Este artículo es una continuación del tema «Quisiera ser millonario«, recomiendo que lo consulten antes de leer este en caso de que no lo hayan leído.
Generalmente cuando creo dejar temas inconclusos o con varias dudas al aire decido hacer revisiones en lugar de editar el artículo, una de mis políticas que tengo dentro de mi blog es que después de haber publicado un artículo ya no lo puedo modificar excepto para agregar alguna actualización o una nota al pie, y esta no es la excepción, por eso decidí crear una segunda versión del artículo «quisiera ser millonario» para aclarar algunas cosas y lograr cerrar bien este tema, el cual me pareció interesante de abordar, y al parecer también a los lectores también. Recibí varios comentarios por medio de este blog y por medio de Facebook en este artículo. Bueno empecemos.
El dinero no es lo más importante.
La otra vez inicié con una frase que decía, el dinero no es la felicidad, pero como se le parece. Porque es verdad, el dinero nos trae muchas satisfacciones y nos hace la vida más fácil. Pero eso no quiere decir que el dinero sea lo más importante. El dinero no es garantía absoluta de felicidad, por el contrario, si no viene acompañado de otros hábitos personales, puede terminar siendo un estorbo. Ya lo había dicho, está muy bien aspirar a más de lo que uno tiene, pero siempre y cuando conserve su escala de valores intacta, y a veces eso es algo difícil de hacer, porque muchos prefieren pasar por encima de ellos como un atajo para obtener más riquezas, lo que se convierte en lo que yo llamé riquezas mal habidas. Ese tipo de personas son las que creen que valen por lo que tienen y no por lo que son. Como yo comentaba lo valioso de una persona millonaria no es cuanto tiene, sino el esfuerzo y el empeño que invirtió para obtener esas riquezas.
Además, el dinero por si solo no da la felicidad , sobre todo cuando existe «pobreza» en otros ámbitos personales. El ser humano no solo necesita de dinero, necesita sentirse seguro (de nada sirve tener millones de dólares si la vida está en peligro), necesita sentirse querido (de nada sirve tener millones de dólares si la persona en cuestión está sola y no tiene los suficientes lazos afectivos como para sentirse querido) y necesita sentirse autorrealizado (de nada sirve, de nuevo, tener millones de dólares si la persona no está agusto con lo que hace o no se siente satisfecha). El dinero per sé no da la felicidad, necesita de otros atributos para poder generarla.
Las riquezas, lo repito, son uno de los pilares que sostienen al ser humano, pero no son «todos los pilares». Si pretendemos sostenernos solo por el pilar de las riquezas y no fortalecemos los demás pilares, este no va a soportar toda la carga, y el «edificio de la vida» se va a derrumbar. La integridad humana, los valores, la familia, seres queridos, amigos, el sentimiento de autorrealización son otros de los pilares que ayudan a sostenernos y mantenernos en pie.
Pero sigue siendo importante
Pero no quiere decir que debamos renunciar al pilar del dinero cuando podemos tener los demás. El dinero no deja de ser un área importante en nuestras vidas porque es el que se encarga de darnos bienestar, poder vivir de una manera decorosa, poder tener lujos, comodidades, esparcimiento, y en general, una mejor calidad de vida. Por eso pienso que el no aspirar a obtener riquezas es una simple y llana estupidez. El problema como mencionaba es cuando se supedita el dinero a las demás áreas de la vida. En ese momento es cuando el dinero se convierte en un problema.
Imagina que tienes una familia amorosa, te gusta lo que haces, te sientes una persona íntegra y de repente pierdes el empleo. Te ves en una situación dificil y la ruptura del «pilar económico» hace que los demás pilares tengan que soportar más peso y por consecuencia, tienen más posibilidades de quebrarse. Por el contrario si te anuncian un aumento de sueldo en el empleo o empiezas a generar más ganancias con tu negocio, el pilar se fortalece y hace que los demás pilares no tengan que soportar tanto peso. Imagina, ahora tienes dinero para llevar a tu familia de vacaciones, para comprarles regalos, para buscar momentos de esparcimiento para poder convivir más con ellos, para darles una mejor salud y bienestar. En este caso el dinero puede reforzar todos lo demás pilares.
Es por eso que aspirar a tener riquezas es una forma de querer progresar y de ser mejor persona. Por supuesto que no es la única forma, pero si es uno de los varios ámbitos a los que hay que ponerle atención para terner un desarrollo íntegro como persona. Si aspiras a poco, indudablemente tendrás más poco de lo que habías aspirado, y eso a fín de cuentas es ser pobre, pero pobre de caracter.