Seguramente eres un púber que quiere ver que va a hacer con su vida. Hace no mucho te diste cuenta de la aparición de pelos por todos lados, aprendiste a rasurarte (o a depilaste), a ponerte desodorante (que desgracia en que la misma etapa en que te gustan los miembros del otro sexo empieces a oler mal si sudas), empezaste a coquetear con tu sexo para después sentir una explosión inmensa que cambió tu vida para siempre. Pocos años después de eso, te topas una de las decisiones más importantes de tu vida ¿Qué fregados voy a estudiar? Esa decisión marcará un rumbo definitivo en tu vida, tal cual efecto mariposa, donde un pequeño acto cambia por completo el futuro.
¿Pero sabes que estudiar? ¿Sabes como tu carrera, con una persona indecisa, timorata y manipulable como tú, puede acabar destruyendo a la sociedad? Esta es una lista hecha deliberadamente para crearte todavía más confusión.
Filosofía y Letras: Los filósofos llegaron a este mundo para crear problemas existenciales. Por más se lee fiosofía, la angustia aumenta, y tal cual droga candidata a ser legalizada por Fox, el filósofo necesita leer más, meditar, razonar más, pensando en saciar su vacío existencial, cuando ocurre lo contrario. Dependiendo la ideología, se encerrará en un monasterio para entender al Dios en el que cree, y dejará de disfrutar los placeres de la vida. O se convertirá posiblemente en un pseudorrevolucionario rojillo que después de haber leído cientos de libros que lo pusieron al borde del suicidio, llegará a la errónea conclusión de que el comunismo funciona.
Psicología: Tiene algunos rasgos parecidos de los filósofos. Los filósofos rara vez encontrarán trabajo, pero el número de suicidios por crisis existenciales podrá equilibrar dicho conflicto. En cambio los psicólogos no. La mayoría de los estudiantes, mujeres «Mientras me caso» que aspiran a poner su consultorio y terminan trabajando en el departamento de recursos humanos de empresa de medio pelo si bien les va, logran sortear esa angustia. En ese mundo donde el «Yo» y el «Ello» de Freud, se combinan con los «Wey» «Hello», «quiut (Cute)», donde un postulado freudiano o de Jung que cause conflicto, podrá ser neutralizado con una visita consumistamente loca al centro comercial. Es cierto que estamos enfermos, pero no es lejano el día en que tengamos más psicólogos que no psicólogos en la sociedad, y los primeros se limitarán a «psicoanalizar» a sus padres, hermanos y amigos, para después irse a llorar por un profundo conflicto que no ha sido posible descifrar desde un punto de vista antropológico, sociológico, o valga la redundancia, psicológico: -Mi novio llegó 15 minutos tarde weey!-.
Economía, Finanzas: Los economistas tienen una profunda distorsión de su autoconcepto. Creen que son superhéroes que vienen a salvar a la sociedad, cuando son artífices de gran parte de sus males. Gran parte de ellos (exceptuando los rebeldes marxistas) son una especie de juniors con porte tecnocrático, que buscan hacer un análisis del mundo y todos sus problemas por medio de fórmulas matemáticas. Son expertos en la economía del goteo, cuando no son capaces de cerrar bien la llave del lavabo. Todo lo analizan en función de balanzas comerciales, oferta y demanda, producto interno bruto. Tratan de hacer el trabajo de psicólogos, filósofos y sociológicos reduciendo todo a un interés monetario.
Ingenierías: Es natural que los ingenieros sean bien pagados, debido a su capacidad intelectual de lograr transformar la materia en cosas que según nosotros, son útiles. Son una especie de intelectuales binarios, la gran mayoría no tienen relaciones sexuales hasta que comienza su éxito económico, y se molestan si uno les llama licenciado en vez de ingeniero. El problema viene en que son parte responsables de los daños que estamos causando los seres humanos en la tierra. Ellos crean un inocente aparatito maquetado en AutoCAD, un robot, un molde, cosas aparentemente pequeñas, pero que juntas te hacen entender por qué hay cada vez menos árboles, por qué el clima está cambiando. Eso sí. Tienen el karma de su lado, son la especie relegada en la universidad, pero al salir al quite, se las cobran.
Programadores: Geeks y nerds antisociales se refugian en este mundo para llegar a ser alguien a pesar de sus limitaciones. Tetos como Bill Gates o Steve Wozniak son su esperanza para que a pesar de sus granos, sus frenos, y su sobrepeso, logren ser igual o más exitosos que los hombres comunes. Dominan un arte que sólo ellos entienden (corchetes, «if’s», while’s») y lo que para ellos es algo increíble, para el resto del mundo es algo así como «cómprate una vida» aunque toda la tecnología que usan estos últimos para farolear, son creados por esos programadores. Incluso la App que usan para burlarse de los nerds. Tendrán más posibilidades de crear una aplicación que piense por sí misma, que tener una relación sentimental con alguien que no se dedique a los mismo que ellos.
Mercadotecnia: La definición correcta de mercadotecnia es la siguiente: -La actividad donde se busca acercar productos inútiles a los consumidores, los cuales son previamente enajenados por medio de mecanismos conductuales, precios bajos, y estrategias apelando a los sentimientos de la gente-. El mercadólogo se encarga de decirle a los demás que es lo que necesita pero que en realidad no necesita. Imaginemos una mesa coja de dos patas, la cual no se puede poner de pie ¡No sirve!. Bueno, un mercadólogo puede forrarla de diamante y se convierte en un producto de lujo cuyo mercado meta son las clases pudientes. Otro mercadólogo le pone una manzanita y le llama la iCoja, La gente hace filas enormes para comprarla porque la edición conmemorativa tendrá una de sus patas con la forma del falo de Steve Jobs. Otro de plano deja que la mesa se haga más vieja, donde la humedad debilite la madera y huela antiguo. Sí, la mesita ideal que todo hipster estaba esperando. Y por cierto, los primeros que caen en las garras de la mercadotencia, son, los mercadólogos.
Arquitectura: No miente quien dice que el arquitecto es aquella persona que no tuvo cojones para ser ingeniero. Es una carrera apta para megalomaniacos snobs. Todos quieren ser Le Corbusier, Gaudí, Pelli, Foster. Pero terminarán creando casas tipo Infonavit 4×4 o bien, haciendo ampliaciones en un baño para que el escusado quepa y el cliente pueda agarrar el papel del baño sin pararse. Los arquitectos se creen artistas, creen que van a forrar toda la ciudad de Art Deco, van a presentar una propuesta de un mingitorio portatil Art Nouveau, pero caerán en la realidad de que la gente quiere su casita, y no quiere que tenga goteras. Posiblemente logren entrar a su obra arquitectónica maestra, pero sólo viendo su render con unos lentes en 3D.
Contador: Monótono, repetitivo, uno de los reductos de la cultura disciplinaria panóptica de hace dos siglos. Declaración- IVA – IETU, cuentas T – Activos – Pasivos. Tienen mucho trabajo muy mal pagado, y la poca creatividad que se les pide, es la necesaria para que sus clientes evadan impuestos. ¡El contador de Slim es un artista!. Ser un contador es como trabajar en el servicio público sin los beneficios de estar en el servicio público. Ir al SAT, hacer filas, lidiar con la burocracia, un error puede costar no sólo la pérdida de un cliente, sino el resarcir económicamente su error. El nombre lo dice todo, contador, contar, nada más.
Diseño Gráfico: Aquí caen dos personas, gente que cree que el diseño es arte, y gente que no tuvo los suficientes arrestos para estudiar cualquier otra carrera. Son los mozos de los mercadólogos y los comunicólogos. Su conflicto consiste en tratar de hacer una expresión artística con la imagen corporativa de una empresa. Colores por aquí, colores por allá, un toque de Picasso, un toque de Dalí, para que el cliente diga -¡Qué es esta porquería!-. ¡Quiero diez propuestas nuevas para ayer!-. Su pirámide de necesidades de Maslow sería así: 1.- Necesidad de tener una Mac 2.- Necesidades fisiológicas 3.- Necesidades de seguridad 4.- Necesidades de afiliación 5.-. Necesidades de reconocimiento 6.- Autorrealización.
Comunicación: Es curioso que muchos comunicólogos gusten de la onda hippie e incluso se consideran de izquierda, pero forman a ser la parte estrategica de comunicación del mainstream y la maquinaria boba. Terminan manejando las redes sociales de empresas propiedad de «pequeños cerdos capitalistas», hacen comerciales de Coca Cola y si tienen éxito, spots de Televisa. En cierta medida, comparten la intención de los mercadólogos de enajenar a la gente, aunque el mercadólogo es el que habla de la necesidad de hacerlo, y el comunicólogo ejecuta la estrategia orwelliana alienante.
Administracion de empresas: La gran mayoría entran aspirando a manejar su negocio y pocos lo logran. Como el nombre tiene la etiqueta de «mi negocio propio» o, «seré gerente de una empresa importante», terminamos con una de las carreras más saturadas, también por muchas «Mientras me caso». Al igual que los mercadólogos, llega el balde de agua fría cuando hay mucho trabajo en… telemarketing, cambaceo, servicio al cliente. Al salir se dan cuenta que para poner un negocio y poner sus conocimientos en práctica, más que su título, necesitan «capital». Quienes no lo tienen, o bien, no lo saben obtener (porque también existen los créditos y los incentivos), terminarán condenándose a buscar empleos que sean aceptablemente remunerados aunque no les guste.
Derecho: Yo lo llamaría licenciatura en chueco. Ese episodio de los Simpsons donde Lionel Hurtz se imagina a un mundo sin abogados representado por una imagen con varias personas cantando en círculo ejemplifica lo que es el derecho. Más que aspirar a ser empleados o emprendedores, la política es una gran opción para desenvolverse. El abogado más mañoso es el más bueno, un abogado «humilde» es un pobre abogado. Una carrera saturada, sí, pero con amplias áreas para desenvolverse. Si el diseñador es creativo, el contador minucioso, y el psicólogo empático, entonces el que estudia derecho debe de ser cabrón. Se forma un círculo vicioso porque si aparecen abogados «cabrones» entonces la otra parte deberá buscar otros más «cabrones», y más que aplicar la justicia, ganará quien encuentre más inconsistencias a la ley a su favor. Tanto si quiere ejercer de una forma honesta y comprometida como si quiere ser un corrupto. Por eso es que el derecho es la antesala de los políticos.
Medicina: Otro de los oficios llamados liberales. Si no fuera por Superman, Gokú o el Peje, los médicos serían los héroes del mundo. Se encierran en los estudios más tiempo que los otros profesionistas, lo cual moldea su personalidad al grado que siempre sabes que el médico, es el médico (a veces esos pasillos de hospital dejan como un no sé qué en su psique que ha asimilado las tripas internas). Si no te gusta esforzarte, esta no es tu opción- Los médicos son de los profesionistas más valientes (aunque se creen de más) porque no sólo estudian una carrera difícil y demandante, sino porque es pan de cada día ver lo más repugnante de los seres humanos, desde un olor fétido por falta de aseo, hasta meter las manos dentro del cuerpo de un paciente sabiendo que la más pequeña falla puede destruir la reputación forjada por años. Los médicos llegan literalmente «más adentro» del ser humano que los filósofos, pero no se deprimen tanto. Se acostumbran.
Nutrición: Algunos podrán asociarlo con la medicina porque los dos están centrados en la salud, pero es algo totalmente diferente. Primero, en nutrición siempre están las mujeres más guapas de la universidad (hombres no sé, porque no muchos estudian esta carrera). Segundo, no puedes ser gordito o gordita y estudiar nutrición. Adiós a los placeres del paladar a menos que tu metabolismo sea muy generoso contigo. Estas son de las carreras «Mientras me caso» pero con más perspectiva, porque las nutriólogas si logran hacer algo más de su carrera. El problema es que es una desventaja relacionarte íntimamente con gente gordita. Si tienes un novio, un hermano o un papá gordito, se asumirá que no tienes la capacidad de hacer que bajen de peso. El cliente común del nutriólogo es este. Llega a consulta los primeros días de enero, sigue febrero, marzo, abril, hasta un punto en que el nutriólogo se siente muy orgulloso de como su técnica ha despejado toda obesidad del individuo. Pero esta alegría se disipa cuando esa misma persona regresa en enero del siguiente año con todavía más sobrepeso.
Entonces, ¿Ya sabes qué quieres estudiar?