A Televisa le dijeron que su audiencia estaba bajando porque ya nadie veía la televisión abierta y todos preferían entonces, ver series en Internet. El comportamiento del consumidor, les dijeron, había cambiado. Y no, no se equivocaban, con la abundancia de laptops, tablets y smartphones, la televisión ha dejado de tener el monopolio del entretenimiento.
Lo que parece que a Televisa no le dijeron, es que la gente también está dejando de verla porque sus contenidos son, digamos, «chafitas». Todo el mundo veía Televisa porque ésta tenía el monopolio del entretenimiento en el país, no tenía mucha competencia en cuanto a contenidos se refiere. ¿Quién ve Sabadazo, y Hoy?, o ¿Quién ve Telenovelas hoy en día? Estas últimas suelen ser personas mayores de edad que crecieron con ellas. Televisa está dejando de ser referencia para las nuevas generaciones.
Televisa entendió lo primero, no lo segundo. Y entonces creó Blim, una plataforma digital para competirle a Netflix, Claro Video y demás aplicaciones digitales donde el usuario puede consumir contenido en línea.
Pero se trajo toda su «basura». Bastó con usar la promoción de los 30 días gratis para probar su nueva propuesta llamada Blim y navegar en ella para percatarme de eso. ¿Qué es Blim? Es básicamente Televisa, tal y como la conocemos, pero digitalizada.
Primero, trae un repertorio muy limitado de películas y series, pareciera que estuviéramos hablando de un «Canal 5 digital» (aunque aquí no tienes por qué conformarte con esos horribles doblajes al español), trae su repertorio de telenovelas (limitado también): Muchachitas, Rosa Salvaje, Clase 406 (pfftt), María Mercedes. Vaya, ni Rebelde aparece ahí. Además también te ofrece programas por si te perdiste Acción el domingo pasado, o La Jugada. Sí, esto cuesta lo mismo que el Netflix.
Cierto, Netflix casi no te ofrece telenovelas, ni puedes ver Acción para ver los goles de Oribe Peralta. Pero ¿A quién le importa ver Acción en línea? ¿Para qué ver Acción si puedes ver los goles en Youtube poco después del fin del partido? Seguramente en Televisa pensaron que eso era una gran idea, que la gente iba a ver la repetición de los programas deportivos para ahí informarse, cuando la información vuela, cuando cualquier diario digital comprime los videos de los goles en Vine y junto a estos redactan la nota del partido.
La gente está harta de Televisa porque sus contenidos, en la mayor parte de los casos, son una basura. Cuando la televisión abierta se molesta en crear algún contenido de calidad decente, como Master Chef de TV Azteca, la gente se molesta en verlo.
Televisa nació cerrada, como una industria protegida y aliada al Gobierno en una época donde las importaciones estaban restringidas. Después de la apertura, Televisa no terminó de «agarrar la onda» y trató de adaptarse a las «nuevas formas» mediante las «viejas formas»; aunque a pesar de eso tuvo algunas chispas de creatividad. Ahora ni siquiera ocurre eso. Televisa cree que sigue siendo respetada por el público, y que basta trasladar sus contenidos a donde el público está para que vuelva a ser vista.
Sabes cual es la diferencia entre la @ChampionsLeague y la @LIGABancomerMX ? exactamente la misma que existe entre @blim y @NetflixLAT
— ignacio suarez (@fantasmasuarez) febrero 24, 2016
Y siento decir que esa plataforma malograda llamada Blim, solo servirá para aquellos nostálgicos que quieren ver esas novelas que marcaron su juventud.
Su interfaz naturalmente es una copia un tanto malograda de la que despliega Netflix, Y sé que se entiende que la empresa estadounidense puede disponer de los mejores programadores y UX designers del mundo y Televisa no tanto (aunque hablamos de una de los medios de comunicación más grandes de América Latina, no de una startup creada por dos jóvenes). Pero ni siquiera pretendieron hacer innovación alguna en la interfaz, simplemente la copiaron. Y se ve mal, porque basta con navegar un poco para darse cuenta de la escasez de opciones, como si se tratara de una copia un iPhone por una marca de bajo costo (por no decir pirata).
Peor aún, tiene errores en su interfaz, aunque esto podemos atribuirlo a que se trata de una nueva plataforma que está tratando de arreglar sus últimas imperfecciones (bugs). En Google Chrome, si quiero ver, por un decir, Muchachitas, el video se congela después de unos cuantos segundos. En cualquier navegador, pasados unos segundos, la calidad del video se vuelve muy mala, para después ya desplegar una calidad HD y después volverse a caer. En resumen, noto mucha improvisación en su plataforma.
Esta propuesta no ha sido bien recibida en las redes sociales. Sí, quienes más consumen Internet son millennials que no suelen ver televisión, a los cuales no les gusta mucho las novelas, y nunca ven Televisa. ¿Para qué les traes lo que no quieren ver?
Ya tenemos #BLIM para pagar por ver los programas de televisa que nunca vimos cuando eran gratis…
— Jesús Chapa (@js_chapa) febrero 24, 2016
Si Televisa quiere que Blim pegue, tiene que crear contenidos independientes. Netflix es exitoso no sólo por su gran variedad de contenidos, lo es más por sus contenidos propios. Incluso en México lanzaron la serie Club de Cuervos, que digamos, estuvo decente.
Televisa necesita salir de la cerrazón y entender que le tiene que dar oportunidad a personas creativas y talentosas que no forman parte de su cerrado y arcaico grupo de productores y artistas con quienes ha trabajado de la misma forma desde hace años. Televisa tiene que entender que su fórmula «de siempre» le pudo funcionar en la televisión abierta, pero que ya no le funciona siquiera ahí, y que lo peor que puede hacerlo es trasladarlo a los formatos digitales. Netflix tiene éxito porque puede producir series que no están sujetas a restricciones, por eso puede crear una serie House of Cards. En Televisa en cambio pretenden hacerlo (si es que lo hacen) con su misma fórmula, con los mismos productores y actrices del CEA.
Televisa tiene que parecerse más a Netflix (en la generación de contenidos, no en la copia del layout de la página web) y menos a ella misma promocionando candidatos a la presidencia. Televisa tiene que dejar de ser «Televisa en línea». No, no está mal que suban sus contenidos como telenovelas o programas que ellos han producido, pero no pueden pretender que eso sea su ventaja competitiva y tienen que empezar a hacer cosas nuevas, a innovar y romper esquemas.
Para su fortuna, este tipo de plataformas puede mejorarse con el tiempo, pueda que en algún futuro nos sorprendan. Pero la resistencia al cambio es una hueso duro de roer, y tanto Emilio Azcárrraga como Pepe Bastón y Bernardo Gómez tendrán que empezar a «salir de la caja» si es que no quieren que esta propuesta termine condenada al fracaso.