Imaginemos que estamos en 1950, y tienes un negocio que se dedica a hacer cartas y documentos con máquinas de escribir. En este negocio la gente redacta las cartas a mano y tu las escribes en la máquina, o también, tus clientes te las redactan y tu las transcribes. El negocio en esa década es muy rentable y te proporciona buenos ingresos. Pasan algunas décadas y el negocio pierde un poco de su rentabilidad porque las máquinas son mas accesibles, pero sigue siendo rentable; pero llegamos a los finales de los 80’s, y sorpresa, la gente empieza a comprar computadoras, impresoras, y entonces ya no necesita pagar al negocio que escribía cartas. Entonces el negocio quiebra y hechas la culpa a los fabricantes de equipo de cómputo.
En la ley de la vida, el que no se sabe adaptar a la realidad termina perdiendo. Y así como le pasó a este hipotético negocio, parece que le puede estar ocurriendo a las disqueras:
El modelo de negocios de las disqueras utilizado en el siglo pasado, se comienza a ver obsoleta por las siguientes razones:
a) La facilidad con la que la gente puede descargar música por medio de Internet.
Son mas de diez años, que los intentos de las disqueras por evitar las descargas «ilegales» de mp3 han sido infructuosas. Parecía que habían dado un paso con Napster, pero ocurrió lo que dijo una vez Lenin pero a la inversa: «dieron un paso adelante para luego dar dos pasos atras«.
Tardaron en proponer un modelo de negocio (el primer intento rentable ha sido iTunes), y perdieron demasiado tiempo en censurar aquellos recursos que tenían los usuarios para descargar música. Incluso han demandado a un cierto número de personas que han bajado música, pero no surtió efecto alguno en la gente que descarga música.
a) Adiós a la comunicación unidireccional, bienvenidos al siglo XXI
Algo que es muy claro, no solo en la música, sino en las formas de comunicación en general, es que el otrora receptor ya no lo es, aquel individuo pasivo que veía noticias en la TV o esperaba que las disqueras lanzaran un nuevo grupo ha desaparecido, para dar paso a un individuo proactivo, prosumidor que indaga, busca, quiere tener libertad para elegir; aquel que busca las noticias en Internet, y no espera pasivamente a que le resuelvan sus problemas.
Esto creo que puede dar paso a una nueva forma de hacer negocios con la música. Donde el artista tendrá mas independencia (a la vez también mas responsabilidad) y donde será el consumidor en primer plano quien juzgue su trabajo, y su éxito no estará condicionado a las decisiones de las disqueras. Vemos como cada vez mas grupos salen del anonimato gracias a redes sociales como MySpace, (por ejemplo, Arctic Monkeys, los cuales se hicieron populares gracias a un sitio en esta red social que crearon sus fans).
c) Mayor accesibilidad económica para grabar un disco.
Si, los estudios todavía son muy caros, pero hacer uno en casa cada vez es mas barato. Yo he sido testigo del cambio radical que se ha dado en la facilidad que actualmente tiene una persona común y corriente para componer música, sobre todo cuando hablamos de software (que en algunos casos sustituye parcialmente al hardware). Existen cada vez mas consolas e interfaces para hacer productos de calidad muy decente (que cada vez le pide menos a la calidad que se puede obtener en un estudio profesional) y muchas veces sin salir de casa.
Mientras el estudio casero se va acercando poco a poco a un nivel cercano al que ofrecen los estudios profesionales, estos primeros ya son utilizados como parteaguas para hacer un disco y empezarlo a dar a conocer, lo que propicia que cada vez mas nuevos grupos puedan grabar un demo y empezarse a autopromocionarse en la localidad, y si tienen suerte, ser contratados por una disquera (ahora que todavía existen), pero ya las facilidades hacen que no dependan de esta al menos en un principio.
¿Que deparará el futuro?
Yo creo que la forma de hacer negocios será diferente. Y es algo que estamos empezando a ver, no solo en iTunes, sino en artistas que regalan sus discos en Internet, o en bandas de rock que dejan que el usuario ponga el precio (sin importar si pagan 0 centavos por el disco). No solo Radiohead y Nine Inch Nails quieren dejar de lado las disqueras y regalar su música. Otros artistas y grupos como Madonna, Oasis y Jamiroquai, ya no desean que las disqueras comercializen su música. Son cada vez mas artistas que prefieren proteger sus canciones bajo licencias Copyleft, que bajo licencias Copyright (la diferencia radica en que bajo la primera licencia, cualquier persona pueda hacer uso de las canciones sin costo, mientras no las utilice con algún fin de lucro).
Otro modelo probable en un futuro sea el patrocinio. Algo parecido a lo que vemos con los anuncios Google; donde las canciones se puedan descargar gratis, pero los artistas (o las disqueras si llegaran a abrir un poco sus mentes) se beneficiarían de los ingresos que reportan los patrocinios.
En resumen, mientras la RIAA en Estados Unidos, la SGAE en España y la APCM en México y las disqueras buscan evitar que la gente siga descargando música, los artistas, y algunas empresas como Apple (en versión de pago) se adaptan a la nueva realidad que es el Siglo XXI.