Me permito modificar el término «Beliebers» que hace alusión a las fanáticas de Justin Bieber, término que ellas mismas se han ajudicado. Y lo hago para explicar el nivel de fanatismo que hay alrededor de la figura de Peña Nieto con el término Peñaliebers. Y es que me parece increíble, porque si bien Justin Bieber es un producto mercadológico que como único fin tiene el de cantar, lanzar discos y hacer conciertos; el segundo bajo el mismo talante, quiere llegar a ser Presidente de la República, lo cual se me hace peligroso cuando menos.
Podríamos hacer una comparación con el fanatismo de algunas personas hacia López Obrador (que al menos en lo que yo vi, no fue tan descarado como que el que genera Peña Nieto) y es que al menos, el que causó el Peje fue debido a sus propuestas de cambio (independientemente de si tenían sustento o no), pero el que genera Peña Nieto no tiene nada que ver siquiera con política, es un fanatismo como si de un artista se tratara, pero ni actua, ni canta, ni hace nada. Pero aún así, con su copete bien estilizado por un buen gel, y una figura caucásica y parecida, logra hacerse de un gran séquito de fanáticas peñaliebers; fanáticas que de seguro ni siquiera conocen sus propuestas de campaña, ni saben que hay detrás de este títere.
Las Peñaliebers seguramente votarán por Enrique Peña Nieto, el ir a las casillas será un ritual parecido como cuando las jovencitas fueron a comprar sus boletos para el concierto de Justin Bieber. Pero las Peñaliebers no se encontrarán con la desagradable sorpresa de que los boletos se han agotado, por el contrario, con solo tener su IFE podrán votar por su figura de barro para que llegue a Los Pinos. Y eso se me hace bastante preocupante, porque no se trata de votos razonados, ni siquiera estarán preocupadas por buscar «la mejor opción» para el país por medio de su voto; están más preocupadas por poder ver «más seguido» a su ídolo, y que mejor que con la gran exposición mediática que tendrá si llega a ser presidente.
En los videos que pueden ver más abajo, podrán notar el nivel de fanatismo entre muchas mujeres. Una se emociona porque dice que lo alcanzó a rasguñar, y otra porque fue una de las madres afortunadas que recibió su licuadora por parte de Peña Nieto. Muchas de estas mujeres tienen un linaje mestizo e indígena, una no tiene siquiera su dentadura completa. Y no es que sea algo malo, pero es de notarlo, porque estas mujeres deberían saber que un hombre como Peña Nieto, quien a través de la educación que le dió a su hija, demuestra un desprecio por las clases vulnerables, que seguramente por su talante clasista y racista, no se prestaría ni de loco a tener una aventura sexual con alguna de estas mujeres (como me imagino muchas de estas si han tenido al menos en su imaginación), porque de seguro sentiría «asquito».
Es preocupante, no solo porque de seguro no les importa que Peña sea un candidato con un nivel preocupante de ignorancia, o que detrás de él están Moreira, Montiel, Salinas o Elba Esther Gordillo. Sino porque ejercerán su voto así como cuando contestan las encuestas de TV y Novelas.