Arrancaba el partido. Había ido con una amiga y varios primos a ver el partido y todos estábamos a la expectativa. Todos sabíamos que México venía como la víctima y no tenía muchas oportunidades de ganar, pero aún así teníamos esperanzas de que la selección lograra hacer algo. Se tenía la esperanza a pesar de que se respiraba un aire de pesimismo en la concentración tricolor. Javier Aguirre aparecía cabizbajo al hablar con las cámaras, pero por ahí decían que Mourinho, el técnico del Inter de Milán también había aparecido así antes de vencer al supuestamente imbatible Barcelona en la Champions League.
Pero contra todos los pronósticos pesimistas México empezaba jugando bien. Tenía el control del partido, y los argentinos parecía que se daban cuenta de que la selección mexicana no iba a ser fácil. Durante los primeros 25 minutos México logró desesperar a su rival y en ese lapso tuvo dos jugadas claras de gol, una que se estrella en el travesaño y otro por medio de un tiro raso que casi rosa el poste. Todo parecía que pintaba para algo bueno para México, la estrategia de desesperar a los argentinos parecía funcionar, pero después viene una jugada donde en un disparo el conejo Pérez no se logra hacer de la bola, e inmediatamente después, Tevez marca el primer gol para Argentina en un claro fuera de lugar. Todo el mundo se percató de ello, de hecho pasaron la repetición en las pantallas, pero el árbitro Rosetti ya se había equivocado y había marcado el gol como válido. A partir de entonces las cosas cambiaron para México, se desfondó moralmente, y eso dió pié a que Argentina, sin despeinarse, definiera el partido antes de irse al segundo tiempo tras un error garrafal de Osorio, que Higuaín supo capitalizar para marcar el 2-0 para la albiceleste.
México ya estaba derrotado moralmente. Argentina era totalmente superior en el campo, y así lo demostró al finalizar el primer tiempo, y al comenzar el segundo, donde Tevez anotaba un golazo para poner la pizarra 3-0. Parecía que se venía la goleada, la humillación para la selección mexicana, pero México al final decidió luchar para terminar el partido con dignidad, y al menos lo hizo a medias, gracias a un gol del Chicharito Hernández que puso el marcador definitivo 3-1. Después de eso, México siguió luchando, pero ya sin ninguna idea ni ningún orden, los argentinos los contuvieron bien hasta el final del partido, y de esta forma, se terminó el partido que manda a la selección de regreso a casa.
Aguirre para este partido, había contentado a muchos al meter a Guardado y al Chicharito de inicio, quienes tenían argumentos para ser titulares desde un inicio, pero cometió dos errores garrafales. La primera fué haberle dado la confianza al Bofo para iniciar, el cual no hizo nada durante el primer tiempo en el que estuvo (supongo que creyó que le podía funcionar como comodín, pero más bien terminó entendiendo por qué los aficionados lo querían fuera) y el segundo fué haber cambiado a Guardado por el Guille Franco en el segundo tiempo, un cambio inexplicable, dado que Guardado estaba haciendo un decoroso papel en el partido y el Guille Franco ya nos había demostrado a todos que no tenía ninguna razón para estar en la selección.
Es cierto que el arbitro influyó en el marcador, pero eso tampoco quiere decir que la derrota fué injusta. México no supo como reaccionar, tuvo equivocaciones, y los argentinos aprovecharon las jugadas que tuvieron para acabar con el partido. No se sabe que hubiera pasado si el árbitro hubiera decretado ilegítimo el gol de Tevez como tuvo que ser, pero el hubiera no existe y la selección no supo reaccionar, no supo tener la mentalidad de la que tanto se habla para salir adelante. Se dieron por muertos y los argentinos se encargaron de rematarlos. Así que a pesar de todo, podemos decir que la victoria de argentina sobre la selección no es injusta. Argentina es merecedora del triunfo y México de su derrota.
A fin de cuentas, en este mundial terminó siendo la misma historia que nos han repetido desde 1994. Ya son más de 12 años de espera para que México avance al tan cacareado quinto partido, y no se ha logrado. Los supuestos progresos del futbol mexicano no se logran palpar en los mundiales en los cuales siempre termina ocurriendo lo mismo. Y si no hay voluntad por parte de los directivos y de los amos del futbol, parece que la historia continuará repitiéndose. A fin de cuentas el de Sudáfrica fué un mundial mediocre para México. Un partido destacable ante Francia, pero también un empate ante Sudáfrica y dos derrotas ante Argentina y Uruguay donde se jugó mal. No hay nada nuevo que contar para México en el mundial de Sudáfrica, no se logró hacer historia y eliminar a uno de los favoritos.
¿Que sigue?. No se, pero como ya lo comentaba en el artículo anterior, no creo que nuestros directivos se vayan a poner las pilas para mejorar el nivel de nuestro futbol. Tal vez las esperanzas las veamos en otro lado. En 4 años tal vez la nueva generación de futbolistas llegue consolidada y con más madurez, a un Giovanni Dos Santos, Carlos Vela con más fogueo internacional, jugadores como Barrera y Juárez jugando en Europa, y que decir del Chicharito quien ya metió dos goles en su primer mundial, que pinta como una gran promesa para nuestra selección. Si esta generación se logra consolidar, podremos tal vez aspirar a algo más para el 2014, pero por parte de los directivos y los dueños del futbol, no esperen mucho, ellos ya ganaron su mundial.