La privatización de Pemex

Jun 20, 2013

Empiezo diciendo. Estoy a favor de que privaticen parcialmente Pemex. Hay un argumento que dice que «el petróleo es de todos los mexicanos». Pero yo no me llamo Cerebro Deschamps, ni ustedes se apellidan Deschamps. Ya una vez expliqué por qué creo que la dependencia del crudo es un cáncer. El petróleo es uno de los símbolos de la historia mexicana (junto con Hidalgo, Juárez y la Virgen de Guadalupe), pero no por eso significa que en la práctica haya sido el detonante del desarrollo del país.

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Empero, lo que sí me preocupa, es que esa privatización la vaya a hacer el PRI, y más un gobierno como el de Peña Nieto. Porque no solo se trata de los «qués» sino de los «comos». Un ejemplo es Telmex. La corrupción dentro del proceso de privatización hizo que los beneficios de pasar la telefonía a manos privadas (Carlos Slim) fueran más bien magros. Si la privatización se llevara a cabo dentro de ese talante, entonces sí habría de que estar preocupados.

Naturalmente la intención del gobierno de Peña Nieto sí es privatizar (aunque sea de forma parcial) la paraestatal. Todos esos términos de «liberalización», «modernización» son meros eufemismos para tratar de que el impacto mediático de este acto sea lo más leve posible. Decir que el petróleo se va a privatizar y pretender hacerlo abiertamente sin empacho, podría provocar un desconcierto muy fuerte en la población, al punto que lo que sucede en Turquía o Brasil sería un juego de niños. Para eso es mejor dar pequeños pasos, usar términos más ad hoc, negar que se va a privatizar, para que cuando se haya terminado de hacer, nadie se haya dado cuenta.

A eso ha ido Peña Nieto al Reino Unido y tanto los americanos como los ingleses están muy interesados. los cuales ya están haciendo ojitos. Lo que se haga posiblemente no implique todo el proceso de privatización, pero será un paso más hacia ella. Este siguiente paso tendrá la oposición de toda la izquierda (y Ebrard se ha presentado como uno de los firmes opositores), el PAN parece que lo aceptará y apoyará sin tapujos.

Los mexicanos no tenemos muchas cosas de lo que estar orgullosos fuera de nuestras tradiciones y folclor. La selección de futbol anda mal (es muy importante recalcarlo, lo siento), las cerveceras con sus marcas conocidas a nivel mundial han sido vendidas, y cada vez hay menos cosas de las que nos podamos sentir orgullosos. De esta forma entiendo el por qué muchos mexicanos se sienten orgullosos de su petróleo, pero en realidad no es algo que se haya ganado y menos habla de nuestra fortaleza como sociedad. Es simplemente una materia prima, menos cuando siquiera hemos desarrollado bien mecanismos para poder extraerlo todo.

Por eso creo que la iniciativa privada de alguna manera tiene que participar en la extracción de este material. La cuestión es que el proceso de privatización debe de ser estratégico y no entreguista. Y muchas veces esa diferencia no está en los «qués» como mencionaba, sino en los «comos». Ese proceso debe de tener el fin de beneficiar a la población, de ver la forma en que la población se puede beneficiar mejor, y no en el mero interés de las corporaciones. Si esto trae beneficios a la economía, habremos visto que no fue tan malo como lo dice nuestra idiosincrasia, pero de lo contrario podríamos ver aposentos kilométricos y opulentos en un pueblo tan insignificante como es Atlacomulco.