Yo creí que el mexicano estaba ya tan desanimado, que se había hecho la idea de que había que acostumbrarse, que estaba quemado, vencido, y que la frustración lo paralizaba. El tema de las leyes secundarias propuestas por Peña Nieto relativas a la Reforma de las Telecomunicaciones llevaba algo así como dos semanas tocándose y nada más la gente no se levantaba. Ciertamente la Semana Santa y demás coyunturas ¿a propósito? pudieron influir. Pero lo que sé es que cuando el individuo regresó de sus vacaciones, se dio cuenta que algunos de sus derechos están en riesgo.
Gracias también a la campaña orquestada desde la semana pasada para posicionar trending topics como #EPNvsInternet y #ContraElSilencioMX el tema se hizo mainstream y la indignación se generalizó entre todos los ciudadanos que no estamos de acuerdo en la forma en que está gobernando Enrique Peña Nieto, entre la que se incluye la GRAN mayoría de la clase media y alta ilustrada. Enrique Peña Nieto y para los que él trabaja, creen vivir en un mundo paralelo donde los ciudadanos no existen.
Peña Nieto no asiste a ningún evento con público que no sea controlado, su popularidad cae cada vez más y el escepticismo es cada vez mayor. Algunos pensamos en que lograrían crear expectativas en sus primeros años de Gobierno, pero tenemos un país inseguro, con un estado de derecho totalmente deteriorado, una economía que no avanza, y que para ponerle la cereza al pastel, se quiere censurar a quienes se oponen a él.
He tratado de buscar argumentos a favor de las leyes propuestas por Peña Nieto y me he encontrado con muy pocas como un artículo de Federico Arreola. Pero la verdad este artículo, que es el más cercano a ser uno que se pueda tomar en cuenta, no convence, y al final pareciera estar escribiendo un spot para el gobierno. Los artículos propuestos son lo suficientemente explícitos y ambiguos a la vez para saber el riesgo que corremos los mexicanos que queremos una democracia y que tengamos peso en las decisiones que se toman en este país.
Yo lo he dicho. Hasta hace poco (antes de que llegara el manotazo de Peña Nieto) reconocí que esta podría ser una reforma muy benéfica para el país, porque a pesar del ligero sesgo que veía a favor de Televisa, era muchísimo más lo que se avanzaba que lo que se dejaba de avanzar. Ciertamente no es toda la reforma la que está mal, hay puntos buenos en ella. El problema son esos artículos que invitan a la regresión, al autoritarismo, a la antidemocracia, a la dictadura de unos pocos.
Esto es una muestra de que Peña Nieto y su grupo le tiene miedo a los ciudadanos. Si en realidad estuviera «Moviendo a México» y trabajando por el país, no habría esta animadversión. ¿Por que la censura, a qué le temen? No, no se me haría raro que en algún momento sucediera algo como en Venezuela. Ciertamente nuestra economía no ha llegado a ser la catástrofe que es la venezolana, pero la animadversión crece, nadie cree en el gobierno, las decisiones tomadas por los gobernantes actuales molestan a los ciudadanos, sean de derecha o de izquierda.
Alguien me dirá que es un ataque ad hominem. Pero ¿Ustedes creen que un Presidente que llegó al poder comprando votos masivamente, cuyo partido solapó a un depravado sexual que utilizaba recursos públicos para sus cochinadas como Cuauhtémoc y lo hizo Presidente del PRI en el DF (cochinadas que seguramente conocieron las cúpulas del partido) va a aprobar esos artículos porque «les preocupa la seguridad de los ciudadanos? No lo creo.
¡Qué bueno que México esté despertando! Los ciudadanos podemos demostrar que podemos ser más rectos que los gobernantes, que podemos romper nosotros mismos con esas ataduras, con ese «el que no tranza no avanza», con ese «un político pobre es un pobre político», podemos demostrar que somos diferentes para poder aspirar a tener un gobierno diferente.
¡Queremos un México libre, plural, democrático y desarrollado! ¡No vamos a dejar que Peña Nieto y su grupo se salgan con la suya! Nosotros podemos, chingada madre (no me gusta usar mucho majaderías, pero esta vez vale la pena).