Wikipolítica. Cuando el activismo ciudadano quiso llegar al poder

Oct 25, 2017

Son jóvenes, no surgieron y no son parte de la clase política tradicional. Amenazan con irrumpir en el quehacer político y muchos se preguntan si lograrán su cometido.

Wikipolítica. Cuando el activismo ciudadano quiso llegar al poder

Imagen: Proyecto Diez

En el contexto de una clase política cada vez más distanciada de los ciudadanos, ensimismada y recluida en una especie de esfera de donde no es capaz de salir ni de tener contacto con el exterior, surge Wikipolítica. Pero ¿qué es?

Wikipolítica es un movimiento que parece fungir como un partido desde fuera del sistema. Es decir, en cierto sentido se porta como tal porque actúa como una facción política, pero lo hace desde fuera al no estar registrado ni recibir las prerrogativas que un partido común y corriente recibe. De este movimiento-partido surgió tal vez el único candidato independiente que hasta la fecha se ha ganado la simpatía de la mayoría de los ciudadanos: Pedro Kumamoto.

Wikipolítica es un movimiento que representa, sobre todo, a la clase media que ha visto surgir desde ella una mayor participación ciudadana. Wikipolítica surge de una clase media universitaria que tal vez se acerque a la socialdemocracia (sobre todo por las corrientes políticas que los han influido y por su agenda) y que ha sido influenciada, en cierta medida, por universidades jesuitas. También, hasta cierto punto, es heredera del movimiento #YoSoy132, sobre todo de aquel surgido en la Ibero (más cercanos a esa izquierda liberal y más alejados de la izquierda nacionalista). 

Pero si lo queremos definir de mejor forma, Wikipolítica es algo así como la prueba de fuego de la ciudadanía. ¿Por qué? Porque básicamente está compuesto de ciudadanos que son parte de esta nueva ola de activismo y participación ciudadana. Son «nuevos en esto», y no están contaminados de los vicios de la anquilosada clase política. 

Tampoco son jóvenes «entrenados en los cuadros del PRI, el PAN o MORENA», ni políticos creados a la vieja usanza. Su movimiento ha crecido muy aparte de la clase política (cosa que ni los partidos chicos pueden presumir). Básicamente, es el «activismo ciudadano queriendo entrarle a la política». 

Wikipolítica dice que quiere recuperar la política para las personas. Creo que su argumento está mal planteado porque en México la política nunca ha sido de las personas, sino de grupos de interés. Pero se entiende su idea, dicen que quieren ponerla al servicio de ellas.

La forma en que busca operar Wikipolítica es un tanto diferente. Parece ser un proyecto con objetivos a largo plazo, y un claro ejemplo de ello es que decidieron no postular a ningún candidato independiente que busque la Presidencia de la República. En vez de eso, decidieron postular a Pedro Kumamoto para buscar una curul en el Senado así como a varios diputados locales en varios estados, de tal forma que este movimiento vaya, poco a poco, penetrando dentro de la clase política para aspirar a renovarla. 

¿Lo lograrán? Es una gran interrogante. Muchos tienen confianza dado que Pedro Kumamoto, siendo candidato local, logró poner en la mesa varios temas importantes y logró, junto con el movimiento al que pertenece, pasar una iniciativa con el fin de reducir el presupuesto público de los partidos y vincularlo a los votos que obtengan (y no a la proporción de estos). 

En 2018 Wikipolítica no sólo tendrá un representante, seguramente tendrá varios, estarán mejor estructurados y posiblemente tengan mayor experiencia. Su forma horizontal de organizarse, y el hecho de que sea una organización que se involucre desde fuera, está generando mucha empatía desde las clases medias y medias altas de la población, que es desde donde están partiendo. Y ya están generando temor dentro de los partidos en aquellos lugares donde amenazan con penetrar y ocupar espacios, tal y cómo sucede con Movimiento Ciudadano en Guadalajara, donde parte de su capital político se ve amenazado ante la irrupción de Wikipolítica, quienes además amenaza con arrebatarles el mote de «ciudadanos», y con quienes hasta hace muy poco podían trabajar juntos. 

Pero la prueba de fuego vendrá después, cuando ya hayan acaparado cierto capital político (es decir, poder). Ahí es donde veremos cuál es el comportamiento de los políticos que surgieron de la ola de participación ciudadana que vive nuestro país y ahí sabremos de qué están hechos. ¿Se comportarán igual? ¿Adquirirán los mismos vicios? ¿O lograrán revolucionar la forma de hacer política en nuestro país? Son preguntas que sólo el tiempo logrará contestar. 

Y por eso es la prueba de fuego. Como herederos (por un decirlo) del activismo ciudadano de este nuevo siglo, se tiene mucha expectativa sobre ellos. La pregunta es si, una vez que estén ejerciendo el poder, lograrán estar a la altura.