Calificación: 4/5
Hay películas que parecieran que terminarán sin merecer si quiera la calificación de domingueras, pero conforme les vamos dando una oportunidad, terminan siendo filmes que valieron la pena ver. Algo así pasa con «Después de Lucía». El filme comienza en Puerto Vallarta donde el padre de Alejandra abandona en la calle el coche con el que había chocado y muerto su esposa Lucía. Al principio no se entiende mucho por qué esas secuencias tan largas, pero después de pasado un tiempo todo empieza a tomar forma.
Alejandra y su padre, quienes viven juntos, pero que sienten dentro de sí una profunda soledad a causa de la muerte de su madre (lo cual queda palpado en su muy fría relación,aunque bien hay afecto entre los dos), deciden irse a vivir a la Ciudad de México. El padre consigue un trabajo de chef y Alejandra entra a una nueva escuela. Al principio todo va bien para Alejandra mientras el padre se muestra desolado por el fallecimiento de su esposa. Alejandra pareciera adaptarse bien a su escuela y hacer nuevos amigos. Pero después de una fiesta donde es filmada con un iPhone teniendo relaciones sexuales con un compañero suyo le da un giro de 360 grados. Empieza a sufrir humillaciones, es víctima de un Bullying expuesto tan crudamente por el director Michel Franco, que la verdad yo no recuerdo haber visto en mi vida de estudiante, tanta crueldad (y eso que vi cosas feas).
Este filme no es una película moralina, ni sugiere reflexión alguna. Simplemente el director presenta estos hechos de tal forma que los expectadores saquen sus conclusiones. La forma en que lo presenta es muy fuerte, pero creo que Michel Franco acertó en hacerlo así, porque de este forma ( sumado a una sobresaliente actuación de Tessa Ia que interpreta a Alejandra) el espectador logra sentir cabalmente lo que está sintiendo la protagonista al ser vejada y humillada.
El director no utilizó música en la película, y sin ella logró transmitir eficazmente el dolor de Alejandra, y en cierta medida, de su padre. Tal vez esta fórmula, aunado a la utilización de actores no profesionales, funcionó bien con el objetivo de mostrar una película natural, donde los diálogos no son forzados, donde no hay muchas pretensiones más que hacer sentir en carne propia a los espectadores, el sufrimiento que causa este tipo de maltratos.
No es la primera vez que se hace un filme tratando este tipo de temas entre los jóvenes. Hace poco también se lanzó la película Perras, donde se tratan temas juveniles dentro de un grupo de diez personajes enclavados en diferentes estereotipos, se tocan temas como el aborto, la falta de valores y el propio bullying. Pero las pretenciones del director junto con algunos otros errores en el filme, hace que no pase de ser un filme que si bien no fue malo, tampoco fue algo más que «pasable». En cambio, Después de Lucía, es una película más natural, donde el director no usa muchos recursos artísticos, ni pretende crear una obra de arte, como sucedió con Perras. Donde se muestra que a veces no es necesario toda la parafernalia para poder crear un sentimiento en el espectador, con solo usar recursos básicos.
Las actuaciones me parecieron buenas, en especial, de Tessa Ia. Al igual que la película, las actuaciones no fueron pretenciosas, al punto en que actores semiprofesionales que representaron a los alumnos que humillaron a Alejandra, se vieron naturales y cumplieron con su trabajo. El único pero, que hace que no le de una calificación todavía más alta, es el final de la película, que me parece algo excesivamente dramático y que pareciera estar fuera de la realidad. Pero no afecta en mucho a una película cuyo objetivo es retratar un mal, que sí, siempre ha ocurrido en la sociedad, pero que cuando pasa de los límites, puede causar problemas psicológicos fuertes en quienes lo sufren y a veces también en quienes lo rodean.
La película se lanzó en el 2012, pero sin problemas la pueden ver completa a continuación. Eso sí, si desean verla en HD, en Netflix está disponible: