Sobre la depresión y la ansiedad, Gibrán tiene otros datos

Ago 13, 2019

La salud mental es un tema delicado, y muchas veces una opinión puede ser perjudicial si no se tiene los conocimientos. Esto es lo que pasó con Gibrán al decir que los medicamentos son placebo.

Les cuento un poco de mi historia contra la ansiedad. Digamos que yo tengo un cuadro de ansiedad que me volvía un tanto aprehensivo y, peor aún, me generaban ataques de vez en cuando, ataques que tanto en lo físico como en lo psicológico son una pesadilla.

Naturalmente este trastorno afectaba mi calidad de vida. Desde hace más de 10 años busqué una cura o algo que lo parara. Intenté todo: fui con psiquiatras, neurólogos, iba a terapia. Incluso bajé de peso y me puse a hacer ejercicio. El problema, de alguna u otra forma, seguía ahí.

No fue hasta hace dos años que di con la sertralina, un medicamento que para mi suerte es demasiado barato (gasto $140 pesos al mes). A los pocos días la ansiedad se redujo al mínimo. De tener unos 5 ataques al año, en estos últimos dos solo he tenido uno y de intensidad mucho menor a los que tenía antes. En el día a día yo me siento mucho mejor y mi calidad de vida se disparó.

Evidentemente no todo fue gracias a la sertralina. La terapia me ayudó, el hecho de que haga ejercicio me ayuda, es una combinación de varios factores, pero es muy evidente el cambio desde que comencé a tomar el medicamento.

¿A qué viene todo esto?

Resulta que Gibrán Ramírez, el ya famoso comentarista oficialista, escribió una columna donde, con base en un libro que leyó llamado «Lost Connections» de Jonathan Hari, esbozó algunos argumentos que me parecen alarmantes. Gibrán comienza afirmando que la depresión «está ligada a la pérdida del sentido, a la soledad, y las pérdidas del respeto y el estatus» y que no está ligada a una condición orgánica. Podría, por mi experiencia, decir que esa afirmación no es completamente falsa (el hecho de que haya algo, un evento o experiencia dura que la pueda detonar), pero después argumenta que los medicamentos son básicamente placebos que no funcionan, y que es una mera estrategia de las industrias farmacológicas para enriquecerse a nuestras expensas.

Me parece evidente que Gibrán no ha vivido un cuadro de depresión o ansiedad como el que muchas personas hemos pasado para decir que los medicamentos no son útiles y que basta con acudir a «soluciones alternativas» que ni se molesta en mencionar.

Muchas de las personas que hemos padecido este tipo de cuadros no recurrimos solamente a las medicinas. De hecho, en mi caso, no fue el primer recurso e incluso soy de la idea de recurrir a ellas solo cuando es estrictamente necesario. Yo comencé con terapias y de hecho fue el mismo terapeuta quien me recomendó buscar alguna solución medicamentosa porque veía que el problema estaba fuera de mis manos y tenía que ser combatido desde muchos flancos (la misma terapia, ejercicio, vida saludable y medicación). Actualmente me mantengo bien no solo por el medicamento sino por todas las otras actividades que llevo a cabo.

Gibrán asegura que prácticamente ninguna medicina funciona. Quien ha tenido este tipo de problemas sabe que encontrar la fórmula para contener el problema no es algo que ocurra de la noche a la mañana y el doctor debe tratar distintas dosis y medicamentos para dar con el remedio adecuado porque estos cuadros no se manifiestan de la misma forma y porque nuestros organismos no reaccionan de la misma forma. Si fuera un efecto placebo como dice Gibrán, ¿cómo es que los primeros medicamentos con los que los doctores trataron de solucionar mi problema no surtieron mucho efecto, y con la Sertralina sí sentí un cambio drástico? ¿Cómo es posible parar todos esos ataques y esa ansiedad solo por «sugestión mental» y autoengaño? Si fuera así, la homepatía, con sus chochos placebo, ya habría salvado la vida de millones de personas.

A Gibrán, sin conocer absolutamente nada de medicina, de forma muy poco ética e irresponsable, se le hizo fácil leer un libro para hacer afirmaciones categóricas de algo que es lo suficientemente delicado como lo es la salud mental y que deberían corresponder a un farmacólogo o un doctor experto en el tema y no a alguien que no domina ese tema y que apenas ha leído un libro que, según él, muestra evidencia, aunque muchos doctores se le fueron encima en redes e incluso compartieron información para probar que Gibrán estaba equivocado.

¿Qué pasaría si una persona que tiene un cuadro severo de depresión o ansiedad lee su columna y se convence de que los medicamentos no sirven? Hay temas donde lo mejor, para quienes no somos médicos ni expertos, es cerrar la boca.

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Fuente: https://twitter.com/hematologo/status/1161308010800648193