Muchas personas utilizamos Twitter para informarnos sobre el acontecer político, seguimos a políticos, académicos, periodistas, influencers y opinólogos.
Pero, ¿cómo se ve la conversación desde fuera? ¿Cómo interactúa el oficialismo con la oposición? Gracias a la ciencia de datos, me di a la tarea de contestar estas preguntas y llegué a conclusiones muy interesantes.
Con ayuda de R Studio, la API de Twitter y librerías como tidyverse, rtweet y visNetwork elaboré una red de nodos donde es posible ver cómo es que las cuentas interactúan: estas son interactivas y los usuarios pueden jugar con ellas: los nodos son seleccionables y se puede hacer zoom con el mouse o los dedos en una pantalla táctil. La primera red toma como referencia las menciones que se hacen las distintas cuentas y la otra los retweets entre las distintas cuentas.
Para este ejercicio incluí a políticos oficialistas (rojo) y de oposición (negro), simpatizantes del régimen (naranja) académicos o intelectuales no alineados al régimen (azul), periodistas no alineados al régimen (amarillo) e influencers (verde). Para este ejercicio se tomaron los 2000 tweets más recientes en los que estas cuentas interactuaron.
Las líneas explican la relación de una cuenta con otra y el grosor es el tamaño de la interacción que dos cuentas tienen. Las cuentas que más nodos tienen suelen concentrarse al centro y las que menos nodos son relegadas a la periferia.
Esto es lo que obtuve en el caso de las menciones. Basta presionar el nodo de cada personaje para ver con claridad con qué personajes interactúa más y con cuáles no tiene ninguna interacción:
Al ver esto, varias cosas me llamaron la atención. Es posible ver cómo, por lo general, la conversación suele agruparse en clusters. En la zona superior izquierda se concentran los periodistas e intelectuales que no están adheridos al régimen (en su mayoría opositores) y en la parte inferior derecha se concentra el oficialismo: tanto políticos como simpatizantes.
Sin embargo, existen algunos casos anómalos. Felipe Calderón se encuentra «atrapado» en el cluster oficialista y creo que la explicación es sencilla. Calderón suele gastar más energías en criticar al oficialismo al tiempo que los oficialistas hacen lo propio con Calderón quien se ha convertido en una suerte de némesis de la 4T. Gerardo Esquivel es otro caso anómalo ya que se encuentra en el «cluster opositor» y ello también tiene una explicación. Esquivel suele interactuar con varios académicos que no están adheridos al régimen e incluso asiste a programas de opinión como «La Hora de Opìnar».
En la periferia aparecen los influencers. Al parecer, solo Chumel y Vampipe no están tan relegados como los demás, aunque están relativamente lejos del centro de la conversación. Que los influencers se encuentren en la periferia se explica, en gran medida, porque están más preocupados en tener impacto sobre la comunidad en general que en «formar parte» de la comentocracia política.
Si hacemos este mismo ejercicio con retweets tenemos este resultado:
- La separación entre clusters es más evidente y la interacción entre los usuarios de los distintos clusters es menor. En el caso de las menciones, ambos clusters se encuentran más cercanos y. como mencioné anteriormente, algunos de los personajes se traslapan. En este caso rara vez ocurre esto (solamente con Gerardo Esquivel (quien incluso aparece un poco menos integrado al cluster «opositor» que en el primer caso).
- Son más los políticos son relegados a la periferia que en el primer caso. Los intelectuales y opinólogos los mencionan mucho (supongo que para criticarlos) y por ello en el primer caso muchos están en el centro de la conversación, pero los retuitean poco.
Es de llamar la atención que los políticos más relegados son los opositores mientras que los políticos oficialistas están más «incluidos» dentro del cluster oficialista. Esto sugiere que hay una mayor afinidad entre los simpatizantes del régimen y los políticos de dicho régimen que entre los opositores y los políticos de oposición. Al parecer, los opositores no se terminan de sentir representados por los políticos de oposición.
Para concluir, con base en este ejercicio se puede percibir una tendencia a la tribalización del discurso en Twitter: las cuentas suelen interactuar con quienes son afines ideológicamente y son parecidos a ellos (ello explica la presencia de estos clusters) mientras que lo hacen poco con quienes tienen una postura diferente. Es decir, el discurso político en Twitter tiende más bien a formar burbujas ideológicas y no suele promover del todo una sana discusión de ideas entre quienes piensan distinto, discusión que si bien no está completamente ausente, sí es algo escasa.