Un eufemismo es según el diccionario de la lengua española, una palabra o expresión con que se sustituye a otra más grosera, impertinente, violenta o que se considera tabú. Y ciertamente en todo el mundo se utiliza este tipo de recursos, pero en México (y otros países seguramente) los usamos tanto, que incluso terminamos por confundir o bien asignar valores a cosas que no los tienen. En México, un país donde no estamos acostumbrados a decir las cosas de forma clara y directa, los utilizamos mucho para poder decir de una forma bonita y evasiva, algo que no queremos decir para no herir susceptibilidades (aunque más bien es un comportamiento egoísta porque en realidad el que los utiliza más que preocuparse por no lastimar a la otra persona, quiere salir bien parado)
Escribí este artículo pensando en la costumbre que tenemos de decir «gente humilde» a los pobres (incluso a mí se me ha pegado). Un eufemismo tan mal aplicado porque la gente pobre no es humilde por ser pobre. Digo, no necesitamos hacer un estudio para saberlo, simplemente hagan un ejercicio, vayan a una colonia pobre en la noche (si eres capitalino, Iztapalapa o Ciudad Neza estaría bien o si eres tapatío, cruzando la calzada hacia el oriente), y carguen objetos de valor a la vista de todos, joyería fina, o para que no les duela tanto el codo, un iPad. Quédense parados una hora y comprueben si siguen teniendo esos mismos objetos valiosos, o si no han sido golpeados. ¿Esos que te asaltaron por hacer caso a todas las cosas que digo en este blog que hagas son gente humilde? ¿O que tal un pandillero, un aspirante a narco o un miembro de la mara salvatrucha? Ciertamente hay gente pobre humilde, así como también hay gente rica humilde y también gente de lo más decadente.
Pero como no atrevemos a decirles «pobres» porque se oye mal, entonces les decimos humildes. Claro que los discriminamos, los marginamos, pero no, no podemos llamarlos por su nombre. Igual sucede con los discapacitados. Primero fueron inválidos, luego discapacitados y luego personas de capacidades diferentes. Cierto, muchos discapacitados logran desarrollar otras habilidades como compensación, y algunos logran sorprendernos (aunque a fin de cuentas son minoría), pero no dejan de ser discapacitados porque tienen menos herramientas que la gente capacitada. La gente capacitada puede desarrollar esas habilidades de los discapacitados pero no lo hacen porque no necesitan hacerlo. Decir que son gente de capacidades diferentes es decir que a la falta de una habilidad adquieren mágicamente otra, Como si como por justicia divina, al que pierde un brazo le sale una pierna nueva y puede caminar con 3 piernas.
Vámonos a lo político. Nuestros políticos son los reyes del eufemismo (y de la falacia en general), pongo un simple ejemplo (no se el caso de otros países pero me remito a lo que vivido en México), después de la Revolución Mexicana, se comenzó a usar mucho la palabra «progreso», después de la debacle del sistema liderado por el PRI, esa palabra perdió credibilidad y se le relacionó con la demagogia. Llegó el PAN al poder, y esto aunado a la relación con el término progresismo (pensamiento político que rivaliza con el conservadurismo del PAN) se sacaron de la manga el término «desarrollo sustentable». A como van las cosas en unos años, ese término terminará quemado y se inventarán otro término, no sé, igual AMLO llegue con un «crecimiento amoroso» o algo así.
Además de eso y los diminutivos (problemilla, pobrecito) usamos el recurso contrario. Es decir, para el eufemismo «acostarse» también usamos la palabra «coger o fornicar» pero el término real es «relaciones sexuales»; al pene no le decimos pene, o es la coliflor, o «ahí abajo» o bien, «la verga» «el fierro». Los pobres, si no son humildes, entonces son jodidos pero nunca son pobres. O por ejemplo, a una persona con problemas de adaptación, les dicen «personas especiales», «tu eres especial» o bien, «eres un pendejo».
El frecuente uso del eufemismo es símbolo de la constante negación de nuestra realidad y de querer ver las cosas como son. Y seguramente algunos de ustedes al terminar de leer este artículo me van a decir, «el artículo es un tanto ingenuo» y no volverán a entrar aquí, y los otros me dirán que este artículo «está bien culero», pero esos sí, estos últimos por alguna razón regresan y lo hacen constantemente.