Los estudiantes del CAAV y la cultura del narco

Abr 25, 2018

El doloroso asesinato de los estudiantes del CAAV nos obliga a recordar que vivimos en un país donde el narcotráfico ha penetrado las estructuras sociales y políticas de nuestro país.

Los estudiantes del CAAV y la cultura del narco

Foto: U de G

En esta semana varios amigos míos han entrado en una terrible frustración que deriva incluso en el llanto. Y no son pocas las razones para que se sientan así, yo mismo he tenido un sentimiento similar al ver la displicencia de las autoridades ante un caso que no sólo es trágico, sino de lo más vil y ruin que puede existir. 

Los estudiantes Javier Salomón Aceves, Jesús Daniel Díaz y Marco Francisco Ávalos del CAAV fueron asesinados simplemente por estar en el lugar incorrecto en el momento incorrecto. Ellos tan sólo iban a hacer una tarea escolar. Pero no sólo fueron asesinados por narcotraficantes sino que sus cuerpos fueron disueltos en ácido. 

Los ciudadanos nos sentimos solos, abandonados a nuestra suerte, con la sensación de que el Estado, de quien se dice tiene el monopolio de la violencia, no puede hacer su tarea ni parece tener un especial interés en ello. Las autoridades se vieron presionadas y rebasadas por la indignación de la ciudadanía; sin esta, su reacción hubiera sido incluso más displicente y tal vez ni siquiera habría merecido una rueda de prensa. Pero la versión oficial no les cuadra a muchas personas e incluso dudan que realmente los estudiantes hayan sido asesinados. 

Algunos tomaron la glorieta de Niños Héroes y la hicieron suya. Ante el desamparo, muchos salieron a las calles (cosa que también ocurrió en la Ciudad de México) para manifestarse y exigir una explicación. ¿Qué hacer cuando las autoridades, que son los únicos que tienen el monopolio de la fuerza y son quienes ejercen la ley, no responden? ¿Qué hacer cuando no dan un argumento convincente? 

En estas elecciones poco se habla del narcotráfico. Cuando alguien habla de ello, lo hace de una forma muy general, no profundiza lo suficiente o lo hace para atacar a otro contrincante. Lo abordan, pero de tal forma que cuidan sus palabras para no meterse en problemas. Poco se habla de que los cárteles del narcotráfico han logrado penetrar en las estructuras políticas y sociales de nuestro país, al grado que alguien, como los estudiantes del CAAV, puede ser asesinado solamente por estar en el lugar equivocado. El narcotráfico es un poder lo suficientemente grande que no podríamos descartarlo de la ecuación electoral. ¿Qué tanto podrían influir en las elecciones y qué papel juegan? 

Prueba del poder que el narco ya tiene dentro de la cultura mexicana es que uno de quienes confesaron disolver a los estudiantes en ácido es un rapero llamado QBA quien tiene en Youtube videos con más de cinco millones de visitas:

El narco ha logrado impactar en la cultura de varios sectores de la población con el fin de poder de reclutar a jóvenes que engrosen sus filas. No sólo les promete un ingreso económico al cual podrán aspirar de forma legal, sino que logra vender su cultura como si se tratara de algo cool, de algo aspiracional, como una forma de status (si estás dentro eres un privilegiado, no eres cualquiera, eres alguien) para así crear un círculo vicioso donde más personas se enrolan y más personas se sienten en la necesidad de hacerlo. Todos quieren mostrar lujos, camionetas, armas, es muestra de que tienes poder, de que eres un chingón.

En un ambiente tan nihilista como este todo se vale, nada está prohibido en tanto no molestes «a los de arriba». Despojados de cualquier sentimiento de humanidad, a aquellos «conversos», aquellos que han caído en las garras del crimen y el narcotráfico, pueden matar gente inocente y masacrar sin que eso les cause remordimiento o sentimiento de culpa. 

A los ciudadanos esto los rebasa, se encuentran en franca desventaja ante los tentáculos del narcotráfico de los cuales forman parte estos jóvenes reclutados. Estudiantes de cine de clase media nada pueden hacer ante estos individuos que han hecho del crimen y de la lesa humanidad un estilo de vida. Los ciudadanos tan sólo pueden aspirar a que el Estado haga algo, que combata de alguna u otra forma a los cárteles que infectan a la sociedad con esta narcocultura. Pero los ciudadanos sienten que el Estado les falla, que no hace su tarea, que se muestra displicente y a veces hasta sienten que les mienten. 

La frustración es grande, es muy grande cuando te enfrentas a fuerzas que son muy superiores a ti y te encuentras solo.