Estados Unidos afirma, con todo y sus más de 300 millones de habitantes, que tiene buenas perspectivas y que se crearán 1.6 millones de empleos en su país. Obama es realista y eso es lo que se puede generar. En cambio, un candidato en México, llamado Andrés Manuel López Obrador en un acto claramente demagógico y populista que recuerda a su acérrimo rival Vicente Fox (con eso del 7% de crecimiento y la resolución del conflicto de Chiapas en 15 minutos) nos dice que en el primer año generará 6 millones de empleos, cifra curiosamente muy cercana a los 7 millones de «ninis» que tiene nuestro país. Es decir, en un año se acabarán todos los ninis y todo mundo tendrá empleo, pero ¿de dónde van a salir?
¿Del sector privado? Para esto necesitaríamos que se crearan, digamos 500,000 negocios nuevos rentables (asumiendo que en promedio cada empresa genere algo así como 20 empleos directos), ¿Se podría?. Podríamos traer inversión extranjera, pero el «Presidente del Empleo», Felipe Calderón, en sus 5 años donde fue a las convenciones internacionales a rogarles a las transnacionales que invirtieran en nuestro país, no generó prácticamente nada de empleo y no se que tan animadas estén a venir con un país que parece zona de guerra. Así que con el sector privado no podríamos contar mucho.
¿Con el sector público? Tendríamos que burocratizar demasiado el aparato gubernamental, crear demasiadas secretarías que no sirvan de nada pero que mantengan a los empleados con los impuestos, o bien, tendríamos que invertir demasiado dinero en infraestructura para generar esos empleos aunque en muchos casos serían temporales, y para generar 6 millones de empleos, el gasto sería tan grande que nuestro país quedaría endeudado. ¿entonces, dónde está la fórmula mágica?, yo no la veo.
El «rayito de esperanza» tendrá una tarea titánica si quiere llegar al poder, el mismo dijo en una entrevista con Carmen Aristegui que era una persona congruente y cumplía con todo lo que decía. Aunque en realidad en su gestión en México D.F. ni de lejos creó muchos empleos y quedó con alguna cifra parecida a la que arrojó la presidencia de Vicente Fox. Viendo todo esto, yo creo que a López Obrador no le conviene llegar a la presidencia porque así la historia lo juzgará mejor, como un «luchador social» como un Zapata moderno. Si llega y trata de generar esos seis millones de empleos a la mala estamos fritos.
Igual me estoy equivocando, y de no ganar, posiblemente Sarkozy, Merkel, y Rajoy llamarían a López Obrador para ayudarles a acabar con el paro que existe en Italia, España y Grecia. De esa forma, el candidato del amor llevaría cupidos con flechas que lleven pegado un contrato laboral para así acabar con la crisis en Europa. ¿O qué, no creen que sería buena opción?