Juntos haremos histeria con el fideicomiso 19S

Jul 20, 2018

¿Hubo algún fraude en el caso del feideicomiso 19S o no? No lo sabemos bien; lo que sabemos es que, hasta en el escenario positivo, sí podemos hablar de un acto ilegal, y eso importa.

Juntos haremos histeria con el fideicomiso

La mayoría de los que votaron por López Obrador lo hicieron porque «estaban hasta la madre de la corrupción del PRI». 

Apenas, dos semanas después del triunfo del tabasqueño, el escenario más optimista es que MORENA creó un fideicomiso cuyos recursos efectivamente fueron a parar a los damnificados y que la motivación de AMLO y los suyos fue genuina y no electorera. Pero incluso, en ese escenario más optimista, ya estamos hablando de una ilegalidad ya que los partidos no pueden darse a la tarea de «donar dinero y recursos» con aportaciones privadas.

Y ese es el escenario optimista; los otros escenarios, los más «pesimistas», son muy plausibles: por ejemplo, el 84% de quienes «aportaron» ese dinero eran legisladores de MORENA. Aquí se pone más raro el asunto. Leonardo Nuñez de «Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad A.C.» menciona que esos recursos se depositaron en efectivo y que lo hacían en varias ocasiones. Esta no es una «inferencia» del INE, está documentado en las grabaciones de los propios bancos. 

Tal vez no se pueda determinar categóricamente que hubo algún fraude, pero la intensidad del olor crece cuando, en vez de aclarar a donde fueron a parar todos esos recursos y cómo se usaron, López Obrador sale a descalificar al INE y decir que se trata de una venganza, un complot. 

Yo esperaría de un gobierno que en campaña enarboló la bandera anticorrupción que fuera totalmente respetuoso con las instituciones, las leyes y las normas, ya que ello es condición necesaria para el combate a la corrupción. En el ámbito político, la corrupción es, valga la redundancia, corromper el normal funcionamiento de las leyes y las instituciones con el fin de obtener un beneficio, incluso aquellas «cosas buenas que parecen malas». 

En el escenario más optimista, el mensaje que MORENA manda es que «no importa si torcemos la ley para hacer cosas que nosotros consideramos buenas o nobles», que la cuarta transformación no es un México donde las instituciones y las leyes funcionen y sirvan a los intereses del pueblo y la nación, sino uno donde una cúpula política pueda gobernar a discrecionalidad y en el cual ellos, y no las leyes, sean quienes determinen qué es bueno, qué es justo, y qué es lo injusto y lo malo, lo cual estará necesariamente acomodado a sus intereses.

Aunque las intenciones fueren buenas, la poca disposición a apegarse a la ley y la opacidad es la antesala para que un gobierno determinado entre dentro de una espiral de corrupción dado que no habrá contrapesos que controlen sus pulsiones. 

Y ese es el escenario más optimista, el escenario del que hablan sus correligionarios y que defienden (aunque omiten que aún en dicho escenario hay una ilegalidad). El escenario pesimista, el cual dice que sí hubo un fraude y un mal uso de los fondos, es dilapidario; porque incluso sin haber llegado a la presidencia, la legitimidad que tenía AMLO en este sentido se habría deshecho (claro, menos dentro de la psique de los ceorreligionarios más fervientes). 

Es paradójico también que dentro de los 50 puntos de austeridad se haya propuesto lo siguiente:

“Se cancelarán fideicomisos o cualquier otro mecanismo utilizado para ocultar fondos públicos y evadir la legalidad y la transparencia”.

Muchos de los puntos propuestos son positivos e incluso, en su mayoría, fueron reconocidos por algunos líderes de organizaciones civiles involucrados en estos temas. Pero ¿cómo confiar en que se van a implementar de buena forma si ellos mismos se contradicen entre su actuar y lo que proponen? 

Estoy seguro que si este escándalo hubiera ocurrido dentro del PRI, la actitud de muchos de los que ahora defienden a MORENA e incluso están solicitando «coperacha» para pagar la multa, sería categórica e implacable. 

Si dicen que es una «venganza» de los partidos o del INE, simplemente que comprueben cómo usaron el dinero. Y aún así lo que hicieron es una ilegalidad, no importa que AMLO haya donado regalías de su libro para los damnificados a través de ese fideicomiso. 

Y todavía no comienzan a gobernar.