Tuve la oportunidad de ir al foro de la EGAP en el ITESM Guadalajara, donde asistieron Francis Fukuyama, Alejandro Poiré, Óscar Naranjo, el ex Presidente de Colombia Alvaro Uribe, además de varios panelistas que debatieron. El foro fue un éxito, pero me dejó mal sabor de boca mi país, salí del aula magna con una sensación agridulce porque ya sea por los comentarios explícitos o tácitos de los ponentes, o por un ejercicio de comparación.
Primero, entre los participantes, ya sea por su nacionalidad o por prudencia, evadieron el tema de la reforma hacendaria. Los panelistas que conformaron el debate hablaban de que es lo que tenía que hacer México para hacer crecer su economía, disminuir la desigualdad, fortalecer el mercado interno. Cuando se les preguntó sobre el tema de la reforma hacendaria poco hablaron de ello, pero en estas propuestas de crecimiento, sugirieron una regresión. Es natural, la reforma hacendaria es una rara mezcla de propuestas que no llevan a nada, que tiene sentido social (implica quedar con el PRD) pero los mecanismos para obtener (supuestamente) dicho sentido social, son erróneos, preocupantes, y son más bien antisociales. No es una reforma neoliberal, algunos dirían que es más bien keynesiana. Pero de verdad que si John Maynard Keynes viera esto…
El General colombiano Óscar Naranjo (quien diseñó la estrategia para liquidar al famoso narcotraficante Pablo Escobar) fue traído por el gobierno de Enrique Peña Nieto como asesor. Cuando se le preguntó lo que se le sugirió al mandatario en tema de seguridad, se mostró muy evasivo. Cuando se le preguntó sobre el futuro de la situación de seguridad afirmó que en un futuro podía ser mejor, pero ni siquiera mencionó la estrategia seguida por Peña Nieto, sino el hecho de que la ciudadanía se ha mostrado cada vez más participativa en el tema de la seguridad. A pesar de que fue contratado precisamente por parte de Peña Nieto, no hubo si quiera una palmada a favor del Presidente oriundo de Atlacomulco.
Óscar Naranjo comentó que para tener una estrategia de seguridad exitosa, es necesario generar una confianza en las instituciones, cosa que refrendó el ex Presidente Álvaro Uribe. Los resultados en Colombia fueron muy buenos, en México parecen no tener éxito sus sugerencias, y no sólo eso, sino que dudo que le hayan hecho «mucho caso» en una estrategia de seguridad que no tiene ni pies ni cabeza. Y hago hincapié en el tema de las instituciones, porque lo que ha pasado con Peña Nieto y lo que representa, es una desconfianza cada vez mayor en ellas, y más al mando con una persona que no tiene la capacidad de ser un líder. Estamos en un lío.
Al final viene el ex Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, al que tuve la oportunidad de saludar, y quien dio una muy buena conferencia. Se puede estar, o no estar de acuerdo con él, en su ideología política, en sus métodos. Pero me queda claro que es un estadista lo suficientemente reconocido para ser invitado a dar conferencias. Una persona con estrategias, con ideas, que sabe lo que hace, que denota preparación. Sentí algo de recelo al hacer el ejercicio de comparación con nuestro Presidente: Peña Nieto no tiene ideas, y su capacidad intelectual no le da para dar una conferencia sin ayuda de un apuntador o un guión. Peña Nieto no se podría llevar (ni en México ni en ningún lado) los aplausos que recibió Álvaro Uribe por parte de los estudiantes. Álvaro Uribe decidió no recibir a Ingrid Betancourt cuando fue liberada, para que de esta forma, las fuerzas armadas se quedaran con el crédito del rescate. Álvaro Uribe nunca hizo promesas irrealizables en campaña, fue sincero cuando comentó que tal o cual cosa no podía hacer. Peña Nieto firmó cualquier compromiso ante notario que no se ha cumplido, ni se cumplirá. Álvaro Uribe es autónomo, el responde por sus decisiones. Peña Nieto es un títere.
Horas después, me entero que la Selección Mexicana «se salvó» a dos minutos de ser eliminada, gracias a un gol, sí, de Estados Unidos, de ese equipo tan odiado por quienes malentienden el concepto de nacionalismo. Cosa que termina siendo una derrota, debido a que lo sano, no sólo para nuestro futbol, sino para el país y la sociedad, era la eliminación de la justa, que sirviera para reflexionar y para ocuparse de temas más relevantes y que afectan más la vida de todos los mexicanos, como puede ser la situación política y las reformas.
¿Qué estamos haciendo como mexicanos para llegar a este estado de descomposición, donde se ha perdido toda la confianza en las instituciones, se le ha perdido todo el respeto a quien debería ser el líder de esta nación, donde la inseguridad crece, las diferencias también? ¿Qué tenemos que hacer para salir adelante? ¿Cómo podemos recuperar la confianza en el país? Son preguntas difíciles de contestar, pero a las cuales deberemos encontrar respuesta. Y lo único seguro de dichas respuestas, tiene que ver con el que los ciudadanos tendremos alguna responsabilidad en ellas, tendremos tareas que realizar. Parte de esta descomposición tiene que ver con la idiosincrasia de este país, con una mentalidad colectiva que debemos de cambiar urgentemente.
No es pesimismo, sino que hay que partir del punto donde estamos, y ello es muy doloroso.
Escrito para México desde México