En algunos medios internacionales han aparecido algunos vitoreos y aplausos para el Presidente Peña Nieto afirmando que es un estadista global, que tiene el carisma de Reagan, el intelecto de Obama y las habilidades políticas de Clinton y demás elogios. Esto ha generado mucho escepticismo en las redes sociales porque «no cuadra» con el concepto que muchos tenemos del personaje que es Enrique Peña Nieto. Se dirá que estos medios están «maiceados». Pero no necesariamente es así. Si algo tiene el PRI, es que es muy hábil para eso de la diplomacia. Son expertos en vender al país ante el mundo, nada más hay que ver como se devaluó la marca «México» en los gobiernos panistas, siendo que los indicadores en general no eran más malos que con el PRI. Pero un mal manejo de la información, tropezones de mandatarios como Vicente Fox con el «comes y te vas», una estrategia contra el narco mal diseñada y que los medios magnificaron, entre otros temas, minaron la reputación de México ante el mundo.
La realidad vista desde aquí es muy diferente. Vemos a un Presidente intelectualmente limitado (eso sí, rodeado de personas hábiles y capaces), vemos golpes mediáticos pero con cambios que hasta la fecha, no son tan de fondo. Vemos un Pacto por México a punto de resquebrajarse debido a que el PAN puso en evidencia el uso de los programas sociales con el fin de crear clientelismo electorero en Veracruz (ante lo que tiene que responder Rosario Robles), estrategia que contrasta con la imagen de estadista que quieren generar en Peña Nieto, y que más bien recuerda un poco más al viejo PRI. Aunque también habrá de reconocerse que algunas situaciones las han manejado muy bien, como el asunto de los maestros de Guerrero, con un trato muy diferente a lo que se vio en Atenco hace ya unos años.
También Peña Nieto llegó con una coyuntura a su favor y la ha hecho suya. Hay que reconocer que al final del día, Felipe Calderón dejó buenos indicadores macroeconómicos, pero quien se está llevando el crédito es Peña Nieto, quien no lleva ni 5 meses en el poder, tiempo insuficiente siquiera para pronosticar como terminará siendo el gobierno del actual presidente. Entonces sería ingenuo pensar en que el gobierno vigente va a levantar a México (o a moverlo), cuando apenas se están sentando en la silla del poder y más que la realidad en la presidencia es imprevisible y da muchas vueltas.
Lo que sí es cierto es que la coyuntura es positiva para México. Y el éxito o fracaso del gobierno actual estará en si la aprovecha para generar cambios reales, o bien, termina frustrándola debido a la corrupción. Tan ingenuo es nombrar a Peña el estadista que impulsará el país, como pensar en una inminente caída del país al precipicio.
Peña solo lleva 5 meses, en realidad todavía no sabemos muchas cosas. Por un lado veo un mejoramiento en la diplomacia y las relaciones con los otros países. Pero por otro lado veo un PRI que no ha cambiado mucho y que tiene las mismas prácticas. Al menos en el caso de Veracruz vi a un PAN con una postura más determinante, y no a esa oposición timorata que han sido desde que dejaron el poder. En cambio sorprende que en el PRD presionen a Zambrano para que critique lo sucedido y por el otro lado vemos a un López Obrador que respecto a este tema solo se limitó a enviar un tuit afirmando que esas son prácticas del «PRIAN» y en la práctica hace más bien poco para evitar que estas prácticas ocurran.