Cállate Chachalaca 2.0

Feb 5, 2018

López Obrador volvió a mostrar que es intolerante con las críticas y que, en vez de enfrentarlas, hace juicios de valor de las personas para así esquivar el argumento.

Cállate Chachalaca 2.0

Foto: Proceso – Germán Canseco.

¿Puede un político, un candidato o un servidor público en funciones criticar a un diario o a un analista?

Sí lo puede hacer. Básicamente porque los políticos son ciudadanos, y los ciudadanos tenemos derecho a la libertad de expresión. Si un político afirma que un diario está «vendido» o que la información que ha compartido es falsa, está en su derecho de hacerlo. La crítica no es lo mismo que la censura.

Después de entender esto, López Obrador no cometió alguna falta al criticar a Jesús Silva-Herzog por una columna en el que calificó a López Obrador de oportunista (Silva-Herzog, por su parte, también estaba expresándose libremente). 

Es más, ni Trump está cometiendo alguna falta al criticar a diestra y siniestra en Twitter. Está en su derecho. Incluso no es una falta que Peña Nieto haya criticado a las organizaciones civiles por «criticarlo mucho»,  pero sí habla sobre su forma de gobernar y de la poca tolerancia de la familia priísta con sus críticos.

Por sí mismas, estas actitudes de López Obrador no son un acto autoritario. Lo serían si a partir de la molestia, él chantajeara o amenazara al individuo o al medio que emitió la crítica. En tanto eso no ocurra, no se podría hablar de una falta.

Pero el que no se trate de una falta no implica que este tipo de actitudes se puedan tomar con cuidado, ya que ciertas conductas podrían delatar algunos rasgos del político en cuestión. Son válidas preguntas como ¿y si López Obrador denosta a quien no piensa como él en las redes, cómo será su comportamiento como presidente? ¿Cómo tratará a aquellos que disienten con él? ¿Delatan este tipo de conductas algún talante autoritario? ¿O AMLO sabrá autoimponerse límites y no irá más allá de criticar verbalmente a los medios?

Me llama la atención que López Obrador, en vez de responder la crítica, haga juicios de valor. A Jesús Silva-Herzog y a Enrique Krauze les dijo que eran «conservadores disfrazados de liberales que son parte da mafia del poder». El juicio de valor es injusto ya que ambos han sido muy duros con el gobierno actual, sobre todo Silva-Herzog que ha sido más duro con Peña Nieto y el PRI que con López Obrador. También parece que AMLO tiene un concepto erróneo de lo que es el conservadurismo y el liberalismo.

Esas reacciones delatan, a mi parecer, que López Obrador es una persona que podría estar poco dispuesta a dialogar y a aceptar críticas. Los juicios de valor, o falacias ad hominem, se suelen utilizar para esquivar el argumento o la crítica atacando al mensajero y no al mensaje. AMLO nunca argumentó por qué es falso que sea un oportunista (como lo llamó Silva-Herzog) sino que criticó su estatura moral. El silogismo de López Obrador es falso y tramposo:

Silva-Herzog es un conservador.
Los conservadores son parte de la mafia del poder.
Los miembros de la mafia de poder no tienen autoridad moral.
Por lo tanto, Silva-Herzog no tiene autoridad moral para atacarme.

Las primeras dos premisas no se cumplen, ya que Silva-Herzog no es una persona conservadora, ni siquiera en la peculiar definición de López Obrador. Los de «la mafia del poder» no son necesariamente conservadores (políticos corruptos y elitistas hay de todos los colores). La tercera premisa se cumple y a medias porque habría que definir bien qué es la mafia del poder y quienes son parte de ella. Por lo tanto, la conclusión no funciona, la deducción es errónea. 

Los seguidores de López Obrador dicen que por qué se escandalizan por un tweet en vez de escandalizarse por los periodistas desaparecidos. Otro argumento tramposo, ya que un argumento no invalida al otro. No quisiera imaginar la reacción si Peña Nieto hubiera pronunciado algo parecido, por menos que eso se le han ido a la yugular. 

Y para terminar, sus declaraciones son un error estratégico dentro de una campaña que estaba teniendo muy buenos resultados ya que estaba reduciendo sus negativos. Su error es muy parecido al de José Antonio Meade, se echó a gran parte del círculo rojo en su contra.  

AMLO nos volvió a mostrar quien es en realidad, una persona intolerante con aquél que no piensa como él o no está alineado a él.