Los gobiernos del PAN nos han vendido el cuento de que México bajo su gestión ha venido mejorando, que todos los tipos de pobreza fueron reduciéndose, la patrimonial, la alimentaria; y al menos en el sexenio de Fox si sucedió así, aunque hay que aclarar que esta disminución comenzó con Ernesto Zedillo cuando comenzó la recuperación de la crisis. Felipe Calderón no puede presumir lo mismo porque quesque vino una crisis de afuera y nuestro principal socio comercial, de quienes somos su patio trasero, sufrió la crisis más severa desde 1929. Pero así el PAN nos presume que dentro de lo que cabe si ha reducido los índices de pobreza, que los niveles macroeconómicos están estables, hay una mayor responsabilidad fiscal, no hay inflación y entonces el país está progresando.
Lo que no dicen es que la dinámica mundial provoca que en realidad la gran mayoría de los países (tal vez exceptuando este bache por el que estamos pasando) van creciendo económicamente. Si uno analiza no sé, el historial del PIB per cápita de tantos países al azar verá que salvo en honradas excepciones todos han tenido cierto crecimiento. El apegarse a la macroeconomía tal cual medida neoliberal, hace que un país entre en esa inercia. Y ese crecimiento en realidad no se está dando porque se esté fomentando precisamente el crecimiento, sino que los avances científicos y tecnológicos hacen que más personas puedan dotarse de más recursos (aunque en estos últimos años la concentración de la riqueza a nivel mundial es tan fuerte que ya ni eso sucede).
El gobierno actual nos dice que para «Vivir Mejor», basta con una macroeconomía responsable, porque así bajarán las tasas de interés, se fomentará la inversión y vendrán las empresas extranjeras a invertir y a crear empleos. Es decir, hay que aprovechar la inercia, pero bajo ningún motivo el estado debe de propiciar ese crecimiento, ni siquiera buscando fortalecer a la iniciativa privada. Porque en realidad la derecha cree que invertir en mejor educación que de verdad capacite a los mexicanos para que puedan producir valor agregado, ya sea trabajando en una empresa o invirtiendo en sus propios negocios (porque en realidad el gobierno no confía en nosotros y por eso llama a los de afuera), o que invertir en ciencia y tecnología, al ser intervención estatal dentro de la economía, la relacionan con palabras como comunismo, socialismo. Aunque claro, shh, no hay que hablar del Partido Comunista de China, que por medio de políticas estatales ha hecho crecer a su mercado de una forma espeluznante al grado que ya es una de las potencias mndiales más fuertes.
No es que esté mal que se aproveche esa inercia, pero para poder navegar en el mar, no es solo suficiente construir un barco que sea dirigido por el oleaje de las aguas, sino que este debe de tener un timón. Y a fin de cuentas bajo esa política de la inercia, México nunca llegará a ser un país destacado. Si, con el tiempo habrá menos pobreza y más desarrollo. Pero los otros países que si se tomaron las cosas en serio, estarán triplemente desarrollados que nosotros. Así sucedió con Corea, España, y ahora Chile y Brasil se apuntan a comernos el mandado.
Si los mexicanos nos ensimismamos podremos decir que si, «vamos progresando, vamos avanzando», pero si nos ubicamos dentro de un contexto mundial, nos estamos quedando estancados. Y la pérdida de influencia en América Latina es un claro ejemplo de este estancamiento. Pero no importa, el estado no debe hacer nada, debe quedarse quietecito, que vengan las corporaciones extranjeras a hacer el mandado, quienes contratarán mano de obra poco calificada para la mayoría de los puestos y para la minoría mano de obra calificada egresada de las universidades privadas o de algunas universidades públicas (empleos que no alcanza a abastecer a todos los mexicanos con alto grado de cualificación y que terminan conduciendo un taxi para ganarse el pan). Eso es, Vivir Mejor.
Bueno, mientras mi país «como que avanza» y también avanza el número de muertitos, voy a la calle a silbar el tono ese que sale en la tele.