Me pregunto, ¿que pasa en el cine cuando en la cartelera vemos el regreso de Superman, una nueva versión de Batman, las nuevas versiones de Star Wars, o un refrito de otra película?. Independientemente de que sean buenas esas versiones o no, yo creo que en el cine hay una crisis de creatividad.
Ayer ví una película que se llama «El Presagio», con Nicolas Cage, la cual por el hecho de que estuviera este actor y que se hablara bien de sus efectos especiales, parecía que al menos se iba a tratar de una película dominguera. No resultó así, y fué mas bien una basura. Y bueno, siempre han existido películas malas, pero creo que esta refleja lo que les digo. ¿Por qué?. Porque a pesar de ser un material con contenido propio, si toma varias referencias a otras películas. Pareciera ser una mezcla de «Sexto Sentido», «Señales», y cualquier otra película apocalíptica de ciencia ficción, a la hollywoodense, que desemboca en un trabajo que tiene mucho presupuesto, efectos, pero carente de fondo, poco convincente en la trama, cursi y predecible.
Esta película es el reflejo de la crisis del séptimo arte, porque ante la falta de creatividad, hay que tomar elementos de otras películas que fueron éxitosas (y algunas no tanto), mezclarlas y sacar un material relativamente nuevo. Tampoco hay creatividad en el género, pareciera ser una mezla de todo (suspenso, ciencia ficción, drama), pero sin lograr sobresalir en ninguno de ellos. Ah, como extraño a aquellos que se atrevieron a innovar como Quentin Tarantino en Pulp Fiction.
Esto se ha visto reflejado en el consumo, donde los ingresos han disminuído, y donde muchas personas prefieren ver series televisivas, como Lost o Prison Break, dado que implican cierta innovación, más que nada por el formato en que se tratan temas que antes eran casi exclusivos de la pantalla grande. Lost fué un concepto nuevo en series televisivas, también Prison Break, así como antes lo fueron Beverly Hills. Pero eso ya es muy raro en el cine, donde se apuesta a los refritos y a las nuevas formas de contar lo mismo de siempre.
En México las cosas no son tan diferentes. Ya hemos probado que tenemos talentos en el séptimo arte, tanto en la actuación como en la dirección, pero no hay apoyo, o también son mal utilizados. Tenemos a un Iñárritu con una gran obra como lo fué Amores Perros (al que ví una vez bien pedo en el estadio en un partido del América con sus compadres de Televisa) a Alfonso Cuarón o a Guillermo del Toro. Pero muchos de sus éxitos han sido fuera de nuestro país, y lo último que hemos visto es en su gran mayoría refritos de otros éxitos mexicanos (como Babel, o Rudo y Cursi, esta última con un contexto muy parecido a «Y tu Mamá También» y con los mismos actores) o películas juveniles de no buena calidad, a lo cual ya nos tiene acostumbrado Fernando Sariñana con trabajos como Niñas Mal (excepto con «Amar te Duele» que es una película aceptable) y al que Felipe Calderón le dió la titularidad del Canal Once (ya ven que a la derecha no se le dá eso de la cultura).
Creo que de lo último podríamos destacar únicamente Arráncame la Vida. Película basada en el libro de Angeles Mastretta, donde actúa Ana Claudia Talancón y que estuvo muy bien adaptada. Pero creo que el cine mexicano tiene un complejo, y es que siempre tiene que ser mexicano, siempre tiene que hablar de lo mexicano y se esfuerzan porque se note en demasía. Aunque sea una película de amor, debe de mostrarse lo mexicano, la desigualdad, los conflictos, que se noten nuestras carencias. Y yo creo que eso limita las capacidades del cine mexicano, encasillándolo en la mexicanidad.
Al cine le falta un superheroe que lo rescate, uno de esos que ellos mismos crearon.