En ese punto donde la vida propia deja de ser interesante, lo empieza a ser la vida de los demás.
Esta historia no debería llamarse #LadyCoralina, debería llamarse más bien #LadyoGentlemanMetiche o #GentlemanSinVidaPropia. ¡Vaya que ni los chismes de TV y Novelas llegan a este punto de degradación! Umberto Eco, el afamado filósofo recientemente fallecido, no falló al asegurar que las redes sociales le han dado voz a una legión de idiotas que pueden opinar de cualquier cosa.
En un país que tiene ya demasiados problemas, el tema de moda es uno que a nadie debería de importar, un tema realmente intrascendente que tan sólo lastima a quienes estuvieron involucrados. Ni las tragedias de los mexicanos comunes, ni los discriminados, ni los relegados, ni las víctimas de la constante violencia merecieron tanta atención como el video de una chica besándose en su despedida de soltera.
Ahora resulta que la gente puede reservarse el derecho a señalar, con ese dedo inquisidor, a quien consideran ha cometido una falta a la moral. Pero seamos sinceros, ese juicio tiene muy poco de «preocupación por las buenas costumbres» y sí un mucho de «morbo y en muchos casos hasta misoginia». Ahora resulta que es parte de la «libertad de expresión» linchar públicamente a una mujer, que sí, posiblemente cometió un error. Pero un error que incumbe a ella, su prometido y sus familiares, no a nosotros. Nosotros ni siquiera conocemos bien toda la historia y ni nos debería importar.
Sí, ahora resulta que cualquier persona tiene el derecho de burlarse de la desgracia de otra sin importar las consecuencias psicológicas que ello pueda tener para su psique. ¡Bienvenidos al circo de lo «políticamente correcto»! Donde personas, muchas de ellas sin autoridad moral siquiera, pueden pisotear la integridad de otras a cambio de algunos míseros likes y risas, acto que para muchos no es reprobable -¡Pinchi puta, se lo merecía!- Así de triste. ¡Bienvenidos al circo de la sociedad insensible, incapaz de ponerse en los zapatos del otro, y que todavía tiene la desfachatez de hacer juicios morales! ¡Por favor!
Y no, no olvidemos que muchos de los difusores de esta noticia lo hicieron movidos por el morbo sexual. Hay que decirlo con todas sus letras. Y tampoco olvidemos la carga misógina de esta «acusación inquisitoria».
¡Claro! Sucede en un México donde para muchos hombres es costumbre deschongarse en su despedida de solteros sin que ello represente para ellos un acto inmoral, -estamos con los cuates, no pasa nada, es tu despedida, será la última vez que cojas, cuando te cases ya no lo vas a poder hacer más que con tu ahora prometida, o bueno, tal vez sí-. Peor aún, no son tan raras esas ocasiones donde hasta el mismo padre promueve esa conducta, -pues pa que mi hijo se convierta en todo un hombre y llegue bien entrenadito a la luna de miel-.
Sí, eso es visto como normal y aceptable.
Pero #LadyCoralina no es hombre, es mujer. Entonces es bien puta. Si la historia hubiera sido a la inversa, no se trataría de #GentlemanCoralino siquiera, la historia ni hubiera tenido relevancia, ¡Una de tantas historias! Y en caso de que sí, las redes se hubieran llenado de comentarios de -¿Tu prometida te mandó a la chingada? ¡Que no mame!
Y todavía hay voces que aseguran que esa evidente desventaja de la mujer frente al hombre es una falacia, que es una realidad que no existe, que son caprichos de feminazis, que son ideologías. Ahí está la clara prueba de que el problema existe. En pleno siglo XXI sucede.
Vamos a hacer un ejercicio. Imagina que tú vas a tener tu despedida de soltero, te juntas con tus «amigotes», se toman unos buenos vinos, y ya bajo los efectos del alcohol contratan a unas chavas, porque tus amigotes quiere que te despidas muy bien. En ese estado, te empiezas a besuquear con una de esas chavas, y un amigo tuyo que más que un amigo es un culero, te graba con su flamante iPhone 7 con doble cámara que le costó un ojo de la cara pa que se vea bien nítido el faje, y lo sube a las redes.
Te despiertas el día siguiente todo crudo y ya un poco más consciente te das cuenta que lo que hiciste no estuvo bien (si es que eres capaz de llegar a esa conclusión). Pero la historia apenas comienza.
Esa misma mañana te habla tu prometida para cancelar la boda, tus planes de matrimonio se acabaron, y posiblemente ella era el amor de tu vida, muy posiblemente la querías de verdad y la amabas. Pero no queda ahí, Abres tus redes sociales y ves ese video colgado, no lleva ni un día y ya tiene más de 10,000 visitas. Te vuelves la sensación en las redes sociales y para mal. De pronto, todo México está haciendo juicios de valor sobre tu persona, la gente se burla de ti y de tu desgracia. Lo peor, lo hace bajo el manto de una supuesta «moral». De pronto te convertiste en lo que más temías ser, un «ogro depravado».
Tu vida está básicamente arruinada, no sólo perdiste al amor de tu vida, te volviste el hazmerreir de personas, muchas de las cuales posiblemente no tengan una mayor estatura moral que la tuya, posiblemente muchas oportunidades (personales y profesionales) se van a ir al caño. ¿Te gustaría que te sucediera eso? Me pregunto. ¿Te gustaría que por un acto que sólo incumbe a ti y a tu prometida, toda la sociedad te linchara porque básicamente tienen mucho tiempo libre y había que publicar «lo del momento» para ganar likes y reírse con sus amigos? ¿Te gustaría que un conflicto privado se volviera público?
Peor aún, aquí estamos hablando del caso de una mujer. Según varios expertos en psicología, uno de los mayores temores de una mujer es que sea señalada como una puta o ramera. Cuando en peleas acaloradas ellas se señalan como zorras o putas, lo hacen porque saben que lo peor para ellas es ser consideradas así por la sociedad, es el culmen de su humillación y degradación como persona.
Posiblemente ella se ha conducido bien en su vida, posiblemente ella es una persona íntegra y simplemente cometió un error; muy posiblemente su acto fue la excepción y no la regla. Pero la sociedad sin conocerla ya la ha juzgado como puta por un solo acto. Sus padres ya emitieron un comunicado donde afirman que la difamación ha afectado física y emocionalmente a su hija. Pero eso no importa, su integridad no importa, lo que importa es el morbo.
#LadyCoralina cometió un error, pero es uno que sólo compete a ellos y no a nosotros, es un problema que se debe de tratar en lo privado y que no debería interesar a nadie que no tenga relación alguna con el hecho. Ya basta de verdad de meterse en la vida de las demás personas para hacer un circo con su dignidad, basta de verdad. Como si no hubieran sido suficientes los memes de Brad Pitt y Angelina, había que meterse con un caso más «común y corriente» para sentir ese placer de meter los ojos en la vida de los demás.
Y también basta de la doble moral.
La vida tiene demasiadas cosas interesantes como para concentrarse en cotilleos degradantes como éste. Si disfrutaste de este video, te burlaste y lo compartiste con tus amigos, deberías hacer un ejercicio pero muy profundo de reflexión. Posiblemente tu vida sea lo suficientemente vacía como para que estos temas te sean relevantes, posiblemente algo esté mal contigo como para que puedas hacer de la desgracia de los demás un circo y una forma de obtener placer -psicológico, y tal vez hasta sexual-. Te burlaste de lo «indigno» de esta mujer, cuando lo «indigno» más bien recae sobre el espectador.
Y si te sentiste aludido por este comentario, ese es tu problema y no el mío. E insisto, Umberto Eco tenía pero mucha razón.