Deudas, estados endeudados, créditos. El gobierno contrae la deuda, los gobernados pagan.
No soy economista, pero sí se que hay dos tipos de deudas, las buenas y las malas. Pongo un ejemplo, cuando uno compra un carro a crédito adquiere deuda. El comprador sabe que tendrá solvencia para pagar una cantidad cada mes y decide hacerlo así debido a que no tiene el dinero para pagar el automóvil de un golpe. La deuda permite al comprador adquirir un bien que de otra forma no podría obtener en determinado tiempo, y este tipo de deuda es buena. En gobierno sucede lo mismo, un estado se puede endeudar para construir obras necesarias que no se pueden pagar al instante pero se pueden pagar en un mediano o largo plazo y no pone en riesgo las finanzas de una entidad.
¿Recuerdan cuando en el 2006 decían que López Obrador endeudó al DF y que de esa misma forma iba a quebrar al país si era Presidente? Te dijeron una verdad y una mentira. En los primeros tres años AMLO aumentó la deuda del DF (con lo que seguramente construyó esos segundos pisos, aunque se habla de opacidad en los recursos), pero la mentira la nocividad, dado que esa deuda era buena. Los organismos financieros como Fitch o Moddy’s le pusieron la mejor calificación al D.F. con «AAA».
Por otro lado está la deuda mala. Imagina que es el «Buen Fin», te compras un iPhone 5, una pantalla LCD full HD, un iPad, una PC, una cama. Todo te sale en $150,000 pesos y contratas la deuda a crédito. Resulta que tienes que pagar $10,000 pesos por mes y tu sueldo es de $15,000, además tienes que pagar casa, mantener a los hijos y ahí gastas otros $10,000. Es decir, por cada mes que pasa, te faltan $5,000. Esa situación te genera un gran estrés, no puedes pagarle a la institución financiera que te hizo el préstamo. Vas, le pides a tu papá, a tus amigos, les terminas debiendo a todos ellos y se hace una bola de nieve que cuando menos te llevará al buró de crédito y te mantendrá quebrado un buen rato. Lo que sucedió con Humberto Moreira en Coahuila, o Emilio González en Jalisco es eso, se endeudaron a un punto en que no pueden pagar.
Por lo tanto, en el caso de Jalisco, piden refinanciamientos y crédito al congreso, dado que los bancos piden la liquidación de la deuda pero estos no tienen como pagarla. Ante este tipo de situaciones, las entidades tendrían que hacer recortes en el presupuesto para poder ir pagando dicha deuda, lo cual podría significar recortes en programas sociales, infraestructura y demás partidas que tienen como fin beneficiar a la ciudadanía (pregúntenle a los españoles). En algunos casos esa deuda se tiene que financiar vía impuestos (sea directa o indirectamente), es decir, los ciudadanos tenemos que pagarla.
El discurso de los panistas es que ellos eran responsables en el manejo de las finanzas. Decían que solo los priístas endeudaban estados, y que López Obrador iba a quebrar las finanzas del país por la deuda. La realidad es que ellos terminaron emulando esas prácticas que tanto criticaron, en especial en Jalisco que triplicó su deuda en el sexenio pasado.
De alguna forma los ciudadanos pagamos las irresponsabilidades financieras de los gobernantes. Se podrá justificar la deuda en la realización de los Panamericanos (que salieron bastante más caros de lo que presupuestaron) igual que Grecia lo hizo con las olimpiadas del 2004, una de las razones por la cual el país helénico está en quiebra. Emilio González Márquez sale como llegó, con el pie izquierdo. Se dicen muchas cosas, pero la realidad es que el PAN de la mano de Emilio manejó muy mal las finanzas del estado, y eso podrá acarrear problemas en el corto y en el mediano plazo. Lo peor es que estas irresponsabilidades financieras las hacen de tal forma que los ciudadanos no nos demos cuenta, y nos enteramos cuando esto explota.