Peña. Es mejor pedir perdón que rendir cuentas

Jul 18, 2016

Peña hizo lo que pocos políticos hacen: pedir perdón a su pueblo. Pero no fue su corazón el que habló, sino la estrategia de control de daños de su partido.

Si algo siempre reclamamos a los políticos es que acepten sus errores. De acuerdo a nuestro juicio, que un político pida disculpas, es un caso extraordinario; pedir perdón lo es aún más. Lo que hizo Peña Nieto no sucedía desde José López Portillo. Quienes apenas rebasamos los 30 años nunca fuimos testigos de algo así. Peña Nieto pidió perdón por la Casa Blanca. Sí, el mismo día que Virgilio Andrade presentó su renuncia.

https://www.youtube.com/watch?v=KjVfV96BLSk

Pedir perdón es muy válido, sin embargo no es suficiente cuando no viene acompañado de acciones para resarcir el daño causado. Por el contrario, Peña Nieto pidió perdón y al mismo tiempo reiteró que actuó conforme a la ley.

Hay una gran diferencia entre pedir disculpas y pedir perdón. Pedimos disculpas cuando alguna acción nuestra perjudica a un tercero de forma accidental. Por ejemplo, si voy caminando con prisa, y sin querer tumbo a una persona de la tercera edad, ahí caben las disculpas, puesto que no tuve ninguna intención. Pedimos perdón cuando cometemos un acto el cual de antemano sabemos que perjudicará a un tercero. Si engaño a mi mujer con otra persona, soy consciente de las repercusiones de mis actos, y soy consciente de que mi acto perjudicará a una tercera persona.

Es una contradicción que Peña Nieto pida perdón y al mismo tiempo afirme que actuó conforme a la ley. Si actuó conforme a la ley y el problema fueron «las formas» (que es lo que ellos piensan), entonces cabe una disculpa. Si Peña Nieto pide perdón, es porque sabe de antemano que llevó a cabo una acción que perjudicaría a terceros.

Y si un acto perjudica a terceros previo conocimiento de quien lo ejecuta, y como hay leyes que penan ese tipo de actos, Peña Nieto entonces debería someterse a esas leyes. ¿Lo hizo? No.

Peña. Pedir perdón después del fin del mundo

Fan Page de Facebook de la Presidencia.

Peña Nieto también se comprometió a acabar con la corrupción en medio de la promulgación de las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción. Pero hace unas semanas, su partido cambió la propuesta original de la #Ley3de3 con el fin de que los políticos no hicieran público sus bienes ni patrimonios. En un escenario así, es difícil creer en las disculpas del Presidente.

Peor aún, Peña colocó a un cercano suyo como Presidente del CEN del PRI, a Ochoa Reza, quien mintió y negó su afiliación al partido.

En mi particular opinión, creo que este «perdón» no viene tanto del corazón de Peña Nieto, sino del war room del PRI. Saben que las posibilidades de ganar en el 2018 son cada vez más remotas, y por lo tanto, consideran necesario cambiar el discurso.

También con esto buscan aumentar su margen de maniobra. Un gobierno sin legitimidad (lo cual aceptó el propio Peña), es un gobierno que no tiene capacidad de reacción. Paradójico es, que a pesar de tener mayoría en el congreso, el gobierno de Peña no tiene margen de acción. Ello es causa de que por ejemplo, el gobierno no pueda resolver el conflicto con la CNTE y tenga que negociar con ellos la Reforma Educativa. Ello también es causa de que la mayoría de la población le de la espalda ante cualquier decisión difícil que deba de tomar.

Posiblemente tengan que ceder, dado que el juego de la «simulación» ya no funciona. Posiblemente será tiempo de cerrarle a la llave del erario de donde se enriquecen muchos. Posiblemente será tiempo de encarcelar a algún gobernador corrupto (como Javier Duarte) para esperar una aprobación más benévola, y menos críticas desde el extranjero. Posiblemente veamos algunos cambios para bien dentro de la estructura que sostiene a nuestro país y sus instituciones, aunque éstos se den por mera conveniencia.

De hecho, me atrevo a pronosticar  que los dos años que vienen serán los «menos malos» de Peña Nieto. Su presidencia tendrá que dar un viraje si quieren que su partido pueda aspirar a algo en el 2018. Un tanto será simulación, en el otro tanto, cederán un poco.

Pero desde mi punto de vista, es demasiado tarde. Aunque se hagan las cosas mejor, los 4 años ya cursados pesan demasiado. El gobierno actual mintió una y otra vez a sus gobernados. La mayoría de los ciudadanos se sienten agraviados, y cuando eso sucede, las disculpas no bastan.

Aunque pedir perdón sea válido, no, no basta.