En medio de la crisis europea, me llama sobremanera la atención la forma en que buscan sacar a países como Grecia e Italia de la crisis. Decidieron hacer algo que para mí no es muy democrático, porque con presiones de la Unión Europea y quien sabe que poderes fácticos que están inmiscuídos ahí, hicieron renunciar a sus principales mandatarios, a Silvio Berlusconi de Italia y a Yorgos Papandreu e impusieron a Mario Monti y Lucas Papademos, quienes tienen algo en común, haber trabajado para el banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs, que al parecer tiene mucha influencia sobre la Unión Europea. Es cierto que las crisis desatadas en ambos países vienen provocados por gobiernos irresponsables, sobre todo en el caso de Grecia quien les ofrecía a sus habitantes un estilo de vida «artificial» que tarde o temprano tenían que pagar, esto aunado a unas olimpiadas que albergaron en el 2004 que los dejó muy endeudados, aunque algunos presumen que las propias instituciones financieras, entre ellas la misma Goldman Sachs tuvieron alguna responsabilidad en la profundidad de la crisis.
Ambos mandatarios (que durarán el resto del mandato que les dejó sus antecesores) son tecnócratas. ¿Qué es un tecnócrata?. El término tecnocracia significa «el gobierno de los técnicos», es decir, un tecnócrata busca soluciones técnicas sobre cualquier ideología, o asunto social (aunque en realidad sabemos que los tecnócratas de hoy son neoliberales). Los tecnócratas de hoy son nada más que economistas que, puede ser cierto, son muy hábiles en su campo, que interpretan la situación de una nación en base a gráficas, estadísticas, números, tendencias. Pero a la vez así como brillan en este sector, cuando entramos a terrenos sociales, son unos completos «ignorantes» del tema. Es decir, la especialidad de los tecnócratas está en lo meramente cuantitativo, pero ignoran la parte cualitativa, son incapaces de salir de sus oficinas y conocer el mundo real. No se inmutan si ven en la calle a niños muriendo en completa desnutrición, pero si les llama la atención que las tasas de interés suban o que el PIB no tenga un buen crecimiento.
Para los tecnócratas solo somos un número y lo que a ellos les importa son que los números sean positivos, que pueden ser indicadores de un crecimiento económico, pero ellos desconocen las implicaciones sociales que pueda tener por ejemplo un sistema económico o alguna decisión económica en el terreno social. Ellos solo buscan que sus «gráficas y tendencias vayan a la alza», y nos presentan como resultados de su gestión, esas gráficas. Aunque en la práctica no sintamos una congruencia entre los que vivimos como ciudadanos y lo que dichas estadísticas dicen.
Me preocupa por eso que un tecnócrata tome un puesto presidencial o en el caso de Europa, de primer ministro. Porque son tecnócratas, no son políticos en realidad, son técnicos, y en un mandatario se esperaría que tuviera una visión amplia de la sociedad que esté gobernando, y no uno que esté encasillado y cerrado en manejar números. Tal vez un tecnócrata estaría bien para una secretaría de economía o en Hacienda, pero no para estar al frente de una nación. Un ejemplo de tecnócrata es Ernesto Cordero. No dudo que tenga capacidades en economía (a pesar de su desliz de los $6,000 pesos), pero no lo veo enfrentando otros temas que no tengan que ver con la economía, ¿Cómo le hará con los asuntos de la sociedad?, ¿Cómo le hará para ejercer ese liderazgo que se necesita en un político y no tiene? ¿Cómo le hará en cuestiones de diplomacia? ¿Cómo le hará para atender a los marginados y a las comunidades indígenas?.
Aristóteles decía que la democracia era una depravación de la timocracia, pues, la tecnocracia es una degeneración de la democracia, donde un todo se reduce a puras cuestiones técnicas.