Pasó lo que era inevitable que pasara: el Coronavirus llegó a nuestro país. Ya hay un caso confirmado en la CDMX y otro en Sinaloa, ambas personas provienen del norte de Italia, donde hace pocos días el número de infectados se disparó, lo cual obligó a las autoridades italianas tomar cartas en el asunto y aislar la zona.
¿Y qué va a pasar? ¿Se va a acabar el mundo?
Las cifras a veces son muy útiles para poner en contexto el problema y entender su real dimensión:
Al día de hoy, la tasa de mortalidad del coronavirus en el mundo es de 2.3 por ciento. Esto significa que, de cada cien personas infectadas, poco más de dos mueren. La tasa de mortalidad, sin ser despreciable, es relativamente baja.
Para contextualizar mejor este número, tomemos como referencia la tasa de mortalidad de la gripe común en Estados Unidos que es del 0.05%, la tasa de mortalidad del cáncer en el mundo es del 30%, la del ébola es del 83% al 90%. Es más peligrosa que la gripe común, pero ciertamente si tienes cáncer, las posibilidades de que fallezcas son diez veces más altas que con el coronavirus.
Pero si nos dicen que la tasa de mortalidad es del 2.3% ello no implica que dicha tasa aplique para todos los sectores y edades, ese es el promedio general.
Las personas de mayor edad son las más afectadas. Si una persona de más de 80 años se contagia, la posibilidad de que muera es de poco más del 14%; es decir, uno de cada siete contagiados aproximadamente. Esto significa que las autoridades deberán dar mayor prioridad a este sector.
¿Qué pasa no estás tan grande si tienes 20, 30 o 40 años? La tasa de mortalidad de una persona de estas edades ronda el 0.2% (dos de cada 1,000 personas de 20 a 40 años) al 0.4% (cuatro de cada 1000 personas de 40 a 50 años). Gente de 50 a 60 años tiene 1.3% posibilidades de morir, y conforme la edad es mayor, las posibilidades crecen drásticamente.
Hay otras variables que pueden afectar en la práctica la tasa de mortalidad: por ejemplo, si no tienes defensas bajas o no sufres otra enfermedad en este momento que se pudiera complicar, la tasa de mortalidad será aún menor. Afectan también las políticas de prevención y detección dentro de una comunidad dada.
Si no eres mayor de edad, es poco probable que si te contagias de Coronavirus sufras algo más severo que algo parecido a una gripe o un cuadro de influenza común, e incluso es posible que no muestres síntomas siquiera (lo cual explica la dificultad para contener la propagación de este virus). Aún así, la posibilidad de complicaciones sí es mayor a una gripe común.
Incluso habrá que tomar en cuenta que muchos casos (sobre todo aquellos que no muestran síntomas o son leves) no se diagnostican, lo cual haría que la tasa de mortalidad bajara aún más.
Se estima que en México el coronavirus podría llegar a causar hasta 12,500 muertes en el peor de los tres escenarios que se contemplaron (afectando mayormente en personas de avanzada edad) dentro de un país de aproximadamente 130 millones. De nuevo, para poner en contexto, durante la temporada de influenza estacional 2018-2019 hubo 838 muertes a causa de la influenza mientras que 4,227 personas murieron en un accidente automovilístico en 2018 (en 2008 la cifra fue de más de 8,000 personas), casi 35,000 personas fueron asesinadas mientras que 80,000 murieron por cáncer.
Después de comprender estos números, podemos concluir que es suficiente razón para que las autoridades tomen cartas en el asunto y nosotros tomemos medidas de prevención (sobre todo por la gente más grande), pero no como para caer en pánico y pensar que nos vamos a morir. El alarmismo solo hace que tomemos malas decisiones e incluso puede alimentar actitudes discriminatorias y xenofóbicas.