México está viviendo sus domingos sangrientos a causa de la batalla contra el narcotráfico, y bajo ese tenor, Bono y su banda U2 vienen a dar tres conciertos a la Ciudad de México en su gira 360. La banda irlandesa es una de las más populares del planeta, a pesar de que sus últimos discos no han sido tan buenos, siguen convocando gente y esperan romper el record de asistencia en los tres conciertos que darán como el concierto más grande del mundo. Bono luce feliz, acaba de cumplir 51 años y lo ha celebrado con un champagne entre sus fans. Yo a diferencia del 2006, decidí no asistir, sobretodo porque el setlist no me apetecía mucho (The Fly no aparece en la lista, tache).
Mientras Bono goza de la vida en nuestro país. Felipe Calderón está preocupado, y tiene muchas razones por qué estarlo. Cada vez son más opositores ante la batalla contra el narco que ha emprendido, el país en cuestión de economía no está muy bien y las críticas le llueven. Así, de esa forma Bono y Felipe Calderón deciden encontrarse en Los Pinos. ¿De que hablaron?. Probablemente nunca lo sabremos. Gracias al éxito musical y mediático que ha tenido Bono, tiene la facultad de ser recibido por los presidentes de varios países y ser invitado a convenciones internacionales como Davos o el G-8. A Bono siempre le ha fascinado esa faceta política, es un idealista que se pierde entre el pragmatismo político mundial. Le preocupan los pobres, el SIDA, la paz. Es un músico progresista (uno de los pocos millonarios en el mundo que se pueden definir como izquierdistas).
Si Bono pregona la paz. ¿Que pensará al sentarse con un mandatario de derecha, al cual muchos le cuestionan su legitimidad?, ¿que pensará al ver que el hombre con el que está sentado platicado, ha emprendido una dura y sangrienta batalla contra el narcotráfico?. No se si el cantante de U2 sepa todas estas cosas, lo del narco si lo sabe, porque en el primer concierto Bono cantó a las víctimas del narcotráfico. Lo de la legitimidad no lo se. Tal vez si sepa que los mexicanos somos muy duros y críticos con sus presidentes. En el pasado concierto del 2006 apareció en las pantallas la imagen de Vicente Fox y este se llevó un tremendo abucheo por parte del público (cierto, gran parte de él, del Distrito Federal y afines a AMLO que venía de ser víctima de un desafuero).
No entiendo el propósito de una junta de un músico con un presidente. ¿Que es lo que busca Bono en esas charlas?. Generalmente lo reciben, pero me percato de que a veces como que lo subestiman (a fin de cuentas es un músico), como lo subestimó George W. Bush al buscar ayuda para Africa (hablando de otro presidente derechista que no cree en la intervención gubernamental para apoyar a los pobres), y como lo han subestimado varios mandatarios. Bono parece ser demasiado «bueno» para la política, demasiado honesto, demasiado idealista para las inmensas ambiciones que se manejan dentro de la política mundial.
No se si Bono vino a platicar con Felipe Calderón en un momento equivocado, o vino en el momento perfecto. Puede ser el equivocado, porque Calderón hablaría de guerra, de ejércitos, de criminales ultimados, y Bono hablaría sobre la paz y la concordia. O podría ser el perfecto porque la presencia de un Bono pacífico y tranquilo podría bajar la ansiedad y el estrés del presidente. Para Bono la visita es algo más indiferente, viene a tomarse la foto del recuerdo y a promocionar sus causas, el no tiene que vivir la ansiedad que vive un político criticado, que se ha quedado solo.
Ojalá Bono se haya dado cuenta que todos los domingos en México son sangrientos. El escribió la canción de Sunday Bloody Sunday por la guerra en Irlanda, pero en México vivimos una cruzada sangrienta desde el 2006. A pesar de ser un hombre de paz, no creo que la presencia del cantante de U2 en nuestro país inmute a nuestros amigos criminales, por el contrario, creo que algunos de ellos tuvieron el descaro de ir a uno de sus conciertos.
A propósito de U2, aquí una muy buena animación de Rictus del Reforma.