Todo mundo, alguna vez ha tenido un pinche virus en su computadora. Hace unos días me entró uno, que si bien no era destructivo, si era muy molesto (Trojan Qhost), dado que estaba tan bien hecho que modificó el registro de una forma que no podía abrir ningún antivirus, antispyware, ni el regedit, no podía restaurar el sistema; es mas, modificó el registro para que no pudiera entrar a Windows en modo de fallos. Tuve que utilizar como 3 programas para poderlo borrar: 1.- un sistema que hace que la carpeta hosts cambie a «solo lectura», con el cual se neutraliza, luego arrancar Windows y en el primer instante abrir el spyware, aplicarlo; y ya con el virus totalmente neutralizado, entonces modificar el registro para poder restaurar el sistema. Antes de restaurar el sistema tuve que eliminar todos los archivos temporales, y ya habiendo hecho eso, ahora si, restauré el sistema, le pasé el spyware y el Nod32 por si las dudas y el virus se había ido.
Después de esta compleja experiencia, empecé a filosofar sobre los virus. La primera vez que los conocí, fue a principios de los noventa, cuando una computadora se me infectó por tratar de instalar varias veces un videojuego (en ese entonces las empresas de software utilizaban los virus para proteger los productos con licencia). El virus no me permitió volver a entrar al sistema operativo nunca más, y se tuvo que formatear el disco.
En ese entonces, la industria de los antivirus no estaba muy extendida, y la variedad de virus que existía no era nada a comparación de la que existe ahorita. Yo recuerdo que la mayoría de los virus en las épocas de Windows 3.1 eran letales, como el famoso virus «natas» donde muchas veces no había otra alternativa mas que volver a formatear el disco duro.
Conforme aparecieron las compañías antivirus, el número de virus se fué multiplicando. Pero curiosamente, la mayoría de estos no son tan letales como los primeros virus que vimos. De hecho, la gran mayoría se pueden eliminar o por medio de antivirus, o bien, por métodos manuales como el que describí yo; estos virus no son destructivos, pero si molestan al usuario haciendo lenta la computadora, mostrándote ventana de emergencia, o mostrando pop-ups en Internet Explorer, donde un sitio te invite a que bajes su antivirus, porque «han detectado sin tu permiso que tu computadora esté contaminada».
El crecimiento del número de virus, y de las compañías que las fabrican es similarmente exponencial. Hay tantos virus y es tan fácil adquirir uno, que los programas antivirus ven un gran negocio. Los software antivirus (cuando son buenos) te hacen sentir protegido, porque al menos en la mayoría de los casos, elimina al virus que quiere atacar; pero si no pagas por la actualización del software, entonces vienen los problemas.
También es de llamar la atención que casi siempre que existe un virus, la «vacuna» aparece casi inmediatamente. Cosa rara, dado que descifrar el código no es algo que se haría de la noche a la mañana, al menos en la mayoría de los casos. Sobre todo si hablamos de programadores muy habilidosos que han creado dichos virus.
Entonces es donde viene la duda: ¿Los que diseñan la mayoría de los virus, son las mismas empresas que venden los antivirus?, y si la respuesta es sí, ¿lo hacen todos o solo lo hacen algunos?. Porque el problema de los virus son un negociazo para las compañías que fabrican software antivirus, y ese negociazo solo se garantiza mientras siga existiendo virus, al igual con los virus humanos, que significan un «negociazo» para las compañías farmaceuticas.