Todos los seres humanos nos hemos preguntado las razones por las que existimos: ¿Por qué existimos en vez de no existir? ¿Cómo realmente surgió la vida? A través de la historia, las religiones han tratado de darnos respuestas, muchas de ellas han sido progresivamente desmentidas gracias al progreso de la ciencia (aunque en sí, la ciencia no ha podido afirmar ni negar la existencia de un Dios creador). La ciencia nos habla del carbono como elemento indispensable (al igual que el oxígeno y algunos otros elementos más) para la creación de vida, los científicos nos han contado que la vida comenzó con elementos simples y unicelulares que han evolucionado hasta lo que nosotros somos. Otros científicos como el biólogo Richard Dawkins en su libro «El Gen Egoísta» afirman que los seres humanos somos simples máquinas de supervivencia de los genes, es decir, los genes crearon (por decirlo de una forma) a las especies como si fueran máquinas que tienen el propósito de lograr su supervivencia a través de varias generaciones.
Lo que es muy cierto es que se tuvieron que dar condiciones demasiado específicas para que la vida pudiera surgir. Desde la forma en que surgió el universo con el Big Bang, las leyes de la física que tuvieron que ser de una forma tan precisa tal (y que estas están supeditadas a las leyes de la física cuántica, tan reales pero tan misteriosas la vez) para que pudieran dar las condiciones para que surgieran las estrellas, a y su vez, estas explotaran para formar otras por medio de su material cósmico, y éstas a su vez pudieran propiciar la creación de planetas que giren alrededor del sol; y dentro de todos los sistemas solares formados, la estrella tuvo que ser de tales características, la relación con los planetas, las características del planeta, la distancia entre los dos astros, el tamaño del sol, el tamaño del planeta, la excentricidad de su rotación con el sol, los materiales de los que se compone dicho planeta, todo eso para que pudiera surgir vida. Pero ahí no termina todo. Tuvieron que existir condiciones muy específicas también para que las especies unicelulares mutaran en especies pluricelulares y surgiera la vida hasta el punto en que nosotros existimos como seres humanos.
La vida surge gracias a varias combinaciones, y su inicio tendría que ver más bien con algo parecido a un sistema binario (como el de las computadoras) y no a una teoría creacionista todavía promovida por algunas religiones. El Juego de la Vida de John Conway (un modelo creado en una computadora), simple, pero demasiado asombroso, nos da una luz. Pero ¿De qué trata este juego?:
Las reglas son muy fáciles y sencillas. Se trata de un conjunto de células colocadas en algo parecido a un tablero de ajedrez. Solo hay 2 valores, la célula está viva o está muerta. Sabiendo esto, solo hay 4 reglas:
- Cada «célula» con uno o ningún vecino vivo «muere» es decir es retirada del tablero.
- Cada célula con cuatro o mas vecinos vivos muere por superpoblación.
- Una célula con dos o tres vecinos sobrevive.
- Un espacio vacío rodeado de tres vecinos vivos «engendra» una nueva célula, es decir que hay que poner una «ficha» en ese lugar.
Esta dinámica parece sencilla, de hecho es mucho más sencilla que un juego de ajedrez, pero ¿qué es lo que pasa? Este primer video es un modelo muy simple (en el primer paso selecciono cierta configuración de células vivas o muertas) donde no pasa gran cosa, pero sirve para que entiendan como va el juego:
Ahora que entendieron el mecanismo, éste es otro video donde el modelo usado hace no sólo muchas cosas interesantes, sino que parece que crea vida. Podemos ver como a partir de una sola colocación de puntos, podemos generar algo parecido a una especie viva que puede hacer simbiosis con otra especie. Todo a partir de un patrón que sigue un conjunto de leyes simples (4 solamente):
Esto es tan poco complejo que basta algún lenguaje como Javascript para poder emular éste juego. Ahora que vieron como funciona, les comparto una página donde ustedes pueden crear su propio modelo y ponerlo a correr. Traten de dibujar cualquier patrón o garabato y verán que cobra vida pero ésta dura muy poco tiempo. Para que el experimento pueda durar más y crear células más complejas, se necesita dar con un patrón muy específico.
A lo que voy es que incluso a la hora del surgimiento de especies unicelulares, se tuvieron quedar condiciones muy específicas para que surgieran especies más grandes y de ahí que surgiéramos nosotros. Dentro de miles de millones de posibilidades en el universo, se tuvo que dar una que contuviera el equilibrio perfecto para que nosotros existamos. Posiblemente existan otros universos y otras posibilidades (como lo sugiere le física cuántica), pero lo asombroso de la naturaleza y las leyes que nos rigen es que tuvieron que ser perfectas. Al punto en que nuestro comportamiento, aunque sea de forma mínima, puede alterar el equilibrio. Si yo estudio urbanismo y me lanzo a la política, puedo incidir en la planeación de mi ciudad, dicha planeación incide en la calidad de vida de sus habitantes dentro de la cual toman diferentes decisiones que condicionan escenarios posteriores, como si se tratara de un efecto mariposa.
Así de asombrosa es la naturaleza, así de asombroso es nuestro universo, y falta mucho por descubrir. El siglo pasado se descubrió por medio de la física cuántica, que la física tradicional no podía formular una teoría única que lo explicara todo. Ahora con la física cuántica, se ha apostado por la teoría M (que tiene su origen en la teoría de las cuerdas) como candidata a una «teoría del todo», lamentablemente sigue siendo una teoría incompleta.