¿Qué es la Cuarta Transformación?

Feb 13, 2019

El gobierno actual se ha autodenominado "La Cuarta Transformación". Pero ¿cómo podríamos denominar nosotros a este gobierno? ¿Es justa la etiqueta de "La Cuarta Transformación"?

Todo empieza así: Una élite le arrebata el poder político a otra (que en teoría es sano que las élites roten con el tiempo).

Pero ocurre que esa élite surgió del «mismo lugar» del que la otra surgió. No se trata de una nueva élite política, sino de una élite vieja que había sido desplazada desde 1982 por lo que ellos llaman la «tecnocracia neoliberal» y que no solo se había concentrado en la izquierda, sino en el mismo PRI, facción que coexistió por mucho tiempo con la facción tecnócrata.

Lo que llaman la Cuarta Transformación no ofrece nada novedoso, nada que no hayamos visto antes, sino tan solo la coexistencia de un PRI nacionalista que rememora al que gobernó nuestro país entre los años 40 y 70 dentro de un contexto actual en el cual se integran, además, y de forma periférica, algunas corrientes de izquierda dura (esas que apoyan al chavismo) y otras de centro-izquierda y de centro más liberales y de avanzada pero que no tienen tanto peso.

Algunos ven en la definición de izquierda una novedad, dicen que se trata del primer gobierno de izquierda en México. Pero esa definición de izquierda es algo ambigua, dado que la dicotomía izquierda-derecha son relativas a su tiempo, y un gobierno del PRI de los años 60 por poner un ejemplo, que en ese entonces no era considerado de izquierda, en tiempos actuales podría ser considerado como tal.

La definición como gobierno de izquierda tiene como base más que nada la retórica, ya que esta había sido utilizada para desmarcarse del status quo prevaleciente (la tecnocracia liberal), pero al analizar todas las posturas y las políticas implementadas por este gobierno, podemos darnos cuenta que no se trata de una agenda de izquierda en su totalidad, de lo cual escribí hace algunos días.

La llamada Cuarta Transformación se sustenta de la misma forma en la retórica: nadie puede tener la osadía de ponerle una etiqueta histórica a un evento que todavía no ocurre. Estas etiquetas se colocan ya que el evento ha ocurrido y después de que se le haya dado su justa dimensión con base en un riguroso análisis histórico. Pero ni siquiera en el planteamiento podríamos hablar de una transformación profunda ya que, si bien el gobierno de AMLO implica un cambio con respecto al régimen anterior, sigue formando parte de las mismas élites políticas y las sigue tomando como referencia.

Que el gobierno de AMLO tenga ese espíritu del PRI del siglo pasado al cual el mismo López Obrador hace referencia no implica necesariamente que sea o vaya a ser igual a esos gobiernos por tres razones:

1) Que se encuentra inserto en un contexto diferente, con reglas de juego distintas. (prensa más libre, geopolítica muy distinta, una sociedad distinta, dinámicas políticas, sociales y económicas muy distintas).

2) Que, a diferencia del PRI, no existe una férrea disciplina dentro del partido. El único punto de referencia para «cuadrarse» es el Presidente López Obrador, pero no hay una lealtad al partido como tal. Tampoco, producto de la ausencia de dicha disciplina y de MORENA como un partido nuevo que se acaba de formar, es perceptible la eficacia que caracterizaba a los gobiernos del PRI. Eso se puede palpar en las improvisadas políticas que han buscado implementar en los dos meses que llevan de gobierno.

3) Que concentra su legitimidad en un líder y no en un partido. La llamada Cuarta Transformación pareciera en ese sentido una amalgama del PRI hegemónico con el caudillismo revolucionario.

4) Que el PRI siempre fue respetuoso del Estado laico y se abstuvo de utilizar símbolos religiosos, a los que sí apela López Obrador de forma recurrente. Pero al mismo tiempo, el gobierno de AMLO es capaz de albergar dentro de su movimiento corrientes de izquierda social como personas que son miembros de colectivos LGBT y similares (la misma política del PRI de acaparar todo pero con un umbral más amplio).

En la práctica, parece algo difícil ubicar al gobierno de AMLO dentro del espectro político, dificultad que comparte con el propio PRI. Ideológicamente, no se trata de un gobierno radical o extremo, a pesar de su carácter populista. En el sentido meramente ideológico se trata de un gobierno moderado. No vemos un estatismo exacerbado, por el contrario, vemos a un gobierno que pretende hacer «justicia social desde la austeridad». La crítica hacia muchas de sus medidas tienen que ver con la excesiva improvisación pero no con una «radicalización». inclusive algunas de las medidas tomadas podrían ser catalogadas por algunos como de «derecha».

Si bien sí se puede hablar de un cambio de régimen (o al menos de élites), no se puede hablar de una transformación ni mucho menos puede equiparársele con la Independencia, la Reforma o la Revolución Méxicana que, en su tiempo, para bien o para mal, sí representaron algo nuevo con respecto a su estado anterior. La Cuarta Transformación ni siquiera hace referencia a la transición democrática acontecida apenas hace unas pocas décadas, la cual, al menos de forma parcial, sí llegó a representar un quiebre y una novedad.

Así, me parece difícil llamarle «Cuarta Transformación» a un gobierno que no parece traer consigo una sacudida de fondo como lo trajeron las primeras tres transformaciones y que ha cometido el error de autodenominarse como tal, cuando es el juicio de la historia el que debería encargarse de esa tarea.