Lo que deben de saber antes de echar las campanas al vuelo por dos semanas de «buenas noticias» tricolores.
1.- No puedo negar que cuando vi el discurso de la toma de posesión de Peña Nieto junto con el Pacto por México, lo primero que vino a mi mente fue un sentimiento de emoción: -Caray ahí están varias de las cosas que necesita México, la apuesta por la educación, la ciencia y la tecnología- El PRI parecía entender mucho mejor que el PAN lo que se necesitaba para salir adelante. Pero uno debe de aprender a controlar sus emociones y opté por eso.
2.- No niego, y otorgo el beneficio de la duda de que el PRI pueda hacer un buen gobierno (aunque cueste trabajo). Pero tantas «buenas noticias» en dos semanas, más que un gobierno realmente eficaz, me termina sonando a un fenómeno mediático. Al PRI le urgía ganar legitimidad y credibilidad. Y como los buenos gobiernos se tardan en ver, optaron por el fenómeno mediático. Si algo nos demostraron en dos semanas es que tienen mucho más oficio que el PAN, y preferible es escuchar las palabras «educación» y «ciencia» en vez de «guerra contra el narco». Por eso insisto en que el PRI sí sabe rebasar por la izquierda.
3.- Algunos están impresionados de como en dos semanas ya no se habla del narco, como si el problema se hubiera terminado. Yo más bien me preocuparía, porque a sabiendas de que un problema así no se puede resolver en el corto plazo, entonces podría pensar en el control de los medios de comunicación principales quienes tienen la consigna de «ya no hablar del narco». Y si fuere así estaríamos hablando de regresión.
4.- Peña Nieto se presenta como un priísta reformador, dice entender varias de las necesidades, como las de la izquierda. Tiene un paquete de propuestas muy interesantes que ni siquiera había presentado en campaña y que apenas conocimos. Pero también deberemos recordar que ese PRI reformador es el mismo que bloqueó las «reformas que México necesita» durante 12 años. Es decir, que si esas reformas realmente harán progresar al país como presumen, entonces el PRI habría postergado ese progreso por 12 años, lo cual se va a olvidar. Más porque Peña se empecinó a decir que las ausencias de Josefina Vázquez Mota al congreso eran más importantes.
5.- La reforma educativa es buena, aunque perfectible. Pero se ve un avance. Lo mediático sugiere que los priístas sí pudieron con Elba Esther Gordillo (tal cual quinazo). Se dicen muchas cosas, incluso que hasta el PRI tuvo negociaciones con la maestra. Sea como sea, esto se entiende perfectamente al saber que al PRI no le gusta ser rebasado por los poderes fácticos (ni por Televisa), al PRI le gusta tener el control de todo. Los panistas se vieron rebasados por los poderes fácticos creados dentro de gobiernos priístas, porque no tuvieron el oficio para controlarlos.
6.- Dicen que quienes no conocen su historia están condenados a repetirla. Carlos Salinas en su tiempo buscó golpes mediáticos, alianzas (concertasesiones), presentarse como el reformador. Un poco parecido al gobierno actual quien tiene a muchos salinistas en el gabinete. Esto no quiere decir que necesariamente vaya a ocurrir lo mismo, o que no exista posibilidad alguna de que este termine siendo un buen gobierno. Pero sí es algo para tomar en cuenta antes de dejar las emociones florecer por una propuesta seductora.
7.- Paradójicamente, el éxito de este gobierno depende de la oposición. Las posturas tomadas por el PRI en las dos primeras semanas no se explican sin la oposición, desde el PAN, hasta el #YoSoy132. Sin la oposición no habría ningún «Pacto por México» y las medidas tomadas por el gobierno actual serían más discrecionales. Si la oposición entiende el oficio del PRI pensando en el progreso de México, el manejo de fuerzas podría coadyuvar en un desarrollo positivo para la nación. Si no lo entienden podría terminar en no muy buenas noticias.
8.- ¿Y López Obrador? ¿Alguien ha sabido de él? Buena pregunta.