vendido del sistema», «eres de Televisa» y demás, para desprestigiar así al otro bando sin siquiera haber debatido el argumento. Me alejaré de esas malas prácticas que enturbian el debate para poder hacer mi argumentación.
¿Son los saqueos manifestaciones espontáneas, son orquestados por alguien, o es una estrategia del gobierno?
Los saqueos y el vandalismo pueden ser una manifestación espontánea producto del enojo y la indignación, como ha ocurrido en mucho lados. Por ejemplo, en el diario The Guardian, Bryn Phillips, quien participó en los actos vandálicos que ocurrieron en 2011 en Londres, afirma que estaban muy enojados y no sabían como expresar su enojo. Una investigación posterior de la Universidad de Oxford afirma que la desconfianza en la policía y la desigualdad fueron los detonantes.
Si uno compara los actos vandálicos de Londres con los ocurridos en México va a encontrar algunas diferencias notables. En el caso de Londres, es evidente que es el enojo el móvil, los manifestantes trataron de destrozar todo lo que había a su paso, prendieron fuego y agredieron a los policías.
En el caso de México, aunque sí hubo vidrios rotos y agresiones en algunos casos -un policía murió y en algunos casos se escucharon balazos-, nunca adquirieron la intensidad de los hechos que ocurrieron en Londres. No vimos comercios prendidos con fuego ni vimos batallas campales entre los vándalos y la autoridad. De hecho, hay videos donde usuarios aseguran que la propia autoridad participó en los saqueos.
El propósito, más que destrozar lo que había a su paso, era hurtar tiendas y robar televisiones o productos perecederos. Si uno observa los videos de los actos se podrá dar cuenta que quienes participan no están invadidos por el odio; en algunos casos parecen estar más bien divirtiéndose, e incluso entran a hurtar en las tiendas de una forma muy tranquila.
Entonces lanzaría la pregunta ¿sí están estos vándalos movidos por la indignación provocada ya sea por el gasolinazo o el gobierno de Peña Nieto, o porque quieren una nueva televisión? Si uno observa detenidamente, estos saqueos tienen más en común con los que ocurrieron en Los Cabos después del huracán Odile, que con los actos de violencia de Londres. Analice su comportamiento y compare.
Por ejemplo, en el siguiente video podemos observar que algunos de los saqueadores salían de las tiendas tranquilamente, y quienes no, lo hacían para huir de las autoridades:
https://www.youtube.com/watch?v=0PtWkhnKPug
La segunda cuestión es, si el vandalismo es producto del gasolinazo, entonces esperaría que ocurrieran dos cosas: que los vándalos atacaran oficinas o establecimientos que tienen relación alguna con el gobierno o Pemex, o que lo hicieran de forma indiscriminada contra cualquier establecimiento -sea cualquier comercio-, porque una persona llena de cólera no es alguien que se vaya a comportar de una forma racional. Nunca vimos casetas quemadas, ni siquiera una gasolinera, y sí saqueos bien focalizados en tiendas de autoservicio como Soriana, Coppel u Oxxo.
Llama la atención que este vandalismo «focalizado» se haya reproducido de la misma forma en varias entidades de la República donde atacaron las mismas cadenas de autoservicio, tal vez con excepción del Palacio de Gobierno de Monterrey donde rompieron vitrinas y voltearon algunos carros de medios de comunicación y donde los manifestantes -pacíficos- se deslindaron señalándolos. Pero incluso en este caso no vemos individuos que estén movidos por el rencor o la indignación, compare a éstos vándalos con aquellos de Londres.
La tercera es que en las redes sociales aparecieron cuentas convocando a saquear tiendas, no fueron cuentas aisladas sino bots programados para amplificar el mensaje.
Entonces puedo pensar lo siguiente. Que difícilmente esta puede tratarse de un acto espontáneo, porque no parece que la rabia o los sentimientos desbordados sean el móvil, y junto con la aparición de convocatorias en redes sociales programadas con alguna entidad que tiene algún interés podemos pensar que están orquestados o incitados por alguien.
Entonces, si fueron orquestadas, ¿quién fue?
La primera teoría, y que sostienen muchos, es que fue el Gobierno Federal. Algunos argumentos a favor de esta teoría son los siguientes:
La credibilidad que el gobierno tiene es muy baja, y pueden temer que las manifestaciones logren crear una suficiente masa crítica como para que el problema adquiera otra dimensión. A diferencia de otras ocasiones, los manifestantes se han sentido lastimados en los bolsillos, por lo cual muchas personas -sobre todo de clase media- que antes no estarían dispuestas a manifestarse, lo harían. Una manifestación heterogénea sería más preocupante para el gobierno que una propia de un sector focalizado, porque se trataría de un repudio generalizado -que no respeta clase social, posición económica, etc-.
Los saqueos inhibirían a los manifestantes a salir a las calles al crear una sensación de psicosis, esto sin importar que las manifestaciones no quedaran deslegitimadas -por ejemplo, con manifestantes capaces de deslindarse de los vándalos-, porque pueden creer que su integridad podría estar en riesgo si salen a la calle.
Bien, podría pensar que esto también podría servir para desviar la atención. Que se hable más de los saqueos que de las malas finanzas públicas y el endeudamiento del gobierno que hacen mandatorio mantener a las gasolinas gravadas con impuestos.
Otro argumento es que la policía no se anticipó a los saqueos, los cuales fueron convocados en las redes sociales. Cuando los saqueadores llegaron al establecimiento, no se toparon con policías que les prohibieran el acceso. Basta ver varios videos, como los que puedes encontrar en Youtube, donde la autoridad brilla por su ausencia.
Otra es que la mayoría de los saqueos se llevaron a cabo en el Estado de México, que es básicamente el centro de operaciones del partido del gobierno, y de donde suelen reclutar acarreados -como es el caso de las ceremonias del Grito de Independencia-.
Y la última es que se propagaron mensajes -que recibieron familiares, amigos, y conocidos míos- por Whatsapp invitando a la gente a no salir a manifestarse porque podrían arriesgarse y el entorno podría volverse violento. Con lo cual sí podemos confirmar que hay alguien interesado en que estas manifestaciones no crezcan. Adjunto una imagen que me compartió un amigo desde su Whatsapp:
Un argumento en contra de esa teoría es la reacción que podrían tener las empresas que sufrieron agresiones, que son grandes y cuyas inversiones son fuertes: -FEMSA, Wal Mart-, de saber que esos vándalos fueron enviados, o de menos incitados, por las autoridades. Esto en un contexto donde la relación entre el gobierno de Peña y la cúpula empresarial ya no es muy buena.
Y si no fue el gobierno quien participó en la organización o en la promoción de estos saqueos ¿quién pudo ser?
La primera respuesta que viene a la mente de muchos es López Obrador. Pero en el contexto actual, lo que menos le conviene a López Obrador es ese escenario, no sólo porque las posibilidades de que quede exhibido son altas -empezando porque el gobierno concentra a los servicios de inteligencia- sino porque a López Obrador, quien aspira a ganar las elecciones del 2018, le conviene un escenario donde el gobierno sea lo más impopular posible para rentabilizar la indignación de la gente, pero donde el país, a su vez, sea lo suficientemente estable para que pueda gobernar. A año y medio de una elección en la cual tiene serias posibilidades de ganar, desestabilizar al país sería un suicidio.
La segunda es que se podría tratar de algún grupo anarquista o extremista opuesto al gobierno, pero este tipo de grupos suelen adjudicarse sus actos. A juzgar por la vestimenta de los manifestantes, no parecen pertenecer a algún tipo de organización.
Otra teoría sería que a alguna agrupación -que posiblemente no sea lejana a la clase política- tenga algún interés específico en mostrar al país y al gobierno de Peña Nieto en descontrol. Quienes consideran esta teoría, dicen que la mayoría de las manifestaciones ocurrieron en el Estado de México porque es un estado muy importante para el PRI, y donde se llevarán a cabo las siguientes elecciones. Entonces mostrar caos y una autoridad inoperante podrían influir en el resultado de las elecciones.
¿Quién fue? Lo dejo a consideración al lector, yo simplemente he trazado los argumentos que se me vienen a la cabeza. Si llegas a una conclusión, puedes dejar tu comentario abajo.