¡Así que tú fuiste a los XV años de Rubí!

Dic 26, 2016

Los XV de Rubí se han vuelto la sensación dentro de una sociedad que no se involucra dentro de los temas que deberían de importar en nuestro país.

Muchos quisiéramos que nuestra sociedad, la mexicana, fuera una más crítica, participativa, responsable, que leyera y se informara más. Vaya, que sean mejores ciudadanos. La realidad es que México está muy lejos de ser eso, aunque no se puede ignorar que de pronto hay manifestaciones esporádicas donde el mexicano intenta organizarse y cambiar su entorno.

¡Así que tú fuiste a los XV años de Rubí!

Cuando apareció este extraño fenómeno difícil de explicar llamado «Los XV de Rubí», caí, como muchos, en la tentación de preguntarme por qué la gente participa en estos fenómenos en vez de, no sé, organizarse por hacer algo en beneficio de la sociedad. Luego, después de razonar sobre el tema, llegué a la conclusión de que el fenómeno de «Los XV de Rubí» no tiene mucho que ver con que la sociedad se organice para no sé, defender sus derechos. ¿Por qué?

Primero, porque el propósito es muy diferente. Una cosa es el activismo y otra cosa es la diversión, y ambas cosas no son excluyentes ni una cosa debe de privar de la otra. Es decir, la gente no va a los XV de Rubí en vez de manifestarse, no sé, para deponer a Peña Nieto; más bien la gente va muy independientemente de si fue o piensa ir a manifestarse para deponer a Peña. El reclamo solo sería válido si ambos eventos coincidieran en fecha, lo cual no es el caso.

El «tren del mame» de los XV años de Rubí no tiene nada que ver con el hecho de si la gente es crítica o participa de forma activa. Quienes van lo hacen por diversión o tal vez hasta por morbo. Si el argumento fuera válido, entonces podría pedir que se cancele la cartelera de conciertos del siguiente año -sí, incluyendo a Metallica-, porque «no puedo entender por qué la gente se junta para ver una banda de rock en vez de marchar por sus derechos», como si la gente no se pudiera entretener hasta que México haya terminado con todos sus problemas.

Siendo sinceros, a mí me daría una tremenda flojera ir a ese evento, peor aún, manejar y gastar gasolina, pero son mis gustos, el fenómeno no me llama para nada la atención y no tiene ninguna importancia para mí, no le «encuentro el chiste». Supongo que la gente quiere ir para ser parte de un acontecimiento, que ciertamente y de forma objetiva, su único valor consiste en ser un fenómeno mediático, o más bien, el fenómeno mediático creado desde las redes sociales y creado por los usuarios. Tal vez en ello resida la importancia, que los usuarios de redes sienten que el fenómeno es suyo y que ellos hicieron grande, y no una creación de Televisa o alguna entidad externa. 

Segundo, porque a diferencia de otros fenómenos o contenidos, los XV años de Rubí no promueve antivalores, se trata de un fenómeno inocuo. Es decir, el evento no tiene algo «de valor» pero tampoco es «basura». La gente no se está organizando para hacer un megabaile de reaggeton donde todos van a cantar al unísono letras misóginas repegando sus cuerpos con mujeres a quienes ven como objeto de placer sexual, tampoco van a ver un maratón de la Rosa de Guadalupe, o a hacer polémica con el penoso caso de la Lady Coralina

Pienso que Álvaro Cueva, a quien critiqué duramente el artículo pasado por una nota suya que me pareció algo lamentable, tiene razón cuando dice que ese fenómeno puede ayudar a que muchas personas conozcan un poco más a aquellos sectores de la sociedad con los que no suelen convivir y que en muchos casos ni conocen, que es diferente a esa caricaturización que suelen hacer de ellos los medios de comunicación. 

Entiendo la frustración, muchos quisiéramos ver una sociedad muy involucrada en los problemas que realmente importan, y al ver este tipo de eventos nos preguntamos ¿por qué sí los XV años de Rubí y no la marcha por sus derechos? Pero el problema a mi parecer no es que la gente SÍ vaya a los XV años de Rubí, sino que NO se involucre y no participe en los temas que importan. 

Lo que sí puede y debe estar sujeto a críticas es el trato que muchos le han dado a este evento. Aquí incluyo gobernadores, medios de comunicación y empresas que se han aprovechado de un fenómeno viral para obtener un beneficio. Se me hace inaceptable que gobernadores como Eruviel Ávila usen recursos del erario público para montarse en el «mame», que partidos políticos ofrezcan llevar a curiosos al evento, o que algunos promotores traten de exprimir el fenómeno y se aprovechen de la propia familia -tengo entendido que Televisa estaba pensando en hacer un capítulo del tema para la Rosa de Guadalupe-. Se me hace detestable como algunos medios tratan a estos fenómenos -y sobre todo al #LadyWuu, cuyo único mérito es decir Wuu- como fenómenos de circo y no les tengan ningún respeto. 

https://www.youtube.com/watch?v=YlKgBD733tY

Pero también es preocupante que algunos, bajo el manto pseudointelectual, afirmen que este hecho es una cortina de humo perpetrada desde no sé donde para que la gente ignore lo que realmente importa como el aumento de la gasolina, como si fuera una especie de nuevo chupacabras; y bajo este argumento pretendan sentirse moralmente superiores a los demás: – mira camarada, el gobierno nos está manipulando, no te dejes manipular, no seas tonto-. 

Los XV años de Rubí no lograrán que el país avance, pero tampoco provocarán lo contrario. Sí, muchos quisiéramos que una causa social adquiriera los alcances de los XV años de Rubí, pero si queremos tener una sociedad participativa e involucrada creo que recriminar a quienes asistieron al evento no es una buena idea, y pienso que tenemos que concientizar a la gente de otras formas, empezando con el ejemplo. Construir una sociedad participativa y responsable es una tarea difícil que requiere mucho esfuerzo y dedicación, no críticas sin ton ni son en redes sociales.