La historia se repite, se va Sven Goran Eriksson, llega un tal Javier Aguirre al rescate. Vamos a ver «si ahora» ya logramos cumplir esa ambiciosa meta de llegar a los cuartos de final, ambiciosa meta por la que el aficionado común ha esperado mas de 22 años.
Es una meta ambiciosa, porque refleja el conformismo de los directivos (que es reflejo del conformismo del mexicano común) y del miedo al triunfo. Entonces hay que aspirar a mejorar un poquito, lo que ya se hace de una manera mediocre. Como no se tiene confianza en lograr cosas grandes, entonces hay que mejorar, pero manteniendo ese bajo perfil. Pero lamentablemente no solo pasa en la selección nacional; sino como dije, es un reflejo de nuestra actitud hacia el mundo.
Estados Unidos, en ese país donde a nadie le gusta el futbol, se sienten frustrados porque no han logrado su proyecto de crear una potencia mundial para el 2010. Pero pues como ellos tienen ambiciones mas altas, al menos, ya lograron ser el gigante de la Concacaf. Si, ya son mejores que nosotros, aunque a muchos les duela, y el desarrollo de ese deporte va en crecimiento, exportan mas jugadores a Europa, y su liga poco a poco va mejorando. Mientras los mexicanos nos quedamos sentados viendo como los triunfadores siguen creciendo, pero no hacemos nada, no importa, porque nos vamos a seguir emocionando cuando México califique a octavos de final cada cuatro años, y digamos, «ya casi», «ya merito», «ahí la llevamos».
Igual ocurre en nuestro país. Decimos que amamos mucho a México, pero esperamos a que el gobierno resuelva todo, y para colmo, no tiene un plan a largo plazo, no solo porque los gobernantes no creen en largos plazos, sino porque los ciudadanos ni siquiera los ayudamos a pensar a largo plazo. Preguntale a un joven ¿en que preferiría invertir un millón de pesos?, ¿en un antro que se va a poner de moda y va generar ganancias inmediatas pero al año va a desaparecer?, ¿o en una empresa, la cual tiene que empezar a construír desde abajo, sin ver mucho dinero en los primeros años, pero que esforzandose le podría garantizar un buen ingreso en su vida?; estoy casi seguro que va a querer el primero.
También cuando buscamos empleo ocurre lo mismo, queremos un empleo bien pagado (cuando no tenemos compromisos ni hijos que mantener), pero la gente no quiere sacrificar un poco la paga, para entrar a trabajar a un lugar donde va a aprender mas y a la larga le va a dar mas ingresos.
¿Cual es el largo plazo de nuestro país?. Yo les puedo decir cual es el de Brasil, cual es el de Chile o el de China. Pero no tengo la mas puta idea de que estrategia a largo plazo seguimos. Esperamos a que nos vengan a rescatar de afuera porque no podemos solitos. Como no creemos en que podemos hacer cosas grandes, entonces que venga la inversión extranjera, pero ni siquiera la atraemos para aprender de ellos, sino para tapar los hoyos que nosotros mismos hemos creado por nuestra mediocridad. Solo son unos pocos los que ponen el nombre de nuestro país en alto allá afuera, pero esos pocos se tuvieron que mover solos. Lorenzo Zambrano, Lorena Ochoa, o los medallistas de Beijing, no triunfaron por tener un buen cobijo de el país, mas bien triunfaron a pesar de México, porque ellos si ven a largo plazo.
Lo peor de la actitud cortoplacista y miedosa que tenemos, es que no solo nos mantiene actualmente sin rumbo, sino que nos garantiza que en un futuro vamos a estar igual o peor. ¿Como te ves en 10 años?, ¿Estudias continuamente para ser mejor en lo que haces?, ¿en lugar de gastar en borracheras los fines de semana, ahorras tu dinero para cosas mas grandes?, ¿en lugar de solo quejarte del gobierno, propones algo, colaboras con una ONG para mejorar la sociedad?, ¿Faltas a tu curso para ver el partido de México?. No, no necesitas decir la respuesta. Primero debemos reconocer ese gran defecto que tenemos, para poder cambiar.
México no va a cambiar, mientras nuestras mentes no cambien.