El desempleo creciente, los despidos y las caras de angustia ya no son características que solo vemos en Estados Unidos. Parece que el efecto dominó empieza a llegar a nuestro país. Y para esto no me quiero remitir a datos cuantitativos que al fin y al cabo son números que pueden ser interpretados de diferentes formas. Tenemos que irnos al terreno de lo cualitativo, a ver la angustia que provoca en las personas que en las empresas ya están haciendo recortes y que no saben si les va a tocar, en los conocidos que han despedido, en el stress que vive la gente actualmente.
Es cierto que la crisis está determinada por la actitud de las personas, pero esa actitud es psicosomática, porque genera miedo, ansiedad, una baja en el consumo que deriva en una desaceleración económica y por lo tanto, en un problema real. Una analogía de la crisis es la fotografía de Carstens tratando de aventar la pelota de beisbol, el problema es cada vez mas «gordo», que al igual que Carstens no pudo llegar la bola al montículo del Pitcher, tampoco se lograron alcanzar las predicciones económicas que tanto prometieron para estar tranquilos.
Nosotros podemos poner una actitud positiva y propositiva ante el problema, porque podemos apretarnos en gastos, o en el peor de los casos, vender la casa o el auto, pero tendremos con que comer y podremos pensar en recuperar lo perdido e incluso pensar que estaremos mejor en un futuro. Pero la gente pobre no se puede dar ese lujo, y esto podría generar tal descontento social que provoque un estallido en el país, que si de por sí, muchas veces parece que nuestro país es una bomba de tiempo con la desigualdad económica.
El gobierno y el país en general se puede excusar en que la crisis no fué provocado por ellos. Pero técnicamente es peor, porque dependemos de factores que nosotros no hemos provocado, y que por lo tanto, no podemos darles solución. A lo más, podemos blindarnos para que el golpe no duela tanto, pero nada más. Ahora no existen los corruptos que se robaron el dinero, ni políticos ineptos que manejaron mal la economía, ahora solo existe una marejada que viene desde fuera, y que muchos no la quieren ver, o bien, alucinan que es un tsunami.
La situación del país es crítica, porque se lucha contra la crisis, el narcotráfico y la inseguridad. Pero no solo se debería de preocupar en solucionar los problemas como una medida correctiva, sino anticiparnos para que en algún futuro problema, nuestro país salga menos afectado, sin necesidad de remar frente a fuertes peligros que acechan a México.