El Capitalismo de amiguetes fué una frase que le robó Denise Dresser a Joseph Stiglitz cuando este último se refería a que en ciertos paises en vías de desarrollo y cambio de una economía estatista a una economía de mercado iban surgiendo una élite de ricos (muchos de ellos amigos entre sí) que acaparaban todo mientras la mayoría de la población se quedaba en la desesperanza y en la pobreza. Ese fenómeno fué muy notorio en la extinta Unión Soviética (hoy Rusia) donde unos pocos aprovecharon los beneficios de la Perestroika para hacerse de billetes, sacarlos de la nación y dejar al país empobrecido. En México sucedió algo parecido, después de que De la Madrid y Carlos Salinas privatizaran todo lo que se debía de privatizar o restaba por privatizar, vendieron al mayor postor las acciones de las empresas estatales que eran ineficientes. Hasta ahí no hay ningún problema, el problema llegó al vender dichas empresas a un círculo de amigos que junto con las pocas empresas privadas ya existentes (véase Televisa) formaron un oligopolio donde pocas empresas concentraron la mayoría de la riqueza de la nación.
Andrés Manuel López Obrador en su reciente libro explica como se dieron las ventas. Dos millonarios pujaban por una empresa, por un ejemplo: Carlos Slim y Roberto Hernández peleaban por Telmex, Slim ganaba y al perdedor se le otorgaba otra empresa más pequeña pero no menos importante, en este caso Roberto Hernández se quedó con Banamex, y así consecutivamente se iban otorgando las empresas a los nuevos millonarios. Así se formó el oligopolio que dirige ahora la riqueza en México.
Pareciera que las empresas están decididas a pelear y a abrirse a la competencia, lo cual podría sonar como algo benéfico para el país y técnicamente pudiera serlo, pero ojo, es también algo engañoso. Porque esa competencia solo se está dando dentro de la burbuja oligopólica y se impide que entren nuevos actores al quite. Un claro ejemplo lo estamos viendo en el desarrollo de la batalla Carlos Slim vs Duopolio Televisivo. El primero quiso meter un sistema de paga del cual ya se apropió (Dish) y agregó a su servicio de paquete básico de Telmex para hacer batalla a las ofertas del duopolio televisivo. El pleito fué tan evidente que Carlos Slim retiró toda la publicidad relacionada con sus empresas de Televisa y TV Azteca y lanzó periodicazos donde demandaba los malos comportamientos de este duopolio, sus precios altos o su poca disponibilidad a competir (como si él no hiciera lo mismo, ¡por favor!).
Slim y Televisa eran antes amigos, tanto así que Carlos Slim tenia participación accionaria dentro de la empresa televisiva, ahora ya no lo son y el no solo ha retirado todas sus acciones, sino que ha iniciado una campaña en su contra. Por su parte Televisa y TV Azteca anteriormente eran acérrimos enemigos, ahora ya no lo son, ya que han homogeneizado su barra de programación y han dejado de compartir parcialmente, y vaya que hablamos más de un duopolio cuando nos enteramos que Televisa acaba de comprar 50% de Iusacell, propiedad de Salinas Pliego ¡Dueño de TV Azteca!. Váyanme ustedes a hacer el favor. Las fichas se mueven, los mandos cambian de manos, pero todo sucede en el maravilloso y mágico chocomundo de la burbuja oligopólica. Es algo muy parecido a lo que pasa con nuestros partidos políticos que cambian de alianza a la menor conveniencia por hacerlo, se paran ahí donde hay mas captación de poder.
Tal vez esta guerra sucia dentro de la burbuja oligopólica tenga algunos beneficios para la población. Seguramente Sky tendrá que bajar sus precios en sus paquetes básicos para poder adaptarse a los planes de Dish, lo cual representaría un beneficio en el bolsillo de los consumidores de TV de paga. Mientras tanto Televisa y TV Azteca le apostarán a la telefonía movil (y ¿por qué no? a la fija también). La lucha se lleva a cabo dentro del triple play (Televisión, teléfono, internet). Los precios podrían bajar y la población verse beneficiada, pero solo hasta el punto en que el oligopolio lo dicte, porque sería mucho más sano que entraran nuevos competidores y ahora sí, generaran una bajada de precios la cual terminaría por aumentar el poder adquisitivo de la población (sobre todo con eso a lo cual llaman economía de la sustitución). Pero mientras el capitalismo de amiguetes siga dominando la esfera económica del país, los beneficios para la población tan solo serán: Marginales.