El gol que le daba la victoria a España en el segundo tiempo extra lo tenía que firmar uno de los mejores jugadores del mundo. Andres Iniesta, en una jugada que parecía perdida, recibe el pase de Cesc Fábregas, y el primero disparó contra el arco de Stekelenburg al minuto 116 para marcar el único gol del cotejo. España merecía la victoria porque había jugado mejor. Holanda, si bien tuvo dos llegadas claras al arco por parte de Robben, no tuvo la posesión del balón en la mayoría tiempo del partido y estuvo jugando muy sucio. De hecho el árbitro Howard Webb fué muy condescendiente con el cuadro holandes al no marcar un aparente penal a favor de España y al perdonarles tarjetas que debieron ser rojas. El colegiado se tardó en sacar la roja hasta el 109 cuando expulsa a Heitinga por doble amonestación.
La final no fué precisamente el mejor partido de futbol: Estuvo sucio, hubo fallas arbitrales y no vimos genialidades que nos hagan recordar la final como una de las mejores. Pero a la vez si es una final memorable, porque por primera vez, y con todo merecimiento, España se alzó con la Copa del Mundo, después de tantos años de ilusiones rotas que la selección roja daba a sus fieles aficionados. El país hispano no vive precisamente uno de sus mejores momentos, su economía no está muy bien y el desempleo está a la alza, pero al menos ahora tienen algo que festejar, y es que han demostrado (lo empezaron haciendo hace dos años al ganar la Eurocopa) que tienen a la mejor selección del mundo.
En México se festeja mucho el triunfo de España, tal vez porque el mexicano siente un lazo de sangre con la madre patria. Hubieron varios mexicanos (y también españoles radicados) que festejaron el triunfo en el Angel o en la Minerva en Guadalajara. Y la selección española se merece todos esos festejos porque hicieron un gran partido, en cambio los holandeses traicionaron su forma de juego al cual nos tenían acostumbrados durante este mundial, jugaron un futbol muy mezquino que quedará para el olvido. Al menos la naranja mecánica tuvo la dignidad de esperarse al final del partido para felicitar a los nuevos campeones del mundo.
Con el triunfo de España termina el mundial de Sudáfrica con éxito. Pero con algunas peculiaridades que nunca olvidaremos como las vuvuzelas ensordecedoras, el famoso balón Jabulani que puso en jaque a muchos jugadores, y sobre todo a los porteros, hasta con el pulpo Paul que se dió el lujo de pronosticar acertadamente todos los resultados de Alemania y la final del mundial. También nos quedaremos con algo de la cultura sudafricana, con una buena organización a pesar de no ser un país de primer mundo.
También nos quedamos con un desempeño mediocre de la selección mexicana, que si bien hizo un partido un partido que se podría calificar de histórico contra Francia, también hizo tres malos partidos contra Sudáfrica, Uruguay y Argentina. Nos quedamos con el Alemania avasallador que humilló a otras potencias como Inglaterra y Argentina; nos quedamos con un Uruguay que después de muchas décadas volvió a llegar a las últimas instancias del mundial y que levantó la mano por América. Nos quedamos con jugadores como Forlán, Müeller, Villa, Iniesta, Robben, Sneijder que dieron un gran mundial, pero también con otros como Kaká, Cristiano Ronaldo o Leonel Messi que jugaron un mundial para el olvido. Con todo esto decimos adiós a Sudáfrica 2010 y tendremos que esperar otros 4 años para ver otro mundial en Brasil 2014.