López Obrador, la mejor campaña hasta el momento

Ene 14, 2018

Mientras Meade y Anaya pelean para "llegar a la final", López Obrador marca agenda y, con ello, la pauta de las elecciones. Y créanme, lo está haciendo bien.

López Obrador, la mejor campaña hasta el momento

Foto: Eje central

Cuando se juntan los términos «López Obrador» y «campaña política», el primer argumento que sale a flote es el que dice que AMLO tiene una gran capacidad para autoboicotearse y perder elecciones. Dirían muchos que el Peje es la antítesis de lo que una campaña ganadora debería de ser. Pero hasta el momento ha ocurrido lo opuesto. Al día de hoy, López Obrador y su equipo han desarrollado la mejor campaña. Me explico:

Uno de los primeros aciertos de López ha sido marcar la agenda, no sólo porque es el candidato a vencer o porque es el más conocido, sino porque marca la pauta: Obrador fue el primero (y el único hasta el momento) en presentar su gabinete, y si bien no todos los nombramientos fueron del gusto de todos, si logró, creo, su propósito principal que era reducir el miedo y el recelo a su figura dentro de los sectores empresariales. Había que dar certeza y, aunque su movimiento fue un tanto apresurado, de lo que se habló fue de ello, que dentro de los asuntos económicos López Obrador estaba enviando un mensaje de que habría responsabilidad. 

Cierto que AMLO ha cometido algunos errores, como la declaración de la amnistía a los delincuentes relacionados con el narco, la cual me parece absurda pero que también, como parte de esta dinámica electoral, fue sacada de contexto. Pero lamentablemente para su adversarios, ese fue un error que no aprovecharon ni capitalizaron bien, y cuando se quisieron subir al «tren del mame» ya era demasiado tarde. 

López Obrador ha estado activo en redes sociales, sobre todo en Youtube. Su documental, dirigido por Epigmenio Ibarra y Verónica Velasco, así como los videos que ha estado publicando, buscan contrarrestar esa imagen de autoritario y rijoso que pesa sobre gran parte de la población. Estos contenidos no están dirigidos especialmente a «los suyos», sino a aquellos que todavía no deciden su voto y que, producto de su indignación con el gobierno actual, podrían pensar en darle el beneficio de la duda. 

En dicho documental, López Obrador intenta mostrar parte de su vida íntima al público, abre las puertas de su casa donde come con su familia y nos presume que le da permiso a su hijo Jesús Ernesto de irle al América. Aquí es donde AMLO se siente cómodo ya que no se percibe algún acartonamiento, se muestra genuino ante las cámaras, es su zona de confort. 

Los videos de Youtube donde aparece liberando tortugas, donde se corta el pelo o donde le canta las mañanitas a su esposa son un ejemplo de ello. López Obrador no es el primer candidato que se muestra cortándose el pelo, pero su perfil le ayuda mucho, y le ayuda porque en esos escenarios se siente cómodo y puede mostrarse tal como es; algo que podrán agradecer muchos dentro de un mundo lleno de políticos acartonados y falsos. 

El video con su esposa, por ejemplo, se percibe genuino porque no está editado ni se ve ensayado. En algún momento los videos sobreproducidos con música de fondo dejaron de tener impacto ya que ese formato se ha usado en exceso. En un contexto de redes sociales y de videos grabados con el celular, un formato así parece más auténtico. El video de López Obrador no contiene toda esa parsimonia que los videos de los candidatos o presidentes con su esposa presentan. 

https://www.youtube.com/watch?v=dk2h3SLcnTM

No es casualidad que, de acuerdo a Roy Campos de Consulta Mitofsky, los videos de López Obrador sean los más recordados. Se habla (para bien o para mal) mucho más del spot de «ya sabes quien» que de los spots de Anaya, y sobre todo, los de Meade. Tan sólo el famoso spot de Movimiento Naranja de Movimiento Ciudadano (quienes por cierto, tienen un muy buen equipo de comunicación, del que debería echar mano Ricardo Anaya) ha superado a los de López Obrador. 

La alianza que tejió con el PES a muchos nos parece aberrante: la izquierda nacionalista con el conservadurismo rancio. Pero estratégicamente es un acierto. Ciertamente, la decisión molestó a algunos de sus seguidores, sobre todo quienes son más progresistas (sobre todo porque AMLO ha dado visos de ser una persona conservadora), pero dichos seguidores votarán por él de todos modos (sobre todo si las opciones son Meade, Anaya o Margarita, quienes no aportan nada distinto sobre el tema). Posteriormente, en un mitín, López Obrador accedió para que una persona del colectivo LGBT se subiera al estrado, se parara al lado de él portando la bandera del arcoiris, con lo cual atenuó las críticas. Mientras que la alianza no le quitará votos, sí ganará los que el PES pueda aportar. Un 1% o 2% no sólo son muy bienvenidos, pueden determinar la elección. 

Además, hay otras maniobras que yo en lo personal aborrezco y que le he criticado duramente porque me parecen populistas y demagogas, pero de que funcionan, funcionan. Me refiero a aquellas puestas en escena donde aprovecha la religiosidad de los mexicanos mostrándose como si fuera un cura de pueblo y donde utiliza varios símbolos religiosos (MORENA = morenita de Guadalupe).

Esta elección no será como la del 2006 ni la del 2012, sobre todo para López Obrador. La guerra sucia sobre su figura seguramente tendrá un impacto menor sobre en las elecciones pasadas. Al haber contendido en varias elecciones, ya no hay nada nuevo que se pueda mostrar sobre este personaje. Ya se ha repetido hasta el hastío que convertirá a México en Venezuela, que él es el nuevo Hugo Chávez, que es un dictador y que va a crear una profunda crisis económica. Los ataques que ha recibido en los últimos meses le han hecho «lo que el viendo a Juárez» y parece que la estrategia de la oposición, sobre todo la del PRI, será un ataque abierto. Basta escuchar a su asesor político J.J. Rendón quien dice que hará todo lo posible para que AMLO no sea Presidente.

Una guerra abierta, donde el elector vea por todos lados videos y declaraciones sobre el peligro que es México, podría resultar contraproducente, y con mayor razón si quienes pronuncian esas declaraciones son otros actores políticos. Si la intención es desprestigiar a AMLO tendrán que utilizar estrategias muy focalizadas y bien pensadas. La declaración abierta de guerra que han hecho es, a mi manera de ver, un error. Porque la gente tiene en un muy mal concepto a la clase política, y si ellos son los que están haciendo una campaña tan negativa y agresiva, es probable que se detengan en seco y se pregunten que si la nefasta clase es tan agresiva es porque «chanza igual algo bueno debe de tener». 

López Obrador ya es una figura conocida, no hay narrativa qué crear sobre él ni historia que contar, ya todos la conocen. Las comparaciones y los ataques le harán más bien poco e incluso podrá jugar con ellas a su favor. 

Una muestra de ello fueron las pintas que los priístas mandaron a hacer en Venezuela con la ayuda de un grupo opositor al régimen de ese país, donde supuestamente López Obrador es apoyado por el PSUV (el partido oficialista), los priístas, los bots y aledaños propagaron la noticia en redes de forma muy articulada. Los usuarios se dieron cuenta en el instante que se trataba de una estrategia de descalificación y se mofaron de ella por medio de varios memes graciosos:

Una guerra sucia frontal también se puede percibir como un acto de desesperación y puede terminar fortaleciendo al candidato al que se ataca. La tarea que tiene López Obrador (y que hasta el momento está haciendo) es tratar de alejarse del personaje que de él quieren crear sus opositores. Si reiteran que es Chávez o que es muy intolerante, pero López Obrador aparece como bohemio y calmado tal cual lo hace en sus videos, se percibirá una disonancia entre lo que es y lo que dicen que, sobre todo en aquellos que van a votar por primera vez o no recuerdan tanto lo que ha sucedido en elecciones pasadas. Si López Obrador se esmera en crear y acrecentar esa disonancia, se habrá ganado el voto útil suficiente para garantizar su triunfo.

Podemos pensar muchas cosas de López Obrador, pero lo cierto es que está haciendo una buena campaña y que si sus opositores siguen «haciendo lo de siempre» y cometiendo los mismos errores, le habrán puesto la silla presidencial en bandeja de plata.