Decían que Peña Nieto no usaba chicharito en los debates, pero aquí está practicando para cuando el TEPJF lo nombre Presidente de la República:
El fallo del tribunal con respecto a las elecciones se dará hoy jueves. Pero a pesar de las expectativas, ya sabemos cual será el fallo y no será ninguna sorpresa. Es evidente la postura de las «instituciones», más cuando dicen no haber visto ninguna irregularidad en torno a la publicidad encubierta de Televisa a Peña Nieto que «todos los mexicanos vimos». Todas las impugnaciones del PRD, y también algunas presentadas por el PAN han sido rechazadas por motivos, en algunos casos, realmente absurdos. Cierto es que a varias de las impugnaciones del «Movimiento Progresista» les hace falta sustento y son endebles (nada más ver el patético caso del zoológico de animales que montaron en el «expo-fraude»), pero es cierto que otras son más contundentes, y la postura de las instituciones electorales ha dejado mucho que desear. Los únicos casos que siguen supuestamente sobre la mesa, pero que son los más graves, son los que tienen que ver con Monex y Soriana (Que Peña Nieto dice que este último año es un montaje, pero vaya que ya algunos conocidos míos fueron testigo de esa compra de votos), y de los cuales no hemos sabido mucho, y esperamos que sea cual sea el fallo, el TEPJF nos explique claramente este asunto, y no vengan con que: «quesque tardaría meses en saberse».
¿Estallido Social?
Jesús Zambrano, el Presidente del PRD hace unos pocos días advirtió al TEPJF que si no se anulaban las elecciones iba a haber un estallido social, por lo que veo, esto se interpretó como una amenaza por algunos, pero por lo que entiendo más bien fue una advertencia de lo que «podía pasar», aunque no dudo que en los sectores más duros de la izquierda (alguno del PT) no les caería tan mal esa opción. Lo que dice Jesús Zambrano (que por cierto, es de la corriente de los chuchos, y por ende, del ala más moderada del PRD) no es falso. La posibilidad existe, y solo falta dar un paso en falso para desencadenar un conflicto. En 1988 ante el fraude de Carlos Salinas, varios ciudadanos les dijeron a Cuauhtémoc Cárdenas: -Danos las armas, danos las armas. Cuauhtémoc tranquilizó a sus huestes. En un posible fraude en el 2006, López Obrador pidió luchar por la vía pacífica (claro, cerraron avenidas importantes, causaron mucho tráfico del que por sí ya sufre la Ciudad de México, pero eso sí, no rompieron ni un solo vidrio), ahora no sé si un sector de la población esté dispuesto a mantenerse en el pacifismo.
Una parte de la sociedad se siente agraviada, y creo que el coctel es más peligroso que en el 2006. Porque una cosa es el PAN y otra cosa es el PRI, partido que simboliza la corrupción, despilfarro y fraudes electorales. Muchos no pueden siquiera contemplar a un «presidente electo» que ha presentado un proyecto de nación salinista (ya saben por qué), que es responsable de los agravios de Atenco, y que está rodeado de las personas más corruptas del PRI. Menos tolerarán a un «presidente electo» promovido sin escrúpulos por parte de Televisa, con un nivel cultural vergonzoso, y que incluso en su vida personal muestra preocupantes rasgos de autoritarismo y una profunda escasez de valores morales y éticos. Yo no justifico de ninguna manera la violencia (a menos que sea en defensa propia), pero si ocurre algún conflicto fuerte, de ninguna manera serán responsables únicamente quienes lo hayan iniciado. Quienes han bebido de la ubre del país en beneficio de sus intereses por supuesto que tendrán también una gran responsabilidad si algo así llega a pasar.
La legitimidad de Enrique Peña Nieto
Otra cosa que me preocupa, y que tiene que ver de alguna forma con lo segundo y que acabo de comentar, es la poca legitimidad con la que llegará Enrique Peña Nieto al poder, y me preocupa, porque precisamente eso será un handicap a la hora de querer construír (o simular construir) un «Estado Eficaz». Algunos Presidentes han logrado sortear su legitimidad mostrando una personalidad fuerte, contundente, y claro, llevando a cabo el clásico «quinazo». El problema es que gran parte de la población, como ya lo comenté en otra ocasión, no lo bajan de pendejo.
Se las voy a poner de este tamaño. La mayoría de los mexicanos cree que Enrique Peña Nieto hizo trampa en las elecciones (en español, hubo fraude). Ya hay un primer estudio de Covarrubias y Asociados (que por cierto, fue de las encuestadoras que acertó en el resultado de la elección). Este estudio curiosamente no fue abordado por casi ningún medio, pero está publicado en la página web de la casa encuestadora. Dice que el 47% de los mexicanos creen que Peña Nieto ganó con trampa, mientras que un 37% ganó limpiamente (mucho más alto que el 30% que afirmó en 2006 que Calderón ganó con trampa) y el 16% se abstuvo de opinar. La encuesta muestra una mayoría relativa de personas que creen que las elecciones fueron fraudulentas, pero si solo el 3.01% de los encuestados que no quisieron opinar, creen que Peña ganó con trampa (muy probable que así haya sido), entonces ya podemos decir que una mayoría absoluta considera que Peña Nieto hizo trampa para llegar a la Presidencia. Aunque es curioso que solo poco más del 30% pida que se anulen las elecciones.
El problema para Enrique Peña Nieto es que no solo son los que votaron por AMLO quienes dudan de su legitimidad. AMLO ganó aproximadamente el 30% de los votos, mientras que los que creen en la ilegitimidad del triunfo de Enrique Peña Nieto son el 47%. Y hay que recalcar una cosa, el 30% de los votos de AMLO es en base a los electores que votaron, mientras que el estudio de Covarrubias, se levantó a personas adultas sin importar si votaron o están empadronados. De esta forma podemos llegar a la conclusión de que de ese 47%, más del 20% no votaron por López Obrador; incluso quizá la mitad.
¿Y los panistas?
A los panistas no los entiendo. Parece que quieren dar una imagen de institucionalidad, pero ni entre ellos se ponen de acuerdo. Parece que algunos (los más apegados a Calderón) casi casi nos dicen que las elecciones fueron limpias, pero están aquellos otros, más cercanos a Madero o a Javier Corral, que hablan de irregularidades muy fuertes, e incluso están de acuerdo con el PRD en casi todas las impugnaciones (empezando con el asunto Monex). Luego, en lo informal, fuera de medios parece otra cosa. El Secretario General Adjunto del CEN del PAN, Tomás Trueba (caray, lo tenía ya meses en el Facebook y no sabía que tenía un puesto tan importante), al cual le mostré este estudio, me dice que efectivamente Enrique Peña Nieto ganó con trampa, y que estaba muy molesto porque el TEPJF exoneró a Peña Nieto y a Televisa por el asunto de la publicidad.
No sé que busca el PAN. Parece que algún día quiere estar de un lado y luego de otro; y creo que eso no va a ser bueno. Que por cierto, cuando hablamos de las «reformas estructurales que México necesita» existe el PRIAN. Pero cuando hablamos de asuntos de democracia «se arrejuntan con el PRD», y es que yo en lo personal noto, una seria preocupación de los panistas por una eventual regresión al autoritarismo. Gustavo Madero en su cuenta de Facebook se muestra preocupado porque los «medios» ya no dicen nada del problema de los homicidios en el Estado de México.
Por cierto, los ciudadanos «más de derecha» se identifican más con el PRI que con el PAN. Si se toma en cuenta ese término en base a la preservación del «Status Quo» por supuesto que el PRI sería más derechista que el PAN.