Los desplantes de los mandatarios derechistas de iberoamérica son bien curiosos, sobre todo porque no son muy congruentes que digamos, sobre todo cuando hablamos de los valores cristianos que tanto dicen defender. Se proclaman humanistas, «demócratas socialcristianos» entre algunos adjetivos más. Pero a pesar de eso, siempre (sobre todo en los últimos años) han defendido las políticas neoliberales, donde se trata a la población como un objeto de consumo, como una cifra, donde una gran empresa es mas importante que un ciudadano y donde también se pierde la sensibilidad por el ser humano y la justicia social que predicó Jesucristom lo cual está plasmado en la Biblia.
Esta incongruencia se hizo muy patente tras las polémicas declaraciones de José María Aznar y las posteriores declaraciones del Vaticano que dejaron mal parado al ex-mandatario español, ¿qué pasó?. Todos sabemos que en el mundo hay un movimiento de indignación ante la situación socioeconómica actual. Sucede que Aznar, el ex-presidente español por el Partido Popular (el partido de derecha en España) hizo unas fuertes declaraciones al referirse a la manifestación de indignados de España como un movimiento marginal de ultraizquierda radical, además los demeritó al decir que su representatividad no es importante en la vida española.
Pero, las posteriores declaraciones representaron una especie de humillación para José María Aznar porque contradice su planteamiento. El Vaticano dice estar de acuerdo con la mayoría de los puntos que proponen los «indignados». Por medio del Departamento de Justicia y Paz de esta entidad, se emitió un documento donde se aboga por una autoridad mundial y un banco central mundial, porque el FMI ya no es capaz de lograr estabilizar a las economías. Pero fue más allá y criticó directamente a la doctrina neoliberal. El Vaticano condena lo que califica como «idolatría del mercado» y el «pensamiento neoliberal» que solo se fija en soluciones técnicas a problemas económicos.
Dice el Vaticano que esta crisis económica y financiera que estamos viviendo debe invitar a todo el mundo a examinar los principios y los valores culturales y morales que están en la base de la convivencia social. También recalcan los efectos negativos del neoliberalismo en la sociedad: Se han puesto de manifiesto comportamientos como el egoísmo, la codicia colectiva y el acaparamiento de bienes a gran escala. E incluso se atreven a vaticinar lo que ocurrirían si no se replantea el sistema económico: Si no se encuentran soluciones a las diversas formas de injusticia, los efectos negativos que seguirán en el plano social, político y económico estarán destinados a crear un clima de creciente hostilidad e incluso violencia, y en última instancia, a minar los cimientos de las instituciones democráticas , incluso las consideradas más sólidas.
Mientras gente como Aznar busca «solucionar» la crisis con más mercado, desregularizando más la economía y gastando menos en servicios sociales, la misma Iglesia apunta su mira hacia el otro lado. Apela a la solidaridad y al bienestar sobre la codicia de unos pocos. ¿Qué pensaran los partidos de derecha al ver que su «lider moral» está en desacuerdo con las políticas económicas que han estado tomando?. Se podrá criticar al Vaticano de muchas cosas, y así como en su tiempo fue agente clave para combatir el comunismo, ahora lo sea para combatir el «fundamentalismo de mercado» que ya nos ha metido en serios problemas.