El primer debate. El análisis que no te mochará la mano

Abr 23, 2018

Los candidatos ya pasaron su primera prueba, y aunque el debate podría no crear alteraciones significativas en las encuestas, lo más relevante es que Anaya se consolidará como segundo.

El primer debate. El análisis que no te mochará la mano

Ya tuvimos el primer debate a la presidencia y me quedo con sentimientos muy encontrados. Por un lado, el ejercicio mejoró mucho, es el mayor avance que hemos tenido desde 1994 (cuando se organizó el primer debate que ganaría el Jefe Diego) aunque creo que hay cosas que pueden irse ajustando, como la cuestión de los tiempos que a veces no permitían a los candidatos formular sus argumentos. Me gustaron los moderadores, en especial Denisse Maerker. Fueron igualmente incisivos con todos y no mostraron sesgo alguno. Aquí todo muy bien.

Pero por otro lado, si bien el formato mejoró, lo que no mejoraron fueron los candidatos que tan solo mostraron la mediocridad de la política mexicana. A unos les fue mejor que a otros, pero ninguno se mostró sólido, todos evadieron respuestas, casi nadie presentó propuestas a fondo y sí vimos muchos ataques (casi todos a AMLO) y hasta bromas de mal gusto. A continuación haré mi análisis de cada candidato del peor al mejor, no de acuerdo a mis preferencias sino a su desempeño en el debate como estrategia. Comenzaré con el Bronco como alguien aparte y no lo colocaré dentro del ranking porque jugó un papel un tanto diferente:

El Bronco

Jaime Rodríguez Calderón se encargó de la parte cómica del debate. Comenzó reprendiendo al moderador Sergio Sarmiento e hizo reír a más de un televidente con ocurrencias típicas de un norteño machista conservador chapado a la antigua. Cuando le preguntaron si ha mentido dijo que sí, también dijo que él proponía «mocharle la mano» a los criminales (e insistió que no lo decía en broma) y que creía en la familia porque se había casado tres veces. No veo que la presencia del Bronco le haya afectado a López Obrador, por el contrario, su presencia dejó los ataques que AMLO recibió en segundo plano. Acaparó los reflectores a pesar de que su presencia es irrelevante dentro de la contienda. 

4to lugar. Margarita Zavala

Margarita, Margarita. La candidata del PAN es una pena. Tuvieron que pasar varios minutos para que comenzara a hablar porque no utilizó su derecho de réplica. Vimos lo mismo de siempre, no sabe hablar, no sabe hilar argumentos. Ninguno de los candidatos le hizo caso; es más, le respondieron más al Bronco quien mostró más iniciativa y más elocuencia. Los ataques que le hizo a Ricardo Anaya y a López Obrador, si es que se les puede llamar ataques, ni siquiera los rasparon. Margarita fue la candidata ausente, estuvo ahí pero no estuvo ahí, pasó inadvertida y dudo que alguien se vaya a acordar de sus intervenciones. Al final, creo que al PAN le convino postular a Ricardo Anaya, ya que Margarita, si bien en algún momento tenía más preferencias que el queretano, seguramente iba a caer en las encuestas porque es una mujer que no sabe transmitir sus ideas, que se ve torpe e improvisada. De hecho, se notó que no se preparó bien cuando la cuestionaron por su postura sobre el matrimonio igualitario. Titubeó ante un tema que ella sabía de antemano que le preguntarían.

3ro lugar, José Antonio Meade

Si pudiéramos hablar del perdedor del debate (partiendo de que ni Margarita ni el Bronco tienen posibilidad alguna de ganar) ese es José Antonio Meade, ya que no logró mostrarse como un candidato convincente y además se vio excesivamente acartonado. Perdió porque el PRI es un gran lastre que lo arrincona y no le da margen de maniobra. Es difícil atacar a AMLO por sus «cuestionables incorporaciones» o a Anaya por las acusaciones en su contra cuando eres abanderado por el partido más corrupto del país y a quien la mayoría absoluta de los mexicanos detesta. 

Lo más preocupante, no sé si se dieron cuenta, es que José Antonio Meade ha comenzado a incorporar esa oratoria y juego de manos priísta, lo cual es un suicidio cuando el partido al que representas se convierte en una carga. Pero no solo eso, Meade aburre, es poco elocuente, pareciera, como dijeron muchos tuiteros, que estuviera repitiendo los spots de su campaña. Y peor aún, durante todo el debate Meade se presentó varias veces (yo soy José Antonio Meade), ese es un error garrafal ya que si te asumes como un candidato competitivo, lo peor que puedes hacer es presentarte porque ya todos te conocen. Meade es un buen burócrata pero es un pésimo candidato. Tristemente aquí es cuando Meade deja de ser competitivo y deja solos a Anaya y López Obrador como los candidatos que tienen posibilidades de llegar a la presidencia.

2do lugar: Andrés Manuel López Obrador

Al verlo debatir entendí porqué estaba ayudando a su hijo Jesús Ernesto a completar su álbum Panini del mundial en vez de estarse preparando para el debate: porque él iba a aguantar, iba a sortear los embates, a dar largas y evadir cuestionamientos para conservar su ventaja. Ya sabía sobre qué lo iban a cuestionar porque son los mismos temas por los que lo han cuestionado durante mucho tiempo. Algunos dirán que tuvo una pésima intervención, y ciertamente no es bueno debatiendo y ciertamente en más de una ocasión exhibieron las inconsistencias de las propuestas de López Obrador así como algunas incongruencias (tarea que llevó a cabo Ricardo Anaya ya que José Antonio Meade en general lanzó cuestionamientos más bien acartonados que no tuvieron afectación alguna). Pero su tarea no era ganar el debate, ni lo necesitaba, fue a «nadar de muertito» (al igual que Peña Nieto en 2012) y si bien recibió algunos raspones, no recibió algún golpe que pudiera afectar las tendencias en la intención de voto. Además, los ataques constantes hicieron que todo se volviera a centrar en él de tal forma que se adueñó por momentos del debate sin tener que hacer absolutamente nada. 

Lo más importante fue que nunca lo sacaron de sus casillas. Si bien fue notorio que lo hicieron sentir incómodo en más de una ocasión (lo que se vio en las tomas abiertas y al final cuando «se fue sin despedirse») nunca se descarriló, se mostró centrado, aunque sí dio visos de que con una estrategia certera sí podrían afectarlo en los debates venideros. Decía que López Obrador tenía que perder el debate y que se generara un consenso hacia esta idea para poder restarle algunos puntos. Eso no pasó y López Obrador se puede ir tranquilo a dormir. Pronostico que no habrá alguna afectación considerable en las tendencias de voto y seguirá con su cómodo primer lugar (con todo y que Anaya pudiera llegar a subir).

Es importante que AMLO se prepare más para el siguiente debate porque si Anaya es incisivo sí lo puede meter en aprietos. AMLO no se enojó, pero no estuvo lejos de eso. También fue notorio que AMLO despreció a los demás candidatos y se percibió arrogante; eso puede llegar a ser capitalizado por Ricardo Anaya al exhibirlo como autoritario en los debates que vienen. 

1er lugar: Ricardo Anaya

A mi parecer, Ricardo Anaya fue el ganador del debate y hay un consenso en ello, aunque creo que no fue un triunfo muy contundente. Anaya se mostró elocuente, se apoyó muy bien en material visual para presentar sus propuestas y para contradecir a López Obrador y a José Antonio Meade a quien le dio su estocada final. Es un acierto que Anaya no haya concentrado todas sus energías en el tabasqueño y también invirtiera un tiempo en el ex Secretario de Hacienda ya que así evitó cualquier percepción de que estaba alineado con Meade y  con el PRI; tenía que evitar a como dé lugar atacar en sintonía ya que se corría el riesgo de fortalecer el discurso del PRIAN de López Obrador. Haber atacado a Meade consolidó lo que era ya casi definitivo, que el priísta quedaría condenado al tercer lugar. No tenía que haber usado todas sus energías contra López Obrador porque faltan dos debates. 

Pero cuando digo que no fue un triunfo contundente lo digo porque al final no terminó de presentarse como una alternativa sólida. Anaya se mostró como un personaje con potencial pero que no termina por consolidarse. Su logro principal es que gracias a este debate Anaya se consolidará como el rival de López Obrador y ya podrá concentrar sus energías en el tabasqueño, pero si bien este debate pueda darle algunos puntos, seguirá estando muy por debajo de AMLO. Cierto, si Anaya hubiera tenido un mal debate habríamos podido casi apagar las luces y nombrar al nuevo presidente (AMLO) por anticipado, pero se logró mantener en la lucha y consolidarse como el segundo lugar. Pero Anaya le hace falta constituirse como un candidato creíble que pueda posicionarse en un entorno donde el hartazgo hacia el gobierno actual y hacia el sistema son la regla en esta elección. Me queda la sensación de que Ricardo Anaya pudo hacer algo más y no lo hizo, y esas cosas pueden terminar siendo definitorias.

Anaya, creo yo, tiene la posibilidad de sacar a López Obrador en sus casillas en debates venideros. AMLO se abrumó ante los ataques que recibió en este debate. Si se utiliza la estrategia correcta, Anaya puede desesperarlo. Por eso es que tiene que trabajar en una estrategia que vaya en ese sentido si es que quiere tener alguna posibilidad de ganarle la presidencia. 

Conclusión

Tuvimos un debate con un muy buen formato y pésimos candidatos que no están al nivel de lo que este país necesita. Pronostico que Anaya tendrá un ligero ascenso en las tendencias, Meade se estancará o incluso bajará cediéndole por completo el segundo lugar a Ricardo Anaya. López Obrador mantendrá su puntaje en un cómodo primer lugar, el Bronco podría acaparar algunos puntos (tal vez de indecisos e incluso de José Antonio Meade) y Margarita verá un descenso en sus preferencias. Veamos como reaccionan las encuestas y las tendencias y veamos también las estrategias postdebate que los candidatos vayan a utilizar para capitalizar lo más posible lo que ocurrió en este debate.