Felipe Calderón se despide, adiós Calderón.

Nov 21, 2012

Llegó la hora de despedir a Felipe Calderón desde este blog. Ya no será más nuestro Presidente de la República. Y ahora tendrá que esperar sentado (en Estados Unidos) a la historia, quien con el tiempo le dará un veredicto. Porque muchas veces no solo se trata de él, sino del contraste que se puede hacer contra el que lo suceda (en este caso Peña Nieto).

Felipe Calderón se despide, adiós Calderón.

¡Ay!. ¡Difícil poder evaluar correctamente a Felipe Calderón!. Yo estoy convencido que no fue un buen presidente (algunos todavía no conocemos un buen presidente en nuestras vidas y posiblemente tendremos que esperar un sexenio más). Pero a la vez, creo que no fue tan malo como muchos otros (sobre todo los tricolores de las últimas décadas). No fue bueno porque si comparo a mi país del 2006 al de ahora no se ven muchas mejoras, posiblemente estábamos mejor en ese entonces (tomando en cuenta también que le tocó una crisis mundial y quien sabe que más). Podríamos evaluarlo por sus intenciones y su voluntad: ¡Fue valiente con el narco! ¡al menos le echó ganas!. Pero lo que cuentan son los resultados y siendo realistas, México no está bien, o al menos como podría estarlo.

Creo que también la evaluación de Calderón va un poco en función a la postura ideológica de quien lo juzga. Algunos afirman que fue un gran presidente por su «mano dura» y otros que fue un pésimo presidente por su «mano dura». Pero lo cierto es que México tiene que enderezar el rumbo, y si se debe de enderezar es porque va chueco, y si va chueco es porque algo no se está haciendo bien, y si algo no se está haciendo bien es porque los principales agentes de este país, entre los cuales se encuentra el Presidente (que aclaro que no es el único, pero sí importante) están fallando en algo. Calderón, al igual que su antecesor, no tocó el aparato corporativo que aqueja al país. Hasta al final de su sexenio, pudo impulsar una reforma (la laboral). El PRI al llegar con todas sus estructuras y mayor capacidad de maniobra, seguramente aplicará todas esas reformas que el PAN intentó pasar, porque fueron bloqueadas… por el PRI.

Con la salida de Calderón se va un PAN que no fue. Al cual muchos le tuvieron fe (y que en el 2000 incluso recibieron el voto útil de la izquierda), y ese cambio se quedó a medias. Ese «gran salto para el PAN solo fue un pequeño paso para los mexicanos». Calderón dejó a su partido como la tercera fuerza política, debilitado debido a los jaloneos entre el y sus opositores, y en un «me quedo a medias» respecto a la controversia electoral pasada. Calderón se portó como priísta a veces. Designó por dedazo a los presidentes de su partido.

Se pueden mencionar logros del mandatario (estabilidad macroeconómica, programas sociales como Oportunidades o el Seguro Popular), pero en lo particular su gestión no me deja un buen sabor de boca, fue un gobierno totalmente gris, lo único que lo podría enclavar en la historia como «alguien» es el asunto del narcotráfico y no necesariamente para bien.

Calderón quedó a deber, eso no es ningún secreto. Las «buenas intenciones» no bastan. Calderón llegó a la Presidencia en medio de una controversia y la entregó dentro de otra. Y quienes cuestionan al michoacano lo hacen cómplice de las dos. Máxime que a diferencia de muchos otros panistas, se apresuró a reconocer a Peña Nieto como el Presidente Electo que ganó dentro de unas «elecciones limpias» mientras sus colegas partidistas tenían denuncias en contra del mexiquense en sus manos. A estas altura, los que estamos a pie, no podemos saber con certeza si hubo un pacto o en que consistió (lo que más se sabe es la afirmación de algunos panistas que aseveran que así fue). Normalmente el tiempo suele clarificar lo sucedido en los procesos electorales, y si la posición de sus opositores fuera la cierta, seguramente la historia no juzgaría bien al presidente saliente.

El tiempo situará a Felipe Calderón en su justo lugar. Prefiero no tomar una resolución definitiva, y darle tiempo al tiempo para que los mexicanos junto con la historia podamos tener un veredicto final. Posiblemente con el tiempo y con el saneamiento de la polarización, estemos en una posición más racional para hacer un juicio justo a este personaje que ya se va.