La trama de esta película no es nada nuevo. Mucho suspenso in crescendo y algunos pequeños sustos rodeados de una adecuada ambientación musical en un escenario lejano de la urbanidad, donde nieva y hace mucho frío. Tal vez lo que diferencia esta película a las de su tipo que han salido en los últimos años (véase «El Aro») es que la historia es algo que puede suceder en la realidad y que al menos hubo algún intento por hacer algo más propositivo que lo último que hemos visto en películas de terror.
La historia trata de una huérfana que fué adoptada por una familia cuya esposa había perdido a un hijo, lo que motiva a la esposa a buscar a una candidata en un orfelinato. Todo parece ser normal, hasta que empiezan a suceder diversos eventos que desencadenan la trama de la película que explicaré a continuación.
¡¡ATENCIÓN, INICIAN LOS SPOILERS!!
Lo sobresaliente de la película es la actuación de la actriz que encarnó a esta «niña». No es una película que asuste más que una película de terror promedio, pero la trama cuando menos es algo curiosa e interesante, y «no es un refrito de una película oriental», lo cual ya es de agradecer. Creo que fué manejado bien el inicio de la película cuando conocen a la niña en el orfanato, porque a diferencia de otras películas, no te imaginas que una niña tan tierna e inteligente como el papel de Esther vaya a terminar siendo una adulta de 33 años psicópata con desórdenes mentales.
Tal vez la secuencia de la trama sea algo ya conocido en las películas de terror (que recuerda mucho a películas como El Aro, La Mano que Mece la Cuna, o El Angel Malvado), pero al menos los escritores logran sorprender al público en algún momento de la película. Todos sabíamos que la niña se iba a convertir paulatinamente en un fenómeno diabólico, pero apuesto a que nadie pensó que esa niña terminaría siendo una adulta con un problema de enanismo por poner un ejemplo, y creo que eso es lo que separa a esta película de los churros que generalmente aparecen en el cine estadounidense.
También podría decir que la película no es tan pretenciosa como muchas del género. Logran usar las dosis necesarias para transmitir el efecto que quieren lograr. Hay sangre, pero no tratan de hacer de ella un circo. Hay escenas de miedo, pero tampoco tratan de abusar del recurso del terror para asustar a la gente.
Eso sí, la película tiene varios clichés al estilo norteamericano. Se presenta el estigma de que los europeos del este son gente rara, el final donde la mamá grita «no soy tu madre» y le dá una patada a la «niña» también es un tipo de recurso muy gastado. También presentan el ya muy gastado recurso donde uno de los personajes empieza a investigar sobre el pasado de el personaje principal, y se siente solo (sola en este caso) porque nadie le creé las sospechas que tiene sobre el victimario.
Creo, que en general, que sin ser nada del otro mundo, es una película lo suficientemente aceptable para ir a rentarla y verla un domingo. No se destaca en la capacidad para asustar al público, pero al menos si tiene una trama un poco más interesante que lo que generalmente se presenta en el mercado.