6 anotaciones sobre la marcha por Mara Fernanda

Sep 18, 2017

Después de todas las reacciones que vi en redes sobre la marcha de Mara Fernanda, me molesté en escribir las siguientes anotaciones a manera de reflexión.

6 anotaciones sobre la marcha por Mara Fernanda

1.- El asesinato de Mara Fernanda sí debe de ser considerado un feminicidio. No todos los asesinatos a mujeres deben de ser considerados como tal (por ejemplo, una mujer que se resistió a un asalto), sino aquellos donde su condición de mujer fue determinante. En este caso sí lo fue porque el asesino decidió violar a la víctima para obtener placer sexual y luego asesinarla. 

2.- Las mujeres tienen todo el derecho a indignarse y a salir a las calles. Los hombres tenemos que ser empáticos con las mujeres y entender cómo repercute en las mujeres esta noticia. Las mujeres se sienten más vulnerables e inseguras porque sienten que les puede tocar a ellas un día. Y como los hombres son más fuertes que ellas, saben que es probable que no puedan aplicar mucha resistencia. Nuestro papel debe de ser como el que tomaríamos con cualquier ser humano que se siente vulnerable y en riesgo: el de solidaridad y apoyo.

3.- Muchas personas argumentan que las mujeres son dramáticas porque «a los hombres también nos matan y nos matan más». Pero también es cierto que el hombre mata más y tiende a involucrarse más en actividades donde su vida está en riesgo (pandillerismo, o incluso narcotráfico). Además, partiendo de que los mexicanos tenemos derecho a la libertad de expresión, ellas tienen derecho a manifestarse como quieran. 

4.- Si un grupo de mujeres va a organizar una marcha, ellas tienen el derecho de poner sus reglas. Si ellas deciden que los hombres no deben involucrarse en la marcha (como ocurrió en la CDMX), los hombres deben de respetar su decisión ni deben decirles como hacer su marcha. Dicho esto, Jenaro Villamil no fue respetuoso a la hora de intentar integrarse a la marcha a sabiendas de que las mujeres decidieron que la marcha fuera así.

5.- Que las mujeres no dejaran que los hombres se integraran fue, a mi consideración, una mala decisión. Los hombres que quisieron solidarizarse se sintieron excluidos y creo que las mujeres deberían aceptarlos para tener más aliados a su causa. Algunos recibieron insultos tales como «asesinos» o «represores» por parte de algunas feministas radicales. En cambio, en Guadalajara, al menos por lo que pude ver, los hombres que se incorporaron se mantuvieron en silencio mientras las mujeres gritaban las consignas. Eso mandó un mensaje muy poderoso porque los hombres se mostraron solidarios con su causa y a la vez reconocieron que se trataba de un movimiento de mujeres y que ellas eran las que tenían la batuta. Así, los hombres que son machistas dispuestos a abusar de una mujer se pueden dar cuenta que no sólo son reprobados por las mujeres, sino por cada vez más personas de su mismo género.

6.- Lamentablemente, el feminismo radical termina desvirtuando mucho estos movimientos. No sólo porque hacen mucho ruido, sino porque empoderan a quienes sí son machistas. Aquel feminismo excluyente (que más que feminismo debe de ser considerado hembrismo) donde los hombres son machistas a priori, y que a veces excluyen a las propias mujeres por ser feministas privilegiadas (por ser blancas o tener dinero) y también aquel que busca atacar al hombre y no al sexismo. Si bien, es un error generalizar y pensar que el feminismo radical es todo el feminismo, lo cierto es que muchas personas, sobre todo aquellas que no se molestan mucho en indagar, tienden a generalizar lo que ven. Es responsabilidad de nosotros los hombres no caer en generalizaciones y ver que el feminismo como tal es diverso, pero también es responsabilidad de ellas de desligarse de los grupos que predican la intolerancia.