… digas que eres de izquierda y que te preocupen los pobres.
… te preocupen los animales y las plantas, porque subas la foto de un perro a tus redes.
… vayas a misa todos los domingos y te encomiendes a un santo.
… harás un donativo (deducible de impuestos claro) a una casa de beneficiencia.
… le abras la puerta del coche a tu novia.
… critiques a EPN en Twitter.
… critiques a todos los según tu imperfecto criterio, son malas personas.
… digas que el gobierno es corrupto, que todos los políticos son corruptos, que todos los líderes sindicales son corruptos, que todos los empresarios son corruptos.
… tengas una banderita de México en tu automóvil.
… te opones al brainwashing continuo de Televisa.
… subiste una foto de una persona perteneciente a una comunidad marginada «al feis» y le diste «like».
… publicaste el artículo donde un chef comprueba que la comida de McDonalds es una basura.
… compras café orgánico para que los campesinos no sean «tan explotados».
… dices cómo es que México debe de ser más competitivo.
… diste al Teletón después de ver las persistentes catarsis televisadas de Lucerito.
… presumas en Facebook que haces todo lo anterior para que la gente te halague (con «likes») y te autoengañes diciendo que eres una buena persona.
Hay mucha gente que al hacer «o parecer hacer» alguna cosa buena en su vida, ya es buena persona, mientras en todos los demás ámbitos de su vida es un hijo de puta. Está de moda «parecer» buena persona y estar presumiendo en las redes de una supuesta conciencia social que en realidad no existe, porque muchos de sus actos los hacen para ganar más aceptación. Así de simple.
¿Te quedó el saco?