Por fin tuve la oportunidad de ver esta película de Michel Franco que tanta polémica generó en las redes, a la que se le acusó de racista, clasista o de whitexican.
Inician spoilers:
Lo primero que me evoca esta cinta es a Parasite, una cinta genial que muestra un conflicto de clases sin tomar una postura y a través de la cual se busca mostrar la condición humana tal cual. Seguramente fue una de las referencias de Michel Franco.
No creo que Michel Franco haya tenido la intención de crear una película clasista, creo que trató de hacer lo análogo a Parasite, trató de mostrar un conflicto de clases visto desde fuera. El problema es que el infierno está pavimentado de buenas intenciones y evidentemente no lo logró.
En los primeros veinte minutos, que me parecieron algo aburridos, vemos cómo transcurre una boda en una casa de El Pedregal. Es evidente que Michel Franco conoce bien el ethos de las clases altas y las sabe representar bien. No hay una idealización de ellas (como algunos críticos pensaron), tampoco una satanización contundente. Franco nos muestra una atmósfera un tanto corrompida pero con algunos destellos de bondad (como en la hija que hace lo posible para ayudar a su ex empleado).
El problema es que no supo hacer lo análogo con los pobres y ahí es donde todo se echa a perder porque simplemente no conoce bien esos estratos que le son más ajenos. Ello hace que la película parezca narrada desde la perspectiva de los ricos, que los pobres se sientan un tanto estereotipados y se pierda la neutralidad a la que el propio Michel Franco aspiró. Si en Parasite se detalló muy bien el contexto de la familia pobre y que explica por qué parasitan de la familia rica (que a su vez parasita de la pobre) acá no sucede eso. Vemos una suerte de revuelta contra los ricos, pero no se nos termina de explicar por qué ésta sucede. Solo ocurre y ya.
Evidentemente esa revuelta es llevada a cabo por las clases sociales bajas, pero, más que revolucionarios, parecen ser seres deshumanizados que están completamente entregados a sus instintos. No sabemos bien por qué se rebelan. Simplemente, de la noche a la mañana, estalla la rebelión, invaden la casa donde la boda se realiza e incluso parte del personal del aseo de la casa se suma: la señora del aseo de confianza simplemente se pone muy feliz a robar.
Si bien, como comenté, Franco no idealiza a las clases altas, sí que terminan siendo las grandes víctimas del cuento. Son ellas las que no solo son arrasadas por la turba, sino las que, después de la ocupación militar, son retenidas en un campo de concentración para extorsionar a sus familiares. Los pobres también sufren, son aislados e incluso los soldados son capaces de prescindir de su vida si se rebelan (como ocurrió con el ex empleado asesinado por tratar de ir a ver a su esposa hospitalizada), pero no sufren tanto como los ricos. Cosa curiosa, porque en los regímenes militares suelen ser las clases medias y bajas las mayores víctimas de opresión.
Si bien esta película no tiene protagonistas claros, es más que obvio que los que más se acercan a ser protagonistas son los personajes de las clases altas: la pareja de novios, el hermano, la madre. Los pobres, con excepción del ex empleado y el chofer (quienes no se rebelan), quedan reducidos a una masa sin identidad. Son simplemente, o una turba enojada, o simples víctimas de la militarización, pero se nos presentan como ajenos.
Todas estas consideraciones son las que hacen que algunos la perciban como clasista. Como dije anteriormente, la cinta (o el director) no tiene la intención de serlo, pero en más de ocasión, gracias a las imprecisiones del guión y al hecho de que es patente que Michel Franco conoce mucho más de las clases altas que de las bajas, por momentos pareciera dejar esa impresión, que es una historia vista desde las élites, historia que si bien llega a ser crítica con ellas, se termina viendo desde su perspectiva y sus fobias y no desde la perspectiva desde una tercera persona ajena a la historia (cosa que sí ocurre en Parasite).
Es evidente que la película busca incomodar, es muy cruda y en este sentido buscó ser innovadora en el cine mexicano, pero también está acompañada de un guión y una argumentación muy pobre. No se termina de entender la crítica política del todo, vemos que después de un conflicto de clases que no terminamos de entender de dónde surgió, las fuerzas militares toman el poder y establecen una dictadura. Pero, de nuevo, generalmente las dictaduras militares suelen estar cerca de las élites económicas (incluso quien parece tomar el poder había sido invitado a la boda), sin embargo, las élites son severamente oprimidas por los soldados que buscan extorsionarlas. De pronto el contexto político narrado en la política deja de tener sentido alguno.
A mi parecer, más que las críticas de clasismo o de satanización de la protesta, elementos que creo no fueron intencionales pero que, debido a la poca pericia y a la falta de una buena argumentación, dieron pie a esas interpretaciones, el planteamiento y la estructura de la película fue deficiente. Hecha con más cuidado pudo haber sido una gran obra que fuera un hito, pero a veces se siente que algunas cosas se hicieron al aventón y no se les trató con el debido cuidado.